Hermandad teatral México – Uruguay: La tradición del día de muertos en México

Teatro / 31 octubre, 2024 /

El Día de Muertos es una celebración tradicional mexicana que se lleva a cabo los días 1 y 2 de noviembre. Es una mezcla de elementos indígenas y católicos, y se caracteriza por su colorido y alegría. Durante esta festividad, se cree que los difuntos regresan al mundo de los vivos para convivir con sus seres queridos. Por ello, se les recibe con altares adornados con flores, velas, fotos, comida y bebida que les gustaban en vida. También se realizan distintas actividades, como la elaboración de calaveras de azúcar y la lectura de “Calacas” (versos humorísticos que se burlan de la muerte). Desde 2008, la festividad es considerada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

En el contexto del Día de Muertos las representaciones teatrales cobran especial relevancia. Las obras de teatro que se crean para esta ocasión suelen combinar elementos de drama y comedia. Los guiones de las obras de teatro del Día de Muertos suelen inspirarse en leyendas y tradiciones mexicanas, con énfasis en elementos como la Catrina, un elegante esqueleto que surgió en 1912 de manos del grabador mexicano José Guadalupe Posada para ilustrar unos versos en rima —conocidos como “calaveritas”— y mofarse de las clases sociales en el México de principios del siglo XX. Las puestas en escena recuperan, también, la colorida estética de la festividad, que se entrelazan en diálogos y situaciones que conectan a los espectadores con el mundo de los vivos y el de los muertos.

A través de las obras de teatro del Día de Muertos se propicia una revalorización de las tradiciones y costumbres mexicanas. La puesta en escena de estas historias ancestrales no solo entretiene, sino que también educan y sensibilizan al público sobre la importancia de honrar a los seres queridos y mantener vivas las raíces culturales.

Patricia Villafuerte

 

Obras de día de muertos

Cada quien su Frida

En la puesta en escena del musical Cada quien su Frida, la dramaturga, actriz, directora y activista Ofelia Medina, recrea, en esencia, a la pintora mexicana Frida Kahlo: su vida, su obra, su mito, sus misterios, su voz, su humor negro, su ironía, su canto a la vida.

La propia Ofelia Medina dice sobre el montaje: Un día antes de su muerte, en 1954, Frida Kahlo participó en una manifestación denominada “Manos fuera de Guatemala”, y al regresar de esa jornada de lucha (contra la intervención de Estados Unidos en el país centroamericano), en compañía de Concha Michel, compositora y cantante, comunista, igual que Frida, se organizó una noche bohemia con mucho tequila y música. Frida bebía para ahogar sus penas, y al dolor lo consolaba con inyecciones de morfina. No aguantaba el dolor de los huesos, pero más le dolía la revolución. Y es que Diego Rivera se había acostado con todas sus discípulas, artistas, modelos, y hasta con su hermana. Cuando llegan los músicos Frida se encuentra consigo misma, pero muerta, que le dice: “Vámonos”. Pero contesta: “Espérame tantito, todavía no”. Y esa noche Frida muere cantando, como toda buena mexicana.

 

En escena se ve a Frida calaca, que es la muerte que le coquetea durante todo el tiempo, porque ya se la quiere llevar. Dirigida y actuada por la actriz Ofelia Medina, el guion de Cada quien su Frida proviene de los propios textos de Kahlo. El musical tiene una fuerte carga política y mucho baile. Ofelia, quien ha dado varias versiones de Frida, ahora escribe y dirige esta puesta en escena del género esperpento, en la que borda las palabras y preferencias musicales de Frida con la presencia de otros personajes.

La chorcha de las calacas

La Compañía Marionetas de la Esquina, dirigida por Lourdes Pérez Gay, presenta la obra La chorcha de las calacas, basada en el libro La ciudad que nos inventa, crónicas de seis siglos, del narrador y periodista Héctor de Muleón, adaptada por Amaranta Leyva.

Es ya el día de la fiesta de Día de Muertos y La Catrina, la gran anfitriona, se levantó tarde y olvidó invitar a sus amigos. A partir de ahí, tendrá que recorrer un largo camino por lugares emblemáticos de la Ciudad de México acompañada de una calaquita a la que le va explicando el significado del día de muertos.

La chorcha de las calacas es protagonizada por elegantes y versátiles títeres, diseñados por Lucio Espíndola (1935-2022). Sobre el escenario, la Catrina y Calaquita hacen uso de diversas emociones: ternura, sorpresa, miedo, alegría y risa, y ofrecen un viaje divertido por la historia de México, para mostrar al público los lugares más simbólicos de la Ciudad de México, todo eso salpicado de mucho humor, que es como los mexicanos tratan al Día de Muertos.

La idea de la obra, comentó en una entrevista Amaranta Leyva, “es darle un resignificado a la ciudad por la cual caminamos todos los días. Con esto se busca que el público, después de verla, perciba la ciudad de otra manera”.

Mientras transcurre la obra, el profesionalismo del elenco es tan virtuoso que hace que el espectador se olvide de quienes los mueven; son los títeres moviéndose por sí mismos.

 

Patricia Villafuerte

Comentarios

[vivafbcomment]