Entrevista a Ignacio Ferreyra: Concerniente al albedrío, desde México al Teatro Victoria
Entrevistas Centrales / 1 marzo, 2023 / Luis Vidal Giorgi
Ignacio Ferreyra:
“Decidimos que la obra tenía que ser no solo una denuncia, sino también una reivindicación del propio cuerpo femenino.
El grupo teatral mexicano Realidades Asimétricas se presenta en Montevideo en el Teatro Victoria, con una propuesta que aúna lo audiovisual y lo teatral, en torno al tema de la violencia sobre el cuerpo de la mujer. Conversamos con su director, que, además de su amplia formación artística, tiene la condición de ser nacido en Uruguay y haberse exiliado con sus padres desde muy pequeño en México, país en el cual permaneció desde entonces.
-A modo de presentación, ¿cómo han sido las circunstancias personales del acercamiento al teatro y la formación artística de los integrantes?
-Mi primera aproximación al teatro tuvo mucho que ver con mi propia condición de exiliado, pues la primera obra de teatro a la que recuerdo haber asistido fue Artigas, general del pueblo, montaje de El Galpón en México. Probablemente es necesario aclarar que nací en Montevideo y, como tantos otros, me fui de Uruguay con mis padres cuando tenía 2 años de edad. En el caso de mi familia, echamos raíces en México y, después de algún impasse, decidimos quedarnos allá.
Volviendo al teatro, muchos años después, en el año 2000, estrené mi primera dirección escénica en el foro Contigo América, fundado por Blas Braidot y Raquel Seoane, así que de alguna forma mis orígenes orientales siempre se han hecho presentes en mi quehacer teatral.
En mi carrera profesional siempre he procurado abordar los distintos lenguajes escénicos y no solo la dirección. Estudié actuación, pero luego me dediqué varios años al diseño sonoro, la iluminación y el diseño de multimedia y video escénico. También llegué a hacer vestuario y coordinación técnica. De alguna manera, siento que todo fue un largo periodo de aprendizaje para llegar al momento de decir: Ahora sí, todo lo anterior fue para llegar aquí, a Realidades Asimétricas, que es donde finalmente pongo en juego todo lo aprendido como una apuesta escénica personal.
Todo esto confluye en el momento en que conozco a Daniela Palao en 2017 y decidimos hacer un primer montaje, Identidades del vacío, que, de alguna manera, trazaría la ruta a seguir con la compañía.
-Por lo que se desprende de su actividad como grupo, se plantean el abordar temáticas de impacto social en el contenido y búsquedas formales originales. ¿Cuáles son los objetivos que los impulsan?
-Nos parece importante dialogar con la sociedad de hoy, y creemos que para eso es necesario hablar de lo que está ocurriendo hoy. Sin desdeñar a grandísimos y maravillosos autores, siento que tenemos una urgencia por decir nuestro propio discurso, nuestras propias reflexiones. Por eso, nuestro proceso de trabajo siempre implica un laboratorio actoral donde escuchamos las voces de todos los involucrados y todas las aportaciones se toman en cuenta para llegar a la estructura dramática final. Sentimos que el resultado queda permeado por un punto de vista original que le da más honestidad al discurso.
-En la obra que presentan en Montevideo, se aborda el tema de la violencia contra la mujer. En su teatralización, el espectáculo, ¿qué elementos presenta para trascender, desde el punto de vista artístico, la denuncia?
-No somos los primeros y, desgraciadamente, tampoco seremos los últimos que deciden abordar este tema. La violencia de género en México parece crecer con cada año que pasa y no hay ley, gobierno o empatía alguna que parezca cambiar la tendencia. Mientras trabajábamos en Concerniente al albedrío, pronto nos dimos cuenta que recurrir a la denuncia, las estadísticas, los datos duros, etc. solo le quitaban humanidad al problema, le quitaba rostro a cada mujer. Y entonces decidimos enfocar el montaje desde un punto de vista personal: ¿cómo afecta a una mujer vivir con esta violencia cotidiana?, ¿en dónde queda su libertad y su poder de decisión, si su entorno la censura, la señala y la castiga por ejercer su albedrío?
A partir de estas y otras preguntas decidimos que la obra tenía que ser no solo una denuncia, sino también una reivindicación del propio cuerpo femenino, pues es un cuerpo que históricamente les ha sido negado y arrebatado, y es, por lo tanto, el primer territorio a recuperar. En ese sentido, el desnudo en esta obra es un posicionamiento político.
