Varias producciones uruguayas y europeas llegan a las salas de estrenos de Cinemateca durante este mes de setiembre.
Djam, la protagonista de esta película francesa (titulada de igual forma), dirigida por Tony Gatlif, es una chica de habla francesa y ascendencia griega, que viaja desde su tierra natal a Estambul, enviada por su tío para recuperar una pieza de motor que podría hacer arrancar al viejo motor del barco que el hombre tiene como última solución para el desalojo su modesto restaurante, por atrasos en el pago de una deuda bancaria. Ese punto de partida permite algunas pinceladas sobre la grave crisis económica que hoy padece no solamente Grecia, pero el guion se abre también, en forma un tanto lateral, al candente tema de los refugiados que huyen de conflictos diversos en el Cercano Oriente, concretado en el film en la historia de una muchacha francesa con quien la protagonista establece una amistad, perdida ella misma en la inmensidad de Estambul. Pero la película es también un retrato individual, y una crónica de la particular relación de su protagonista con la música.
La primera parte de 120 pulsaciones por minuto, película también francesa, dirigida por Robin Campillo, es básicamente un documental sobre el grupo antisida Act Up y sus miembros, la situación en general de la enfermedad en el mundo y su aceptación en la sociedad. Luego el relato deja paso a un enfoque más personal, centrándolo en un par de personajes y la evolución final de la enfermedad, la angustia que conlleva, el sufrimiento para parientes y amigos.“Drama sobre el activismo”, lo ha definido alguien, destacando su examen de lo hecho (o no) en el terreno médico, pero también su contexto histórico y sus consecuencias en una época (los años noventa del pasado siglo) marcada por la proliferación del VIH y los escasos avances en la investigación. El film entrecruza ese aspecto documental con fugaces momentos de distensión festiva y con una historia de amor en la que casi no hay concesiones al sentimentalismo.
En Agridulce, película que ha sido definida como un documental tragicómico, Carlos Conti nos acerca al mundo de Luis Magallanes, actor transformista (encarna diferentes personajes, todos ellos mujeres) que emplea el nombre artístico de Dulce Polly. Es profesor de inglés, trabaja en un liceo en una zona carenciada de Montevideo, con sus alumnos genera salidas para que tengan la posibilidad de conocer lugares de Montevideo y de acercarlos al arte, y actúa en pubs, fiestas de particulares y eventos en general. Ama sus dos profesiones pero padece su soledad, quisiera tener una pareja, y suele ser molestado y agredido, en nuestra sociedad “tan tolerante ella”, por su condición de “gordito y gay”. También sueña con actuar en Buenos Aires o en algún teatro importante de Montevideo.
No viajaré escondida es una coproducción entre Argentina y Uruguay, dirigida por Pablo Zubizarreta, sobre la interesantísima figura de Blanca Luz Brum. Una manera de verla consiste en presentarla como una campeona de la emancipación femenina en la América Latina del siglo XX. Otra puede ser entenderla como un manojo de contradicciones que la acompañaron hasta la tumba.
Nacida en Pan de Azúcar, Maldonado, en 1905, muerta en Santiago de Chile en 1985, esa mujer recorrió caminos, por lo menos, insólitos. Participó en los movimientos de vanguardia intelectuales, políticos y artísticos de Uruguay, Chile, Argentina, Perú y México, fue discípula del pensador marxista peruano José Carlos Mariátegui, amante y musa de David Alfaro Siqueiros, pareja durante algún tiempo del empresario periodístico Natalio Botana, peleadora militante comunista, deslumbrada por el peronismo después (participó en la organización de la jornada del 17 de octubre de 1945, y colaboró en la famosa fuga del activista Guillermo Patricio Kelly en 1957), adherente a la candidatura de Eduardo Frei en Chile, en 1963 (de quien se distanció después porque empezó a considerarlo “demasiado comunista”), adversaria más tarde de Salvador Allende, partidaria, en 1973, del golpe de Pinochet. Hasta el final negó que en Chile hubiera desaparecidos, se convirtió al catolicismo y dejó muchos de sus admiradores extremadamente desconcertados.
Entre esos vaivenes también se dedicó a la poesía y las artes plásticas, escribió ensayos incendiarios, tuvo una vida amorosa turbulenta y por momentos trágica, con varios matrimonios, varias rupturas y muerte de dos hijos en dos accidentes automovilísticos separados. No es fácil librarse de ella en una historia del movimiento intelectual latinoamericano del siglo XX, pero tampoco es sencillo encasillarla. Este film recoge aspectos de esa vida agitada, contradictoria, fascinante, a menudo irritante y por momentos incomprensible.
También continúa en cartel la película española Verano 1993, repasaremos la filmografía del maestro Rainer Werner Fassbinder y continuaremos el recorrido de las mil mejores películas de todos los tiempos.
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