Cinemateca Uruguaya

Agosto intenso en Cinemateca Uruguaya

Cine / 31 julio, 2018 /

Este mes de agosto llegan a las salas de Cinemateca estrenos de Francia, Rumania, Bolivia, Brasil, España y Uruguay.

En Una mujer, una vida (Francia 2016) la novela de Maupassant es nuevamente llevada a la pantalla grande por el director Stéphane Brizé. En la Francia del siglo XIX, una chica joven, repleta de sueños, después de estudiar en un convento regresa al hogar y se casa. Su matrimonio no resulta como esperaba y las ilusiones del principio se van marchitando con el paso del tiempo. La radiante muchacha irá virando progresivamente a la madurez, pero también a la infelicidad.

El director Brizé envuelve su material de época en reales esfuerzos de reconstrucción (vestuario, maquillaje, ambientación) y un esmero formal que roza lo experimental, con apelaciones al flashback, disociaciones de imagen y sonido y variaciones en la luz que van del deslumbramiento a la penumbra según  cambian los estados de ánimo de la protagonista.  Casi no hay música, reemplazada por una sistemática apelación al sonido ambiente  que refuerza la sensación de realismo del conjunto. Una de las grandes cartas del film es su elenco, en particular la sensible protagonista Chemla, que capta con sutileza los matices de emoción y sentimiento de su personaje.

Charleston (Rumania 2017) nos cuenta la historia de Alexandru, quien un par de semanas después de que Ioana, su mujer, muriese en un accidente de coche, y estando solo y borracho la noche en que cumple 42 años, recibe la visita de Sebastian, un joven tímido, que ha sido amante de Ioana durante los últimos cinco meses. Sebastian tiene una extravagante petición: quiere que Alexandru le ayude a superar la desesperación causada por la muerte de Ioana. Aunque en un primer momento pudiese parecer trágica u oscura, cercana al cine de denuncia de la Nueva Ola Rumana, la ópera prima de Andreï Cretulescu se rebela ante la desesperanza del cine de Christian Mungiu o Cristi Puiu. Aunque no evita la tragedia ni el duelo, abundan los toques humorísticos que llevan el drama al terreno del humor absurdo. La recuperación emocional de dos hombres ante la muerte de un ser querido, es la idea principal del film. Alexandru y Sebastian comparten ese luto y entablan una relación que será terapéutica para ambos. La evidente diferencia de caracteres, un tipo duro y un hombre sensible y retraído, protagonizará las secuencias más hilarantes.

Sangre de Campeones (Uruguay 2018) constituye un repaso de las glorias del fútbol uruguayo entre 1924 y 1930. Los directores Sebastián Bednarik y Guzmán García, ya habían abordado lo deportivo en trabajos como Mundialito (2010) y Maracaná (2014), y vuelven a hacerlo aquí con una solvencia que ya es su marca de fábrica.

La película arranca con algunas consideraciones generales sobre el fútbol, y comienza a alternar luego la crónica de lo estrictamente deportivo con el contexto histórico en el que los triunfos en los Juegos Olímpicos y luego el mundial del 30 afirmaron una identidad nacional. Las voces en off de historiadores y periodistas como Gerardo Caetano, Ricardo Piñeyrúa, Eduardo Ribas y otros contextualizan los éxitos en el campo de juego, ubicándolos en el espacio y en el tiempo. No es posible deslindar el deporte del entorno social y político en el que se desenvuelve.

El film se beneficia de una hábil utilización de su material de archivo. Hay fotos y  videos, complementado por las ilustraciones de Oscar Larroca, y las voces recreadas de gente como Héctor Scarone y Pedro Cea, que de a poco van cediendo espacio a dos de los protagonistas  de toda la historia, José Nasazzi y José Leandro Andrade. Alguien ha protestado por lo que falta o lo que sobra, pero más allá de que habría que ver de qué material se disponía y en la sala de edición hay que tomar decisiones, elegir, y siempre habrá quien disienta.