-Han integrado lo audiovisual a lo teatral con tal grado de imbricación que incluso han participado como grupo en festivales de cine con amplio reconocimiento. ¿Cómo ha sido esa experiencia?
-Esa es una historia curiosa. Concerniente al albedrío estaba programada para estrenarse en marzo de 2020, cuando la pandemia cerró todos los teatros indefinidamente. Muchos recurrieron entonces al streaming o al teatro grabado, y los resultados que veíamos no nos parecían siempre del todo satisfactorios. Entonces decidimos que sí íbamos a hacer una versión audiovisual de nuestra obra, era mejor tratar de aprovechar los recursos del video (locaciones, transiciones, efectos, etc.) y hacer un híbrido entre teatro y cine. Una “puesta en video”, como yo le llamo.
Debido a nuestro escaso presupuesto como compañía independiente, todo lo tuvimos que hacer nosotros, incluida la edición del material, lo cual nos llevó tanto tiempo que cuando estrenamos esta versión audiovisual, llamada Albedríos, en diciembre de 2021, los teatros ya habían reabierto sus puertas desde hacía tiempo y parecía que llegábamos muy tarde a la fiesta teatral en redes.
Esto nos llevó a intentar algo que en ningún momento habíamos pensado: meter nuestra obra audiovisual al circuito de festivales de cine, para ver si de casualidad al público cinematográfico le resultaba interesante nuestra propuesta. En los 8 meses que llevamos desde esa decisión, nos ha quedado claro que vaya que sí les resultó atractiva: Albedríos ha sido seleccionada en 52 festivales de cine en todos los continentes, ganando hasta ahora 33 premios, particularmente en la categoría de Cine experimental. Ni en nuestros sueños más salvajes pensamos que algo así pudiera ocurrir.
-Hay una reivindicación del cuerpo de la mujer en la desnudez permanente de las actrices, pero también de lo específicamente teatral, ya que es un arte de la presencia y el presente. ¿Cómo fue el proceso para llegar a esa propuesta?
-Fue un proceso delicado, pero a la vez liberador. Como dices, nos parecía importante reivindicar el cuerpo femenino y evidenciar que todos los prejuicios en torno al cuerpo son imposiciones sociales, familiares, históricas, pero que no hay nada inherente al cuerpo mismo que justifique la violencia a la que es sometido.
Sin embargo, todos estos condicionamientos y aprendizajes están metidos en la psique, en el cuerpo y en las entrañas, y por más que tuviéramos claro el discurso, era importante ser capaces de accionar esa naturalidad y coherencia desde el cuerpo mismo, por lo que dedicamos una buena parte del proceso a analizar y reconocer esos prejuicios y valoraciones aprendidos a lo largo de los años, esas ideas que nos han metido desde niños y niñas de todo lo que supuestamente está mal con nosotros, de todo lo que no es aceptable, lo que nos avergüenza, las expectativas, particularmente a las mujeres y los estereotipos inalcanzables de belleza que se manejan en el mundo occidental. Tuvimos que pasar por ahí y, de alguna manera, desaprender todo eso para que las actrices pudieran pararse desnudas en escena sin preocuparse por otra cosa que no sea la ficción. Y me atrevo a decir que lo logramos. La desnudez en esta obra pasa de la vulnerabilidad y se convierte en empoderamiento.
-El espectáculo en su texto parece apuntar más a lo poético y al pensamiento interno de los personajes que al diálogo. ¿Alguna frase significativa de este?
-Hay varias frases que me siguen estremeciendo incluso después de más de 2 años de dar funciones. Algunas son: “… Entierra esas piernas fuertes a la tierra, esas piernas que han pisado muchas tierras; porque, hermosa mía, esa es la única manera de lograr abrazar ausencias sin que te lleven con ellas”. “Te escribo y reescribo todos los días para no olvidar tu rostro y tu risa contagiosa”. “Perfuma el aire con tu rabia y quiebra todas esas casas enfermas dentro de una ciudad enferma que están a su vez dentro de un país pavorosamente enfermo que nadie puede curar porque nadie sabe de qué se trata la enfermedad”.
-¿Algo más que quieras agregar?
-Muchas gracias por el espacio y por el apoyo. Es muy especial poder llevar este trabajo a Montevideo, un objetivo personal muy significativo para mí. Y aunque no puedo desearle al público que la “disfrute”, porque el tema no da para eso, sí quiero que compartamos un momento de reflexión y empatía juntos, que, finalmente, de eso se trata el teatro.