Alberto Sejas

Actores / 2 marzo, 2020 / María Varela

-¿En qué lugar empieza tu accionar en el teatro?  

-Mi accionar siempre empieza en cada ensayo y en cada función. En este momento estamos haciendo funciones de Croatoan (primera parte) y El jardín del tiempo (segunda parte), de un decálogo de obras teatrales enmarcadas en el proyecto: Antes y Después, sobre situaciones limítrofes entre la vida y la muerte. Estoy dirigiendo a un equipo de personas que están sumamente involucradas en la búsqueda de nuevos lenguajes escénicos. Diversos espacios teatrales dieron inicio a estas travesías, la mayoría de nosotros empezamos nuestra actividad teatral en espacios barriales, instituciones y lugares de adquisición de saberes de manera no formal, además de la EMAD, Alambique, escuelas de circo, Colectivos relacionados al juego y a la recreación (La Mancha), escuelas de música, danza y otros. La mayoría del grupo nos conocemos hace 10 años o más, otros compañeros y compañeras se suman recientemente. Todo esto nutre y diversifica los saberes, potenciando cada nueva influencia y cada nuevo aprendizaje grupal e individual. No obstante, el lugar donde inicia el teatro, para mí, es en cada ensayo y en cada función. Y así es que cada último ensayo es el lugar donde siempre empieza, realmente, mi accionar en el teatro.

-Contanos sobre el curso dictado por ti en la EMAD: Laboratorio de creación escénica y la utilización no convencional del espacio escénico.

Tanto en la EMAD como en el grupo Teatro Re-x, existen investigaciones y metodologías similares, la diferencia radica en el contexto pedagógico o en el contexto netamente creativo. Siento que el espacio no convencional empieza en las relaciones humanas, en lo no establecido, cuando nos sorprendemos. En estos laboratorios se reúne técnica, creatividad, saberes personales, azar y búsqueda. A veces encontramos algo relacionado a lo no convencional y nos salimos de lo conocido; y ahí encontramos algo nuevo para el equipo. Trabajo mucho con la intuición y eso siempre es mutable. Los espacios creativos y las relaciones humanas son la mayor potencia del ¨Laboratorio¨ en nuestro trabajo, voy tomando decisiones sobre lo que aporta cada creador/a.

El espacio físico donde sucede la obra tiene historia, resignificar su historia es una parte fundamental de la no convención de una relación teatral con el lugar-sala y con los integrantes del juego. Estos laboratorios implican crear resignificando las estructuras establecidas. Si la EMAD, por unos instantes, deja de ser lo que es (en la relación ficcional) y pasa a ser una isla, la orilla del mar, una granja, el Palacio Legislativo, una montaña, etc… entonces, el espacio creativo y el espacio físico en sí mismo empiezan a tener otra lectura, otra vivencia, tal vez, no convencional.

El espectador también actúa. Trabajo generándonos preguntas, intentando desarrollar espacios conceptuales de investigación fuera de las convenciones establecidas, donde el espectador sea el centro de la acción dramática. Devolverle ese poder al espectador puede hacer que se resignifique toda nuestra relación con el arte y nos transporte a la utilización no convencional del espacio escénico. Trabajamos con los actores y actrices para que puedan guiar al grupo de espectadores a una investigación en la que todos somos objeto y sujeto de estudio. Llevarlos a una actividad amorosa, que implica el poder de escucharse y de tomar postura frente a la realidad presente, la del teatro. De ahí surge el laboratorio de creación escénica, la dramaturgia actoral, la que se crea en cada clase, en cada ensayo y en cada nueva función.

-Estás realizando un espectáculo donde sos el autor y director de la obra del proyecto Antes y Después, un decálogo de obras teatrales: Croatoan y El jardín del tiempo. Esas obras se enmarcan en la idea de polisemias sensoriales, ¿qué significa este abordaje?

-Intentar explicar a qué llamo ¨Polisemias Sensoriales¨, en sí mismo, es una paradoja. Cada espectador dentro del juego se llevará, después de cada ensayo y de cada función, una idea y vivencia distinta de la cosa teatral.

Cada jugador tiene su juego. La realidad está habitada de sensorialidad y es así que percibimos lo cotidiano, enmarcamos nuestras emociones en la memoria sensible, en ideas y códigos, y en infinitas maneras de guardar e interpretar un sentido; solo para entendernos y crecer. Sabemos que somos instinto y exploración que se manifiesta en todas las vivencias, por eso propongo una búsqueda en donde todas las áreas y contextos escénicos confluyen en un espacio sensorial, incluyendo la necesidad de encontrar sentidos compartidos de comunicación y empatía dentro de la dramaturgia. Nos destinamos en generar experiencias teatrales que confluyen en una vivencia sensorial. Buscamos que el espectador sea parte de esta investigación, en continuo cambio, mutando. Solo intentamos hacer consciente algo que siempre sucede en el teatro, y es que cada espectador se lleva su versión de los acontecimientos. La polisemia sensorial es inevitable, jugar para que esto suceda implica desarrollar no solo un texto, sino un contexto teatral donde el espectador se imagine dentro de la escena. Esto de las polisemias sensoriales solo es un deseo, una necesidad y un desafío.

Vivir ¨el poder de la actuación¨ como guías y chamanes de la experiencia, para devolverle a los espectadores su verdadero rol en el teatro. La teoría es que si resignificamos todas las relaciones dentro del acontecimiento escénico y hacemos participar al público, entonces se puede vivir una relación escénica donde el teatro sucede en toda la sala y en todas las personas implicadas dentro del juego.

-Tus obras generalmente no inician con un texto definitivo, sino que se va recreando y reescribiendo en el proceso de ensayos, hasta el texto final. ¿Siempre aplicás esa metodología?

