Hay quien lo sigue considerando el mejor actor de la historia, aunque tenga toda una filmografía que demuestra lo contrario. La tragedia de Marlon Brando fue la de un innegable talento desperdiciado demasiadas veces en papeles insignificantes y en irritantes ejercicios de narcisismo, en medio de los cuales surgían, de vez en cuando, el intérprete poderoso y el dominio de pantalla que podía ejercer cuando quería. Había nacido el 3 de abril de 1924 en una familia modesta de Omaha (Nebraska), hijo de una actriz depresiva y alcohólica y un vendedor mujeriego y no menos bebedor. En Nueva York estudió arte dramático en el conservatorio de Stella Adler y en el Actor’s Studio, donde se perfeccionó en el método Stanislavsky. En 1947 tuvo su primer gran éxito en los escenarios de Broadway con su composición del violento Stanley Kowalsky de Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams, bajo la dirección de Elia Kazan. Inicialmente hostil a Hollywood, se dejó tentar por una propuesta para hacer cine y debutó brillantemente en el papel de un soldado parapléjico en Vivirás tu vida (1947) de Fred Zinnemann, donde estuvo conmovedor y convincente. Más tarde, Kazan lo solicitó para repetir en cine su labor consagratoria de Un tranvía llamado deseo (1952), que le valió la primera de sus varias candidaturas consecutivas al Oscar. La energía y la sexualidad a flor de piel que brotaba del personaje de Brando en esa adaptación de Williams hicieron de él el adelantado de una generación de actores que rompieron con una tradición de heroísmo monolítico y asepsia erótica. Su perfil rebelde se acentuó en películas como El salvaje (1954) de Laslo Benedek o Nido de ratas (1956) de Kazan. Esta última le valió su primera estatuilla. En algunos de los films de entonces y en muchos de los que vinieron después, el “método” comenzó a degenerar en amaneramientos y tics que se reiteraron sin variantes aunque el actor fuera un revolucionario mexicano (Viva Zapata, 1952, de Kazan), Marco Antonio (Julio César, 1953, de Joseph L. Mankiewicz), Napoleón Bonaparte (Desirée, la amante de Napoleón,1954, de Henry Koster) o un oficial nazi (Los dioses vencidos, 1958, de Edward Dmytryk) A comienzos de los años sesenta Brando se sintió tentado a ocupar el sillón del director con el western El rostro impenetrable (1961), otro ejercicio de narcisismo en el que ocupó el noventa y nueve por ciento de las tomas. Para entonces su estrella había comenzado a declinar. Es posible que haya saboreado con cierta fruición perversa la posibilidad de encarnar personajes que transgredían algún tabú racial (Sayonara, 1957, de Joshua Logan) o que se permitían cuestionar la política norteamericana en el Sudeste de Asia antes de que Vietnam se pusiera de moda (El americano feo, 1963, de George Englund), con lo que anticipó una tendencia a la “corrección política” que se acentuaría luego. Pero su estilo interpretativo se había vuelto casi irremediablemente excedido e irritante. Su carrera conoció una notoria recuperación a comienzos de la década del setenta, cuando Francis F. Coppola le ofreció el papel protagónico de El padrino (1972), una pesada macchietta de mafioso siciliano que le valió su segundo Oscar. A esas alturas no era un actor sino un icono, rodeado de cierta aureola rebelde que fue acaso lo que atrajo a Bernardo Bertolucci para utilizarlo en Último tango en París (1972): su electrica presencia en pantalla (especialmente cuando no tiene diálogo) fue sin duda lo mejor de una película discutible. En los últimos años se dispersó en papeles menores, ninguno de ellos con el peso de su “aparición especial” en la zona final de Apocalypse Now (1979) de Coppola, donde encarnó al torturado coronel Kurtz. El presente ciclo prescinde deliberadamente de algunos de sus trabajos más notorios (pero también más divulgados: El padrino, Apocalypse Now), pero hay bastante Brando en él.
Setiembre 24, lunes. A las 17.30, 19.30 y 21.30 hs
¡VIVA ZAPATA!
(VIVA ZAPATA!)
Dir: Elia Kazan.
EEUU 1952 -83 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Jean Peters, Anthony Quinn.
La revolución mexicana según Hollywood: protagonista idealizado, fondo histórico simplificado. Por sobre las tonterías del libreto de John Steinbeck se impone el vigor narrativo de Kazan, con algunos acentos épicos. Brando es Brando haciendo de Zapata, y frunce el ceño cada vez que tiene que pensar, como si a un campesino mexicano le costara.
Setiembre 25,martes. A las 18, 19.30 y 21 hs
EL SALVAJE
(THE WILD ONE)
Dir: Laslo Benedek.
EEUU 1953-79 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Mary Murphy, Robert Keith.
La legendaria película de motoqueros que proporcionó a Brando otro de sus grandes papeles. Antes que Dean, él fue aquí el verdadero “rebelde sin causa”, llenando la pantalla con una presencia magnética y una fuerza particular.
Setiembre 27, jueves. A las 17.30, 19.30 y 21.30 hs
NIDO DE RATAS
(ON THE WATERFRONT)
Dir: Elia Kazan.
EEUU 1954 -83 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Karl Malden, Lee J. Cobb.
La denuncia de la corrupción sindi – cal en el puerto de Nueva York fue entendida en su momento como una disculpa del director Kazan por su pasado comunista, y hasta como un subliminal mensaje maccarthysta. El film, efectivo y a veces efectista, es mejor que eso. Primer Oscar de Brando, que está muy bien.
Setiembre 28, viernes. A las 17.20, 19.30 y 21.40 hs
LA CASA DE TÉ DE LA LUNA DE AGOSTO
(THE TEAHOUSE OF THE AUGUST MOON) )
Dir: Daniel Mann.
EEUU 1956-123 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Glenn Ford, Machyko Kyo.
Vencedores y vencidos en el Japón de postguerra, en clave de comedia. Brando ofrece un grueso estereotipo con su disfraz de japonés, pero hay un buen comediante en el film: Glenn Ford. Medianamente divertida.
Setiembre 29, sábado. A las 17.50 y 20.40 hs
LOS DIOSES VENCIDOS
(THE YOUNG LIONS )
Dir: Edward Dmytryk.
EEUU 1958-123 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Montgomery Clift, Dean Martin.
La segunda Guerra Mundial, vista a través de los ojos de combatientes de ambos bandos, según ambiciosa novela de Irwin Shaw. La adaptación sintetiza (inevitablemente) demasiado, pero por trechos tiene su fuerza. Brando es el nazi que se va desencantando a medida que avanza el film.
Setiembre 30, domingo. A las 17.50 y 20.20 hs
EL ROSTRO IMPENETRABLE
(ONE-EYED JACKS)
Dir: Marlon Brando.
EEUU 1961-123 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Pina Pellicer, Karl Malden, Katy Jurado.
Un western de ambientación mexicana y (extrañamente) junto al mar. Brando arma el espectáculo al servicio de su narcisismo, pero el resultado es visualmente hermoso y ocasionalmente intenso.
Octubre 1º, lunes. A las 18 hs
MOTÍN A BORDO
(MUTINY ON THE BOUNTY)
Dir: Lewis Milestone.
EEUU 1962.-185 min. (Digital).
Con Marlon Brando, Trevor Howard, Richard Harris.
La famosa historia de la rebelión de la marinería del H.M.S. Bounty, filmada antes y después. Dos tercios del film son una tensa y hermosamente filmada aventura marina, aunque la zona final se estira y Brando sobreactúa.