En lugar de quejarse por lo que no está, corresponde más bien celebrar lo que está: un  material bien seleccionado y editado, que atiende al deporte pero se anima a ir un poco más allá, y que recupera una zona de la historia y la identidad uruguayas. Elogios adicionales para la música de Hernán González. No es poco.

AVERNO (Bolivia 2017), su título alude a un lugar del imaginario de los habitantes andinos donde conviven vivos y muertos, y donde todo encuentra su cara opuesta. Tupah, un joven lustrabotas, debe hallarlo para rescatar a un tío perdido. El director boliviano  Marcos Loayza explora en éste, su séptimo  largometraje, la mitología andina, enfrentando a su protagonista con leyendas urbanas y seres mitológicos que merodean las calles de la ciudad de La Paz.

Parte del reto y desafío de Loayza y su equipo consistía en recrear  sitios que ya no existen, pero que se mantienen como leyendas urbanas en el imaginario colectivo. Uno de sus aciertos es mantener ese misticismo mágico gracias a una destacada dirección de arte y búsqueda de locaciones, recreando una cantidad de lugares a partir de cierta información que había en la literatura y en gran parte en la imaginación, para que quede esa incertidumbre, para que el espectador no sepa dónde se encuentra, según ha explicado el propio cineasta.  De hecho, El Averno fue a la vez un verdadero y mítico bar de La  Paz, ya desaparecido, cuyo propietario decoró haciendo pintar sus paredes con imágenes extraídas de La Divina Comedia, y donde la historia o la  leyenda ubican una cantidad de acciones criminales y sangrientas.

El documental JONAS Y EL CIRCO SIN CARPA (Brasil 2015) anuncia desde el título que se centra en Jonas, chico de trece años obsesionado con la vida circense. Su familia trabajó en eso en el pasado, pero hoy solo un tío suyo continúa la tradición. Nacido en un circo ambulante, su familia decidió dejar el circo para buscar un futuro estable en la ciudad de Salvador, en el noroeste de Brasil.

Su pasión impulsa al personaje a organizar con sus vecinos un circo en el patio de su casa. Practica acrobacias y actúa haciendo de payaso con sus amigos delante del entusiasta público formado por niños del barrio. Entre tanto, su madre se empeña razonablemente en que  se dedique a estudiar.

La directora Paula Gomes establece una casi automática empatía con la apasionada perspectiva del chico y las reuniones y ensayos con sus compañeros, al tiempo que paralelamente va mostrando las tensiones con la madre, cuando empiezan las clases  y no desea asistir, La película se las arregla así para lograr un difícil equilibrio entre el divertimento y los sueños del muchacho, y el drama que crece cuando la madre insiste  y los compañeros comienzan a alejarse.  Un cuadro humano que confronta las realidades prácticas de la vida con el mundo del idealismo y los sueños, y tiene el buen criterio de observar que compatibilizar ambos universos no suele ser tarea fácil.

Hay un fuerte componente autobiográfico en Verano 1993 (España 2017), primera película de la española Carla Simón. De hecho, se trata de una versión apenas ficcionada de su propia infancia. A los seis años, la pequeña protagonista pierde a su madre por culpa del Sida (el padre había muerto tres años antes)  y es enviada a vivir a un pueblo de montaña con el hermano de su madre, su mujer y su hija.

La directora y guionista Simón se anota un primer acierto en su pintura de la soledad y el desconcierto de su  personaje infantil, y prolonga varios de sus logros en el dibujo de esa niña que trata de pelear con su dolor interior, no sabe exteriorizarlo y busca un lugar en su nueva familia. Los adultos entran y salen de cuadro pero el espectador casi nunca los ve claramente: la cámara se ubica con frecuencia a la altura de la niña, como resaltando su soledad. Cuando el espectador no la ve, generalmente contempla lo que ella ve, en un reiterado empleo de la cámara subjetiva.

Como siempre además de los estrenos contaremos con varios ciclos que nos llevarán a repasar la obra de Win Wenders, Douglas Sirk y André Téchiné, y mucho más.

Para conocer la programación completa de Cinemateca visite nuestra web, www.cinemateca.org.uy, o llame al 21495795.

 

Los esperamos

 

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