Entrevista central: Margarita Musto

Entrevistas Centrales / 3 octubre, 2022 / Luis Vidal Giorgi

Estreno de Las Actas  en Teatro Circular

 

Margarita Musto:

“Tiene la potencia de un tema que ha querido ser secreto y sin embargo palpita en la sociedad”

 

Margarita Musto tiene una destacada trayectoria en teatro y cine, a esa labor ha sumado la docencia, la dirección, la traducción del francés y el inglés de varias obras, y como dramaturga tiene el antecedente de En honor al mérito, sobre los asesinatos de Michelini y Gutiérrez Ruiz. Ahora, en una coproducción de la Comedia Nacional con Teatro Circular, estrena una obra de su autoría, en la que retoma el tema de la represión en base a las actas del Tribunal Militar a Gilberto Vázquez.

 

Las actas del desprecio

-Esta obra, Las Actas, basada en documentación vinculada a hechos cometidos por las fuerzas represivas en los tiempos de la dictadura, pero que continuaron con sus secuelas y complicidades en tiempos democráticos, se relaciona con tu otra obra como dramaturga, representada en el Teatro El Galpón, En honor al mérito. Es pertinente recordar esa obra y preguntarte cuáles son las similitudes y diferencias con la que ahora vas a estrenar en el Teatro Circular.

En honor al mérito estaba basada en las declaraciones de una testigo en la comisión investigadora del Parlamento sobre el asesinato de Michelini y en entrevistas que mantuve con ella. En esas conversaciones me contó sobre vínculos y situaciones con militares que derivaron en una obra de ficción. En este caso, descubrimos que las actas del tribunal de honor en sí contenían todos los elementos esenciales al teatro. La intensidad del conflicto, el universo de los personajes, los choques de intereses entre ellos, el lugar donde se desarrolla la acción, la potencia del tema. Es una obra donde conviven ficción y documento.

-Con un personaje oscuro, sin remordimientos, y en un contexto poco transparente como un tribunal militar, ¿cómo ha sido el proceso creativo para transformar esas declaraciones en una obra teatralmente atractiva, más allá de su perturbador contenido?

-Cuando trabajamos en cualquier obra de teatro partimos del mismo lugar. Un texto escrito sobre el que nos planteamos preguntas para explorar qué motivó a los personajes a decir lo que dicen y a hacer lo que hacen. También investigamos mucho para entrar en el territorio de la obra. En este caso, Virginia Martínez tuvo un rol muy importante en el proceso de guiarnos en la investigación. Gilberto Vázquez, más allá del rol brutal que tuvo durante la represión, es un personaje que hiere, lastima. Su relato produce emociones extremas, provoca interrogantes sobre su naturaleza y sobre todo acerca de su formación. No hay que olvidarse de que Vázquez fue formado en Inteligencia. Es un técnico en armar historias para conseguir sus fines. Pero de sus palabras emerge una verdad: los métodos que usaron en los lugares de detención. Pero también el tribunal nos plantea preguntas, quiénes son, cuáles fueron sus historias personales, qué va pasando con ellos mientras el coronel habla y habla y no para de hablar. Nos hace preguntarnos, por ejemplo, por qué hicieron lo que hicieron y, sobre todo, por qué no hicieron lo que tenían que hacer: parar las actuaciones del tribunal y pasar todo a la Justicia. En la búsqueda de respuestas aparece la interacción, las atmósferas, surge el teatro.

-¿Cuáles efectos creés o esperás lograr en los espectadores ante lo representado, quizás indignación, conmoción y reflexión?

-Es difícil apuntar a que los espectadores sientan algo concreto. Esta es una obra que habla de la violencia, de situaciones de violencia que pasaron acá. No en Alemania, no en la URSS, no en Afganistán, no en la vieja y lejana Grecia. Pasó acá. Estamos acostumbrados a historias de violencias ajenas, con las propias veremos qué pasa. Para quienes estamos involucrados está siendo un viaje intenso, hondo y que pensamos que está valiendo las penas.

-Tú hiciste la traducción del francés del libro El Arte del presente, de Ariane Mnouchkine; allí ella rescata lo que un espectador le dijo luego de presenciar una obra de ella: “Sabía que Ifigenia había sufrido, ahora pude sentir su sufrimiento”. ¿Qué te sigue pareciendo esta vivencia acerca del teatro?

-“Cuando nace el teatro, los griegos habían escuchado relatos durante generaciones, pero asomarse a una historia como espías tras las rendijas de una puerta era una experiencia muy distinta y de extraña intensidad”, dice Irene Vallejo en El infinito en un junco; como señalaba antes, vimos que las actas tenían todos los componentes que invitan al teatro, entre ellos la potencia de un tema que ha querido ser secreto y sin embargo palpita en la sociedad.

– Esta es una coproducción de la Comedia Nacional y Teatro Circular, ya que la Comedia retomó esa política de colaboración con el teatro independiente. ¿Cómo lo vivencian los actores y actrices en Las Actas y vos como directora?

-Los artistas de teatro somos iguales en todas partes, en la Comedia y en el teatro independiente y en cualquier país. Somos actores y actuando nos buscamos y nos entendemos. Es un intercambio muy bueno para todas las partes.

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