La noche del crimen

Esta es una interpretación ficticia de un crimen real en el que el recién ascendido Vivés (Bastien Bouillon) lleva a su equipo de detectives de Grenoble a un pequeño pueblo para investigar un espantoso asesinato. Caminando a casa desde la casa de un amigo la mañana anterior, Clara (Lula Cotton-Frapier) se enfrenta a un extraño que le arroja un líquido combustible y luego le prende fuego.
Lo que la Policía Judicial tiene para trabajar es un espectáculo espantoso. Sus investigaciones revelan rápidamente que no faltan atacantes potenciales. Esta chica había vivido una vida “animada”, sin que sus padres lo supieran, y sus novios iban desde el nerd hasta el oportunista y el francamente malo Caron (Pierre Lottin). El problema es que muchos sospechosos no suman muchas pruebas, y el ánimo del equipo comienza a desmoronarse a medida que la falta de progreso real se vuelve frustrante, exasperante y personal.
Aunque la película tiene elementos de novela policíaca, se trata esencialmente un drama que ilustra las dificultades que enfrenta un equipo de oficiales con recursos insuficientes que no pueden evitar involucrarse en los crímenes atroces deben tratar de resolver. La película analiza con cierta intensidad las propias relaciones personales y, con frecuencia, está salpicada de humor negro y puntos de vista opuestos sobre la víctima. Bouli Lanners es efectivo en su personaje de Marceau, que tiene su cuota de desastres domésticos.
El talento de Dominik Moll ya no requiere demostración. Only The Animals (2019) ya había impresionado con su estructura dramática y su rica historia. Aquí con La noche del crimen, la línea dramática de la película es más directa, tradicional, con un femicidio, la investigación, los sospechosos, los policías y sus problemas. La película se apoya sobre todo en sus personajes, es decir en sus actores (Bouillon, Lanners) que rinden al nivel que se les exige, y sobre todo las actrices complementarias, todas ellas personajes que existen y aportan mucha emoción de forma natural. Esta naturalidad otorga a la película una pátina documental y una cuota suplementaria de convicción. Puede decepcionar si de ella esperas los pasos de un thriller. Sin embargo, rezuma sinceridad y quizás esa sea su principal virtud: pretende ser de verdad, y hasta no faltan quienes creen haber detectado en la película elementos que remiten a Bergman y Chabrol.