Natalia Menéndez: » El bullying viene desde tiempos inmemoriales tiene que ver con nuestra animalidad y rechazo al diferente»

La directora española Natalia Menéndez ha estado anteriormente en nuestro país como directora del Festival de Teatro Clásico de Almagro. Asimismo, el año pasado dirigió el elenco de la Comedia Nacional. Ahora presenta una obra de su compatriota Paco Bezerra El Pequeño Pony que ha tenido repercusión en varios países por su temática.

-Anteriormente habías estado en Uruguay como directora del Festival Clásico de Almagro. Durante esa labor, ¿la dirección había quedado en una pausa?

-Estuve durante ocho ediciones al frente del Festival de Teatro Clásico de Almagro, los dos primeros años no dirigí, luego dirigí un poco y al cabo de ocho ediciones sentí que había cumplido una etapa y me fui.

-¿Fue una etapa muy intensa la de afirmar cambios en el festival?

-Era un momento que el festival tenía una deuda muy grande y con una mezcla de “amauterismo” y profesionalismo. Y en el equipo nos centramos en cuidar tanto al público como a los profesionales. Aumentando certámenes como Almagro Off y Almagro Infantil, que perduran y creo que le han dado una nueva mirada al patrimonio barroco, pero no solo al Siglo de Oro español, también al inglés isabelino y al francés. Fue una etapa complicada pero muy creativa, que me sirvió mucho.

-El año pasado dirigiste en la Comedia Nacional. ¿Cómo fue esa experiencia en nuestro país?

-He dirigidoTartufo un Impostor con la Comedia Nacional en el Solís el año pasado, que tuvo un gran éxito de público. Para mí fue un deleite trabajar con un elenco como el de la Comedia, es un grandísimo elenco. Y trabajar con un equipo creativo que fue elegido por mí, con el que me siento muy contenta por ese trabajo. También el haber podido realizar la versión y ser franco española, me permitió indagar en Molière y en esa obra tan bestial como es el Tartufo.

–Esta obra de Paco Bezerra, ¿se ha representado en varios países?

-Esta sería la decimocuarta puesta en escena, ya se hizo en muchos países como Inglaterra, China, Argentina, Venezuela y ya están esperando para hacerla en México, Finlandia, y Suiza.

-¿Qué es lo que te atrae de la obra?

-Lo que me atrapó fue que no daba un resultado sino que muestra cómo unos padres completamente perdidos por sus prejuicios y juicios no escuchan el bullying” que se le está haciendo al niño tanto en el colegio como por los propios padres. Y cómo este niño, que aquí en Uruguay se llama Juampi, poco a poco se va silenciando. Y los padres entran en una dinámica de pelea muy fuerte entre ellos, hasta que se dan cuenta que lo importante es respetar al niño y amar, amarle tal como es. Yo creo que el “bullying” que viene desde tiempos inmemoriales tiene que ver con nuestra animalidad y ese rechazo al diferente, al que es más delgado o grueso, más inteligente o menos, al que usa gafas o no, al que es un niño pero que parece una nena, hay muchos motivos de raza, de religiones. Y lo que tenemos que hacer es ponerle un poco de cabeza y no dar respuestas, que el público busque las respuestas. Creo que la respuesta está en cada uno de nosotros.

-¿Algo que quieras señalar sobre la puesta?

-Tengo un equipo creativo maravilloso. Con Paula Kolen hemos decidido construir una casa muy frágil, es un espacio pintado por un niño, le damos voz al niño que no se ve, a Juampi. Va  a ser un espacio de cartón donde se va a proyectar  el retrato de Juampi que se va a ir animando y en una ventana también hay  un espacio de ilustración, que tiene que ver con el estado anímico del niño y lo que ese niño escucha a través de sus padres. La música también va a ser muy importante, un espacio sonoro donde por un lado se va a oír una especie de melodía un poco desestructurada de los padres y por otro lado un campo sonoro del niño, de su mundo galáctico y de los ponies, de lo que él sueña, esos dibujos animados y un mundo de paz y de luz.

–Vas a estrenar en el marco de los festejos de El Galpón por su 70 aniversario.

-Bueno, un privilegio poder estar en el aniversario de El Galpón, es un sitio fundamental no solo en Uruguay sino en el marco de lo que es América Latina. Y estar en la Sala Cero que es la que quería es maravilloso.

–¿Algo más que quieras agregar?

-Me parece importante destacar a los actores Estefanía Acosta y Pablo Robles, que hacen un trabajo muy comprometido, muy a conciencia, estamos formando un equipo con esos momentos de teatro muy  agradables, de búsqueda. Me parece un hallazgo trabajar con dos actores tan grandes como ellos.”