CARRIE
Estados Unidos, 1976
Dirección: Brian De Palma
Guión: Lawrence D. Cohen, Paul Monash, sobre novela de Stephen King Fotografía: Mario Tosi. Música: Pino Donaggio. Producción: United Artists. Elenco: Sissy Spacek, Piper Laurie, Amy Irving, William Katt, Betty Buckley
Duración: 98 minutos
Carrie White, una tímida adolescente que vive con su madre, una fanática religiosa. Es objeto de las burlas constantes de sus compañeros de liceo. Cuando, en las duchas del gimnasio, la chica sufre un ataque de histeria al tener su primera menstruación, a una de sus compañeras se le ocurre gastarle una broma macabra durante la fiesta de graduación. Lo que todos ignoran es que Carrie posee poderes telequinésicos que pueden provocar una catástrofe.
Stephen King todavía vivía en una van junto a su esposa, enseñaba inglés y había publicado cuentos en algunas revistas, pero fue su primera novela (y la película subsiguiente) los que lo catapultaron a la fama. Carrie es una novela sólida, compacta y contundente, que revela ya al escritor talentoso que King puede ser cuando se lo propone. Uno de sus méritos reside en la estructura de puzzle mediante la cual cuenta sus horrores, el múltiple punto de vista de participantes en el drama, noticias periodísticas y un informe policial, cada uno de los cuales aporta algunos datos para entender lo que pasó.
Hay un dato más que hace a la significación de Carrie: la insistida preocupación de King por los horrores (esos sí reales) de la existencia en los liceos norteamericanos, con sus odios, venganzas, envidia y, en el caso de esta película, la implacable concatenación de episodios que despiertan a un monstruo (si es que Carrie es un monstruo: muchos de sus compañeros de curso son mucho peores que ella). De Palma había hecho ya varios films independientes de bajo presupuesto, había adaptado El fantasma de la ópera al mundo del rock (Fantasma en el paraíso) y realizado el interesante ejercicio hitchcockiano de Las hermanas diabólicas, pero Carrie fue realmente la película que lo dio a conocer, dando paso a varias exitosas películas posteriores (Magnífica obsesión, La furia, Vestida para matar, Scarface, Atrapado por su pasado), antes de extraviarse en la pretensión, la impersonalidad o ambas.
De Palma tiene cautela al podar a King (la catástrofe desencadenada por la protagonista es mucho más pequeña que en el libro), tal vez por aquello de la “suspensión de la incredulidad”, y se complace en la descripción de un universo estudiantil que se merece todo lo que le pasa. Lo apoya un elenco de primera línea, incluyendo la sensible Sissy Spacek y la veterana Piper Laurie, quien nunca entendió lo que estaba haciendo y creyó que era una comedia. En algún momento aparece incluso John Travolta.