María Varela: “Ricardo III va envolviendo a sus presas hasta convertirlas en cenizas”.
Entrevistas Centrales / 29 septiembre, 2021 / Luis Vidal Giorgi
Uno de los principales críticos que escribieron sobre Shakespeare, el polaco Jan Kott, decía que sus obras son “como el mundo o como la vida: cada época encuentra en él lo que busca o quiere ver”. María Varela que ha desarrollado una extensa labor como directora, principalmente en el Teatro Circular, del cual es integrante, estrena una versión de una de las obras trágicas más emblemáticas de Shakespeare: Ricardo III. Conversamos con ella sobre su versión y puesta en escena.
–En tu prolífica labor como directora has dirigido autores contemporáneos como Lars Norén o Paul Auster, pero también clásicos del siglo XX como Chéjov y Lorca o el fuera de toda clasificación Jean Genet. Como egresada de la EMAD y formada por docentes como Eduardo Schinca, tenés una devoción por los clásicos y la preeminencia del texto y la palabra en la escena. Pero es la primera vez que abordás a Shakespeare. ¿Cómo surgió el interés por representar Ricardo III?
-Tuve la suerte de tener excelentes profesores como Eduardo Schinca, que me llevaron a conocer y a disfrutar grandes textos, transitando obras clásicas y también contemporáneas. Los clásicos son referentes de la literatura debido a que siguen vigentes, sus contenidos se pueden aplicar a nuestra época, por eso siempre son tan sugerentes y tentadores de realizar. En realidad es la segunda vez que abordo un texto de Shakespeare, en el 2011 hice, en el Teatro Victoria, Sueño de una noche de verano. El deseo de hacer Ricardo III fue in crescendo. Descubrí a Shakespeare, como casi todos, en la adolescencia, y me gustó. Cuando por primera vez vi una puesta en el teatro me gusto más aún, la historia de la monarquía inglesa, la guerra de las Dos Rosas, una guerra civil que enfrentó a la Casa de Lancaster contra los de la Casa de York, pretendiendo el trono de Inglaterra. Luego en mi madurez pude alcanzar con mayor claridad la profundidad del texto, analizándolo desde diferentes perspectivas, perfilando las características de un tirano, eso se fue convirtiendo en un deseo y necesidad de poder trabajar en esta obra.
-Ricardo III es un arquetipo del personaje manipulador, desleal y sediento de poder, y los que lo rodean o padecen también están inmersos en las luchas por ese poder. ¿En tu versión cuáles son los elementos que resaltan y qué resonancias tienen en el mundo actual?
-Los temas que aborda la obra no nos son ajenos, tienen una proximidad fácil de detectar. El poder, la ambición, la traición, la conspiración y la imposición del miedo son algunas de las características destacadas de su trama. En la obra el lenguaje aparece como el poder supremo, un lenguaje de seducción utilizado por Ricardo que va envolviendo a sus presas hasta convertirlas en cenizas.
–En esta puesta, con el elenco del Circular, Moré está a cargo del protagonista, en estos momentos dada su presencia televisiva y sus unipersonales de humor irónico se le identifica con ese tono, sin embargo, quienes lo hemos visto en su desarrollo actoral sabemos de la solvencia con que ha encarado personajes dramáticos, incluso hace poco en el rol de otro tirano como Calígula. ¿En esta versión cuáles son las características y recursos expresivos del personaje que ha elaborado con tu dirección?
-Moré es un actor muy dúctil, yo tuve la oportunidad de trabajar con él en Viaje de un largo día hacia la noche, de Eugene O’Neill, en el 2012, y en Del amor, de Lars Norén, en 2015; las dos en el Teatro Circular, papeles protagónicos dramáticos y muy comprometidos emocionalmente, y el resultado fue muy bueno. Muchos pueden asociar el nombre de Moré como sinónimo de humor, pero si uno le sigue su carrera y lo pudo ver en roles como los que desempeñó en esas obras, se puede dar cuenta de que no se ha encasillado solamente en una sola línea. Una de las tantas características y recursos a utilizar para el personaje es la tensión y distanciamiento que debe generar a lo largo de la obra.
–En la puesta mantenés en tu equipo el aporte de Nelson Mancebo en vestuario, que se complementa con Hugo Millán en escenografía y Martín Blanchet en iluminación. ¿Cómo ha sido el proceso creativo con estos diseñadores?
-También está Fernando Condon en el equipo, realizando la banda sonora; y Margarita Musto, en preparación de actores. Con Nelson, Hugo y Martín trabajamos desde hace años y nos entendemos porque sabemos todos muy bien lo que cada uno quiere, además del trabajo nos une una amistad, igual que con Fernando, con la diferencia que con él va hacer nuestro primer trabajo juntos. Con Margarita, además de la estrecha amistad que nos une, tenemos un desarrollo artístico paralelo, hemos compartido muchos trabajos a lo largo de los años. Todos ellos son fundamentales y decisivos para el proceso creativo del espectáculo y la verdad que es una garantía poder tenerlos.
–¿Algo más que quieras agregar sobre la puesta y acerca de lo que esperás provoque en el público?
-Espero que se involucren con la historia, espero que puedan disfrutar de la magia del momento. Espero, después de un confinamiento forzado, volver hacer lo que sabemos hacer: teatro, y así reencontrarnos con el público.