Ediciones de la Banda Oriental

Wilson: libertad, desarrollo y acción

Libros / 29 diciembre, 2018 /

PROLOGO

Gerardo Caetano – Daniel Corbo

¿Qué puede decirnos Wilson Ferreira Aldunate a cien años de su nacimiento y más de treinta años después de su muerte? ¿Cuánto puede interpelarnos su trayectoria cívica después de todo cuanto ha pasado con su memoria viva, en especial en estos tiempos en que la política parece ser ganada por la “posverdad”, por la “autoverdad” y por el impulso a la confrontación ciega como estrategia política? Al comenzar a pensar y coordinar este libro, una y otra vez nos asaltó –y es difícil no incurrir en la primera persona en la evocación de esta figura de la historia uruguaya- aquellas imágenes de hace tres décadas, aquel cortejo triste de multitudes acongojadas, esa sensación tan profunda de orfandad colectiva que invadió a una gran mayoría del pueblo uruguayo aquella tarde de marzo de 1988, al ver pasar el féretro de Wilson desde el Palacio Legislativo hasta el Cementerio del Buceo. Fue entonces que, como sólo ha sucedido algunas pocas veces ante la muerte de grandes personalidades de la política nacional e internacional, muchos de nosotros, no importaba desde dónde lo hiciéramos, si lo habíamos votado o a qué partido perteneciéramos, volvimos a ver en su figura, siempre tan cargada de vida y de pasión, un eco de compañía vital, un espejo intransferible de pertenencia última a un nosotros ciudadano, múltiple, controvertido, plural y a la vez cercano.

No por casualidad “Por la Patria” fue su lema favorito. Es imposible olvidar aquella soledad cívica –que no hay que confundir con identidad partidaria, pues hay “nosotros” que deben cimentarse con mayor grandeza, con miras más elevadas- que tantos uruguayos sentimos aquella tarde. Lo que ocurría entonces y ocurre todavía hoy es que Wilson Ferreira se había unido para siempre con nociones identificatorias de la ciudadanía democrática del Uruguay, como un referente de libertad intransferible, en especial con todos aquellos que enfrentaron la ominosa dictadura civil militar, desde adentro o desde afuera del país.

Pero no viene este libro a rememorar la muerte de Wilson Ferreira. Queremos celebrar su vida, que es lo perdurable, que es un mensaje inextinguible de fe en el destino nacional y una invitación a la esperanza. Para ello pedimos prestada la pluma a su entrañable amigo Enrique Beltrán, que nos dejó un retrato insuperable de su alegría de vivir. “Vencedor del infortunio, de la cotidianeidad gris, del odio, de la derrota, supo extraer de las menudas cosas de todos los días un insospechado caudal de recreación, de belleza y de gozo. Su figura, que tantas cosas ha sido, es de una manera muy especial una invitación a la vida y a la esperanza”. El Wilson que queremos recordar es el de esa convocatoria a salir de la comodidad y de lo gris, el que nos llama a transformarnos a nosotros mismos sin dejar de ser lo que siempre hemos sido, a animarnos a la aventura épica de impulsar los cambios que el país necesita para que sea más país y más de todos, en justicia y libertad.

“¿Qué queda –decía el propio Wilson Ferreira en 1980, a través de un cassette llegado clandestinamente al país con sus comentarios y definiciones frente a la proximidad del plebiscito constitucional de noviembre de aquel año-, qué queda del Uruguay, qué es el Uruguay si suprimimos, si damos la espalda a lo que la República tiene de constante y de definidor? (…) Cada día creo más y más fervientemente que el único problema es (antes que nada) el problema de la libertad. Todo lo otro, desde la armonía y la justa distribución de las oportunidades y de los bienes, hasta la entrega al servicio de la comunidad nacional, todo, en última instancia, se reduce siempre a un problema de libertad. (…) Es la hora de despedirnos. Yo no he querido que esta conversación con ustedes tuviera un carácter partidista; en momentos como estos no podíamos olvidar que los blancos no usamos otra enseña partidaria que la bandera nacional. Con gran confianza en ustedes, con gran confianza en el país, la única forma que se me ocurre para despedirme de todos (…), desde tan lejos pero sintiéndome tan cerca, no se me ocurre otra manera que, sin gritarlo, casi como rezando, decirles: ¡Viva la Patria!”

La primera convicción que queremos trasladar al lector es precisamente que los textos de esta compilación no tienen sentido político partidario, no tienen “agenda oculta”. Buscan como objetivo recordar a Wilson Ferreira con sentido nacional, desde enfoques diversos de muy diversa índole. Refieren a la tarea de contribuir a que el centenario de una figura como la de Wilson se proyecte desde esa plataforma republicana y pluralista que merecen las grandes figuras, tan indispensable para recuperar la dimensión ciudadana de los grandes legados. Por eso entre los autores se verá a “wilsonistas” “hasta el tuétano” y “blancos” “como hueso de bagual”, pero también a ciudadanos que desde otras identidades y condiciones cívicas perfilan textos que deben ser leídos desde ese “nosotros” no partidista, desde ese “nosotros” que se confunde de manera entrañable con esa “gran confianza en el país”, de la que tanto hablara y que caracterizaba a Wilson Ferreira. Por cierto que ello no supone intento alguno –siempre espurio y en este caso absolutamente inútil- de “borrar las huellas” que hacen de Wilson un “horcón” insustituible de la tradición de su partido, el Partido Nacional.

Por el contrario, este libro de compilación de autores y abordajes distintos no apunta a ninguna proyección de tipo partidario. Sí reivindica proyectar el legado wilsonista a ese espacio privilegiado de la tradición nacional y republicana que trasciende a los partidos, que propone referentes que desbordan las banderías y se vuelven foco de inspiración y de interpelación en todas las tiendas. Esa circunstancia, que a nuestro juicio es la que hace más vivo el legado de Wilson en el centenario de su nacimiento, configura una constante de esta obra, cruza como “idea fuerza” todos los testimonios recogidos de hombres y mujeres de las más diversas procedencias. A la vez –nos consta- ha sido una voluntad muy deliberada de quienes hemos coordinado este emprendimiento, desde la Fundación Wilson Ferreira Aldunate, la Editorial Banda Oriental y los editores del libro. Ojalá que las lecturas puedan sintonizar con esta inspiración, que no significa otra cosa que apostar a sentir –como Wilson supo enseñar- a la “nación” como “comunidad espiritual”.

 

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