Entre los ciclos programados para el mes de febrero retomamos una costumbre que Cinemateca realizó durante muchos años, que son las películas de La Temporada. En esta oportunidad podremos ver, o rever, títulos estrenados durante el 2018, como Cuando ellas quieren, El repostero de Berlín, Rapsodia Bohemia, La quietud, La esposa, Un viaje extraordinario y The party.
También llega el ciclo La Société est une fleur carnivore: cine francófono de atención social, que, además de contar con grandes títulos, tiene la particularidad de que todas las películas serán exhibidas en su versión original en formato fílmico 35mm.
Las turbulencias promovidas en Francia por los “chalecos amarillos” han servido, si fuera necesario, para recordar que no todo funciona de primera en el primer mundo. El cine también lo ha venido diciendo en varios idiomas, pero este ciclo se ocupa de algunos que lo han dicho en francés.
La expresión “atención social” se acuñó, fundamentalmente, para definir un rasgo distintivo del cine neorrealista italiano (en Hollywood prefieren la variante “comentario social”), pero la práctica era anterior y ha seguido después, en el cine y fuera de él.
Era inevitable comenzar el ciclo con los belgas Dardenne, cuya atención a lo que pasa en su sociedad es una real marca de fábrica, pero que también estuviera Robert Guédiguian, cuyas películas suelen estar pobladas por obreros, clase media baja y otros no privilegiados, y que no faltara Laurent Cantet, quien en otras películas que no figuran aquí se ha ocupado igualmente de la “flexibilidad laboral” (Recursos humanos) o el desempleo (El empleo del tiempo). Alguien ha dicho ya, que si arreglar el mundo fuera fácil, ya estaría arreglado, pero este ciclo prueba que las cosas son más complicadas.
Por otra parte, además de continuar con algunos de los estrenos mencionados en el número anterior de la revista de Socio Espectacular (Roma, Cold War, Suspiria, Madame Hyde), llegan otros títulos como La favorita, la cual cuenta con diez nominaciones para los premios Óscar y Nuestra hermana menor, de Hirokazu Koreeda.
La favorita, dirigida por Yorgos Lanthimos, transita los entretelones de la corte inglesa del Siglo XVIII, cuando, en plena Guerra con Francia, la reina Ana (estupendamente interpretada por Olivia Colman) tiene que lidiar con sus males físicos y psicológicos que estorban su actividad de gobernante. Su principal apoyo es su amiga Lady Sarah (la también excelente Rachel Weisz) con quien emprende una relación entrañable. Tercera en discordia: Abigail (Emma Stone), parienta de Sarah, quien se convierte en el tercer vértice de un juego por el poder absoluto. Alguien ha señalado ya que esta película supone un giro en la carrera del director y guionista griego Lanthimos (Canino, Alps, Langosta, El sacrificio de un ciervo sagrado) quien abandona aquí el particular estilo opresivo, asfixiante y opaco que caracterizó varias de esas películas anteriores para desarrollar una sátira política en la corte de la reina Ana de Inglaterra.
En Nuestra hermana menor Koreeda insiste en la clave de su cine: el drama familiar, esta vez centrado en mujeres. Como casi siempre, lo hace con el talento y la sensibilidad de un poeta mayor. Lo que cuenta la película son las vivencias de tres hermanas que conviven en Kamakura y a las que se les notifica que su padre, al que hace quince años que no ven, ha fallecido. En el
funeral, conocerán a la hija que tuvo su padre con otra mujer y le proponen irse a vivir con ellas.
El cineasta japonés nunca expone situaciones familiares sencillas, aunque en esta película los personajes parecen totalmente decididos con sus elecciones desde el principio. El resultado es una película intimista, que se enriquece con pequeños detalles, en la que el espectador debe dejarse llevar por la mágica sencillez que caracteriza al cine del realizador. No faltan incluso los toques de humor, que suavizan y hacen a la vez más llevadero el conflicto.
¡Los esperamos en las salas!
Consulte toda nuestra programación en www.cinemateca.org.uy
Cinemateca Uruguaya – Desde el 6 de diciembre en Bartolomé Mitre 1236, entre Reconquista y Camacuá.