-Sí, es lo que me compromete en el teatro. Cada artista trae a escena algo único e intransferible y es ahí donde acciona la dramaturgia, eso hace más verdadera la presencia de los actores y actrices. En las propuestas que surgen de los artistas, en la exploración de los materiales, es donde aparece el arte. Es ahí donde puede operar e intervenir el teatro. Al inicio presento a los artistas una dramaturgia de contexto, abierta a la modificación de los ensayos. En esta metodología, al principio, actores y actrices no están sujetos al texto, sino que estamos ahí porque necesitamos encontrarnos y generar en un contexto compartido. No obstante hay varios grados de dramaturgia que voy desarrollando durante los ensayos. Después de presentar la dramaturgia inicial y temas fundamentales de la pieza, en cada actor/actriz surge una necesidad distinta desde donde vivir el juego, ese es el segundo punto de encuentro y desde ahí empiezo a extraer material para la siguiente etapa de la dramaturgia. Intuición, escucha y complicidad con la creación, es algo que me encanta jugar. Uno de nuestros pilares para este trabajo son las reacciones humanas frente a situaciones extremas y las Zonas Temporalmente Autónomas de Hakim Bey. Sin duda, detrás de todo esto siempre está lo metateatral. Además sumamos textos que generan un campo poético y estilístico propio, textos que escribo sobre diversas coherencias y que muy de a poco empiezan a tomar lógicas internas… ¨Todos quieren ser faro, nadie quiere ser náufrago en la ciudad…¨, textos con mucha amplitud poética y que tienden a ser aforismos, o conceptos, sentencias que nos permiten desarrollar libre conexión con la pieza que estamos creando. Después de esto, inician las etapas de la dramaturgia actoral y, posteriormente, la dramaturgia de cada función, que puede sorprendernos y hacernos crecer. Me encanta lo efímero del teatro, porque es muy similar a la vida, si alguien se distrae, se aburre o sorpresivamente le llega el final de la obra y no sabe cómo llegó hasta ahí, entonces, ha perdido la posibilidad de actuar.  Asisten a este conjunto de diversas dramaturgias, el espacio físico, escenográfico, sonoro, lumínico, el vestuario, utilería, todos estos elementos son parte fundamental de la enorme dramaturgia que genera polisemias sensoriales en cada jugador dentro de la sala. Cada detalle del contexto y del presente de cada función es una dramaturgia en sí misma, el espectador es quien completa la trama. Por lo mismo, la dramaturgia pasa a ser un concepto en movimiento continuo, en creación permanente. En este contexto, la actuación es el fundamento, es el principio de acción de la dramaturgia viva; la actuación es el accidente primordial en el enorme entramado de situaciones limítrofes vividas en la escena. Mi rol radica en generar material de controversia, material en debate, reescribir continuamente, reordenar, contagiar, estimular las ideas.

-Formas parte del grupo Teatro Re-x, que se ha propuesto la rehabilitación de un espacio histórico creando una nueva sala alternativa en Montevideo, la excárcel de Miguelete. ¿Cómo surge ese desafío?

-Surge de la necesidad de habitar un espacio físico que nos permita la investigación teatral. Un espacio a nuestra medida, un grupo de personas de diversas áreas, más de 20 artistas involucrados. La construcción de la sala en ese espacio fue un enorme desafío para el que tuvimos siempre el apoyo logístico del director del EAC (Espacio de Arte Contemporáneo), Fernando Sicco y de todo su equipo.  El espacio del EAC  recibe artistas internacionales y desarrollan  allí sus visiones. En nuestro caso no formamos parte del equipo de artistas residentes, pero estamos establecidos ahí, generando un intercambio con el EAC. Creamos nuestra sala de investigación ahí, para eso tuvimos que limpiar y ordenar un patio que estaba abandonado. En el futuro, otros artistas podrán utilizar dicho espacio y la nueva sala alternativa. En estas oportunidades también hemos tenido el apoyo del Plan de Fortalecimiento de las Artes, y de Fondos Concursables para la  Cultura, un apoyo para cada obra creada y para la construcción de la sala.

En estos años hemos descubierto que tener un espacio implica convertirlo en tu casa, como lo han hecho las diversas generaciones de teatro independiente. Convertirlo en nuestra casa significa que le damos mucho amor al lugar y al trabajo teatral, técnico y explorativo. Poder dejar instalado el espacio escenográfico y continuar al día siguiente, así también dejar las luces en sus lugares, el vestuario en los percheros, etc. Las ideas quedan flotando en el lugar hasta el próximo ensayo. En una sala ya establecida y con diversas funciones todo el tiempo, no es posible hacer esto porque continuamente están moviéndose  espectáculos. Tener el desafío gigantesco de construir una sala nos dio la posibilidad de investigar, de generar el entrenamiento constante que necesita cada artista para poder desarrollar y materializar sus visiones, nos apropiamos del lugar en el mejor sentido, el espacio comienza a hablar a través de nosotros y viceversa.

-¿Cuáles son tus próximos proyectos?

-Seguiremos creando las otras piezas teatrales, el decálogo nos demandará un enorme desafío creativo. El decálogo es sobre el ser humano en situación de crisis y calma, de manera continua, como una necesidad inherente a nuestra especie, exploradores de universos materiales y no tangibles.

Este año también queremos editar un disco con la música de las obras que hemos hecho, en cada obra hay música original y canciones específicas de acuerdo al universo que hemos ido creando, es un proyecto pendiente de recopilación de material de casi 10 años de trabajo. También está en proceso un documental sobre los 10 años consecutivos de trabajo del grupo: obras, investigación, vivencias, entrevistas, etc. Esto lo estamos trabajando con Santiago Guillermone, con quien también venimos pensando una muestra fotográfica y fílmica de todas las piezas teatrales.

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