Hermandad teatral México – Uruguay: Los festejos comienzan en mayo con obras del teatro clásico del Siglo de Oro en español.

Teatro / 2 mayo, 2024 /

El majestuoso Palacio de Bellas Artes, ubicado a la entrada del centro histórico de la Ciudad de México, iniciará los festejos de sus 90 años a comienzos de mayo, con la puesta en escena de dos obras representativas del teatro clásico
del Siglo de Oro en español: Los empeños de una casa, de Sor Juana Inés de la Cruz, y La vida es sueño, de Pedro Calderón de la Barca.
El máximo recinto cultural del país, que ha atestiguado innumerables y variados actos artísticos a lo largo de su historia, abrió sus puertas al público en septiembre de 1934 y fue inaugurado con la obra La verdad sospechosa, de
Juan Ruiz de Alarcón.
La celebración, en mayo, será estelarizada por la Compañía Nacional de Teatro (CNT) de México, dirigida por Aurora Cano, y la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España, bajo la dirección de Declan Donnellan, reconocido
pensador del teatro clásico desde lo contemporáneo.
En conferencia de prensa, la directora y actriz Aurora Cano recordó que hace algunos años, cuando Ignacio García dirigía el Festival de Almagro, éste cambió la nomenclatura de teatro del Siglo de Oro español a teatro del Siglo de Oro en español, lo que resultó mucho más inclusivo, ya que no necesariamente todo el teatro de los siglos XVI y XVII se escribió en España.

Asimismo, dijo que es bastante insólito presentar por primera vez un montaje de Sor Juana en Bellas Artes y, además, en colaboración con la Compañía Nacional de Teatro Clásico de España.
La comedia Los empeños de una casa es la primera escrita por Sor Juana, también conocida como Décima Musa. Su estreno fue en el siglo XVII durante las celebraciones por el nacimiento del primogénito de los virreyes de la Nueva España, y aborda una serie de enredos amorosos que sirven mde pretexto para que la autora diserte sobre la frágil naturaleza humana, mientras los espectadores se divierten.
Como parte de la escenografía se utilizó una especie de Luna en la que todos los actores están dentro de ella y después poco a poco se va segmentando.
Las escenas se acompañan de música en vivo, con boleros tradicionales al estilo de Los Panchos, a cargo de tres intérpretes residentes de la compañía.

La directora de la CNT destacó que en algún momento de nuestra vida, todos somos presos de la locura amorosa. La Décima Musa tuvo un vínculo muy fuerte con la luna y el eclipse. Y si bien hay ciertas sofisticaciones y
complejidades del lenguaje barroco, hay una conexión inmediata con la
lengua porque se modificó la conjugación y el público mexicano la reconoce
como propia.

A su vez, La vida es sueño de Calderón de la Barca se estrenó en 1635. Consta de tres actos y mezcla tragedia con comedia. El tema central es la libertad del ser humano para configurar su vida sin dejarse llevar por el destino. En esta ocasión la adaptación es de Declan Donnellan y Nick Ormerod, bajo la dirección del primero. Rompiendo el prejuicio y miedo al verso, la obra logra acercar la trama filosófica al espectador.

La última presentación de Mario Benedetti en México

Largas filas, miles de personas y un “portazo” se registraron el 8 de octubre de 1997.
Hace poco más de un cuarto de siglo, Mario Benedetti ofrecería un recital de poesía en el Palacio de Bellas Artes en la Ciudad de México. La cita era el 8 de octubre de 1997, a las 20 horas. Pero desde las 11 de la mañana había largas filas de personas que querían asegurar su lugar en el evento.
El escritor nativo de Paso de los Toros, Uruguay, atrajo a miles de personas en la que fue su última visita a la Ciudad de México. A las 19 horas ya era imposible entrar al ‘palacio blanquito’: tanto la entrada principal como las
puertas laterales habían sido cerradas. Sin embargo, la larga fila de fieles seguidores de Benedetti serpenteaba dando varias vueltas a la plazoleta frontal del monumental edificio. Los más audaces intentaban otras vías y
algunos lograron colarse por un estacionamiento posterior, pero los más permanecieron arremolinados frente a las puertas.
Con celeridad, los más afortunados habían logrado ocupar los mil 200 lugares del máximo escenario cultural de México. Las autoridades advirtieron que no habría cabida para todos en el Palacio y comenzaron a instalar
pantallas a las afueras del recinto. No obstante, la fanaticada del autor de Montevideanos, La tregua y otras obras permaneció impertérrita soportando el frío, el viento, la lluvia y el cansancio; en su inmensa mayoría jóvenes,
no estaban dispuestos a verlo a través de una pantalla. El éxito los coronó cuando a medio recital lograron dar el clásico portazo y una marea humana ocupó hasta los pasillos del salón, según recuperó la crónica del periódico La
Jornada del día siguiente.

Para quienes tuvieron la fortuna de estar ahí, la velada resultaría inolvidable. Benedetti inició su recital con Corazón, coraza, que él presentó así: “Seguramente lo conocen por la película del argentino Eliseo Subiela, El lado oscuro del corazón, donde interpreto a un poeta alemán que vive en Uruguay”. Después, durante una hora, Benedetti puso voz a 44 poemas. Por supuesto no faltaron sus clásicos Hagamos un trato, No te salves, Viceversa, Mi
táctica, Una mujer desnuda y en lo oscuro, Terapia, El amor es un centro, Pies hermosos y La octava, y quería concluir su recital con el poema ¿Qué les queda a los jóvenes?:

¿Qué les queda por hacer a los jóvenes en este mundo de paciencia y asco? Sólo graffiti, rock, escepticismo. También les queda no decir amén, no dejar que les maten el amor, recuperar el habla y la utopía, ser jóvenes sin prisa y
con memoria. Situarse en una historia que es la suya, no convertirse en viejos prematuros…
Benedetti sabía que mucha gente se quedó afuera, en medio de la lluvia, y leyó otros tres poemas. Finalizó con Heterónimos. “Ahora sí, este es el último. No más, por favor, porque me voy a quedar sin voz”, dijo al público.
Pero Benedetti no se quedó sin voz.

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