Entrevista a María Varela. “Hay que burlarse con desenfado del conservadurismo, de la manipulación que ejerce el poder y también del deterioro ético que rodea a estas sociedades”

Teatro / 31 julio, 2024 / Luis Vidal Giorgi

María Varela, que es directora habitual del Teatro Circular, presenta en esta ocasión una obra compuesta por varios textos del irónico autor, vanguardista en su momento, hoy ya un clásico del siglo XX, el rumano-francés Eugène Ionesco, eximio representante del denominado teatro del absurdo.

 

Repasando tus más recientes procesos creativos, has dirigido un texto de autor inglés de tono psicológico, Hijas e hijos; los conmovedores testimonios de las presas políticas en Memorias para armar. ¿Has sentido la necesidad de transitar por un texto diferente en base al humor inteligente de Ionesco?

-Las elecciones de los textos que he dirigido no partieron de mis necesidades, sino de los propios textos que me atraparon al descubrir la posibilidad de crear un puente con el público. Este proyecto se presenta en el marco de las actividades por la conmemoración de los 70 años del Teatro Circular de Montevideo, institución que transitó siete décadas de intensa labor cultural. Entre las actividades planteadas, se pensó realizar un homenaje a Mercedes Rein y Jorge Curi, referentes del teatro y de la cultura en general. En 1994, Curi y Rein versionaron y adaptaron obras de Eugène Ionesco: La cantante calva; La lección; Jacobo o la sumisión; y El porvenir está en los huevos. Esta última es la segunda parte de Jacobo o la sumisión, el trabajo fue realizado para estrenar la obra ese mismo año, con el nombre de El porvenir está en los huevos. Al releer nuevamente el texto me pareció ideal para estos tiempos, con el humor satírico y mordaz, donde a través del absurdo podemos reírnos de nuestra existencia. La incoherencia, los disparates de lo dicho y lo ilógico de la obra, me persuadió para saber que era el momento justo e ideal para realizarla.

El llamado teatro del absurdo se caracteriza por el juego con el lenguaje, que por su abuso no comunica, por eso la palabra absurdo tiene su origen etimológico en “sordo”, aludiendo a un diálogo entre dos de esa condición. En estos tiempos de estar hipercomunicados y con las redes sociales dando lugar a diálogos de ese tipo, por los malentendidos y descalificaciones, ¿cómo creés que se actualiza la obra de Ionesco?

-En esta época y en la sociedad en que vivimos es ideal trabajar con un autor como Ionesco, representante del teatro del absurdo, junto a Samuel Beckett, entre otros. Poniendo de manifiesto, desde un trasfondo pesimista, la poca o ninguna importancia de la existencia humana en un mundo impredecible, donde la mentira es aceptada como una verdad y donde la inexistencia de una comunicación entre las personas se vuelve norma de convivencia. Los juegos verbales sin sentido, o sin sentido aparente, son la forma más violenta de comunicación. Esta obra a través del humor mordaz y agudo muestra a una sociedad fragmentada, con discurso y comunicaciones absurdas, argumentando constantemente la defensa y la persuasión de las mentiras que por inercia creemos. No es necesario ir muy lejos para ver el absurdo cotidiano en el que vivimos, con las redes sociales, con los diálogos generados sin escucharnos muchas veces, con los discursos de los que nos gobiernan y, por supuesto, con la mentira que aceptamos como verdad, sabiendo que no lo es. Hay que burlarse con desenfado del conservadurismo, de la manipulación que ejerce el poder y también del deterioro ético que rodea a estas sociedades.

Y en cuanto a esta obra, especialmente, El porvenir está en los huevos, ¿cómo está compuesta su estructura y cuáles son los elementos que te resultan atractivos para los espectadores de hoy?

-Se compone de las obras Jacobo o la sumisión y El porvenir está en los huevos. Jacobo, como muchos jóvenes desencantados del mundo en que viven, reniega de todo lo establecido y se enfrenta a su familia. Hay que consolidar la institución familiar, hay que prolongar la especie; Jacobo tiene la obligación de prolongarla a través de la tradición y las buenas costumbres. En tono de comedia, el enfrentamiento de un joven con su familia revela cómo está la sociedad construida, no importa la felicidad, importa la productividad. Todo se reduce a trabajar y poner huevos.

De La lección, donde un profesor con un falso razonamiento intenta dominar a su alumna, con mucho humor e ironía se va viendo cómo por medio de la “educación” se intenta doblegar a una joven, impidiendo que tenga su propio razonamiento.

Y en cuanto a La cantante calva —un texto que refleja una sociedad atemporal—, a través del humor absurdo, vamos desentrañando la soledad y la incomunicación total de los personajes, y descubriendo, en lo delirante, el paralelismo de nuestra realidad. Qué absurda puede ser la vida donde los valores son tamizados por una conciencia colectiva, donde la realidad se va diluyendo con una apariencia dudosa.

Respecto a la puesta y la forma de encarar la actuación, ¿qué aspectos te interesaría destacar?

-La puesta tiende a que podamos reflejarnos en esos diálogos sin sentidos, en las situaciones ilógicas, absurdas de la obra y que nos permita pensar que podríamos tener algunas semejanzas con los personajes. Se aspira a reflejar el caos global, la desintegración del lenguaje y la carencia armónica de la sociedad. En cuanto a la actuación, se tiene que partir de la base de que nada puede ser explicado por la razón. Algo tiene que revertirse, que la comunicación vuelva y que la verdad sea la verdad y que aceptemos la mentira como tal. Busquemos respuestas certeras para lidiar con nuestros conflictos.

Esta obra la presentó Jorge Curi hace muchos años en el mismo Circular y tú participaste y siempre nos es grato recordar a los maestros. ¿Recuerdas algún comentario o indicación de Curi, quien poseía un fino humor (entre otras virtudes), sobre la obra?

-Jorge Curi fue un gran maestro, tuve la suerte de trabajar en varias obras dirigidas por él, como actriz y también como asistente de dirección. Sus ensayos eran clases magistrales, quienes trabajamos junto a Curi tenemos su huella. Trabajé en esta obra bajo su dirección, junto a Jorge Bolani, Nancy Salaberry y Xabier Lasarte, que hoy están nuevamente en el equipo. El humor de Curi era increíble, agudo e inteligente. Cuando hacemos una obra Curi siempre está, en una frase o en una anécdota. No podría destacar un comentario o una indicación, ya que siempre surgen en el trabajo mismo, es como si estuviera presente en los ensayos y en las funciones.

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