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Las aventuras del mio Cid

Libros / 30 enero, 2020 / Rodolfo Santullo

Sidi, nueva novela del español Artur Pérez Reverte, recoge el legendario Cantar de mio Cid —o al menos parte de él— en una vertiginosa y violenta novela de aventuras.

En toda biblioteca familiar que se precie de tal no faltan nunca algunos libros. Si la biblioteca se vanagloria de ser algo completa, encontraremos siempre el Quijote de la Mancha, algo de Borges, quizá Cien años de soledad, una Biblia y un Cantar de mio Cid. Por supuesto, que cualquiera de estos libros esté en la biblioteca no implica que nadie los lea y probablemente muchos de ellos se cuenten dentro de esa curiosa lista que podría llamarse “libros que tengo, que cito y que nunca he leído”, una práctica cada día más abundante (que hoy día llega a incluir citas, muchas veces erradas, en redes sociales).

Siendo, quizá, el menos conocido de los antes mencionados, el Cantar del mio Cid recoge las hazañas heroicas del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar —también conocido como el Cid Campeador— en un cantar de gesta que se compone por 3735 versos de extensión variable —anisosilábicos, aclara wikipedia— de mano de un autor anónimo. La versión que se conserva hasta nuestros días data de alrededor del año 1200, mientras que las aventuras históricas del nacido en Burgos se ubican allá por el 1080, año más, año menos, y fueron muy probablemente bastante menos heroicas de lo que su gesta cantada narra. Si bien el relato lo ubica —como, de hecho, eventualmente fue— héroe de España (o Castilla), en vida sirvió a varios caudillos, sin importar si estos eran cristianos o musulmanes. Y, tal cual todos en esta época, fue capaz de actos de extrema crueldad o violencia. Y aquí es que entra en juego don Arturo Pérez Reverte.

No es la primera vez que el Cid salta de su cantar de gesta a otros formatos o lenguajes. Acaso se deba a lo que decíamos antes —que en definitiva no es tan leído—, pero la historia del mio Cid ha sabido ser película —una versión hollywoodense que el tiempo ha vuelto hasta que ridícula, con Charlton Heston—, historieta —una brillante adaptación, argentina, a cargo de Alejandro Farías y Antonio Acevedo—, y hasta figurar en uno de los mejores episodios de la gran serie de TV española El Ministerio del Tiempo. Pero sin duda es aquí donde más y mejor se potencia su historia, aprovechando la experta pluma de Pérez Reverte, quien a la hora de escribir aventuras históricas cargadas de emoción y violencia está que ni pintado (basta con leer su saga de Alatriste para constatarlo, más allá de la novela que toca hoy en suerte).

Pérez Reverte no adapta todo el Cantar o toda la historia del mio Cid —sería cosa extensa, de así hacerlo—, sino que se concentra en un momento puntual de su historia (cuando acaba de ser desterrado por Alfonso VI) y narra unos dos años de la vida de este señor feudal y sus hombres, mientras vaga por ese turbulento territorio disputado por moros y cristianos que se llamaría España muchos años después. Rodrigo Díaz encarna su época —quizá algo idealizado, a pesar de ser capaz de la mayor violencia, Pérez Reverte lo presenta como hombre derecho y de principios— y la complejidad del espacio en el que se mueve. No hay buenos ni malos aquí. Hay gente con códigos, enemigos dignos y de los otros, además de aliados que bien pueden ser circunstanciales. Traiciones y lealtades componen este mundo gris que le compone Pérez Reverte al Cid, donde no importa el color de la piel o la creencia religiosa, hay hombres buenos y hombres malos, no importa bajo que bandera acampen.

Por momentos cruenta y difícil de tragar, Sidi —que así conocen los musulmanes al protagonista— es también una novela escrita con todo el oficio del que Pérez Reverte es capaz y eso es decir: las páginas vuelan, la emoción es permanente y es muy difícil parar de leerla hasta terminarla. Una vez más Arturo Pérez Reverte cuenta con entusiasmo y pasión una aventura que abreva de lo mejor de la literatura folletinesca, pasado por el tamiz de su propia prosa, tensa y dinámica. Una gran novela histórica y de aventuras.

 

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