Teatro por el mundo: Otra pascua en las trincheras

Teatro / 1 abril, 2021 / Luis Vidal Giorgi

Los teatristas del mundo han tratado de atravesar las circunstancias limitantes para lo presencial, con paciencia y creatividad, generando propuestas alternativas y adecuándose; pero este segundo año los encuentra más desvalidos de recursos y apoyos, por lo que hacen sentir sus reclamos en el mundo.

El marco del Día Internacional del Teatro fijado por la Unesco, que fue el 27 de marzo, sirvió para que teatristas de todos los continentes, especialmente en Europa y Latinoamérica, hicieran sentir sus reclamos ante los organismos estatales vinculados a la cultura, así se dieron representaciones al aire libre en plazas y parques, frente a gobernaciones y ministerios; por ejemplo, en varias ciudades de España, Colombia o México. Asimismo, en Francia se organizó una ocupación de los teatros para demandar más apoyo estatal en esta crítica situación. En la movilización se destacaba la ocupación del mítico teatro Odeón de París y otros ochenta teatros en todo el país. Es que según datos publicados: “en Francia, la cultura está considerada como uno de los vectores más dinámicos de la economía francesa, representando el 2,3 % del PIB del país, antes del estallido de la pandemia y dando trabajo a 670.000 personas (el 2,5 % de la población activa)”.

Vacuna Broadway y desempleados

Mientras, en Nueva York el gobernador De Blasio anunció que “es hora de subir el telón y traer de vuelta a Broadway”, y que se dará prioridad en la vacunación a todos los integrantes de espectáculos públicos, por lo que en cuatro semanas se cumplirá con la inmunización. La directora ejecutiva de la Asociación de Actores Equitativa, Mary McColl dijo: “El anuncio de hoy es un importante reconocimiento de la ciudad de Nueva York de que una robusta industria de teatro significa una economía sana y fuerte”.

De cualquier modo, al parecer, por ahora solo en España ha existido alguna respuesta decidida a los reclamos de apoyo económico, el ministro de Cultura y Deportes Rodríguez Uribes reconoció que “todos los sectores culturales han sufrido mucho, porque la dependencia del público les ha llevado a un callejón sin salida”. Y agregó algo que parece positivo: “Por primera vez la Cultura no ha sido la pagana de la crisis porque suben las partidas en los Presupuestos. Tenemos la posibilidad no solo de resistir y paliar el daño por lo que ha pasado, sino de cambiar y crear estructuras fuertes en la cultura”. Y lo rubricó con cifras: “Hemos hecho un esfuerzo muy grande. Ha habido dos decretos, el primero en mayo con 80 millones de ayudas directas y 800 millones en créditos blandos. Y en noviembre hemos reconocido el subsidio por desempleo para los artistas de espectáculos públicos”.

Hasta una azotea es buen escenario

En nota anterior referida al teatro en tiempos de pandemia, no mencionamos de manera suficiente que entre las propuestas de adaptación, sumado a los aforos reducidos, el streaming o formas paralelas como el radioteatro, estuvo el realizar representaciones al aire libre. Incluso en Montevideo estaba por estrenarse los espectáculos de calle que se habían presentado a un llamado de la Intendencia, como una posibilidad laboral y una movida cultural para los ciudadanos, pero debió suspenderse hasta que pase el recrudecimiento de la pandemia.

Y las experiencias han sido varias, evitando de cualquier modo las aglomeraciones, aunque hay que admitir que se sienten como incompletas comparando con la emoción estética de las salas. Entre ellas destacamos las representaciones teatrales que se han hecho en una azotea de un edificio patrimonio histórico en Buenos Aires; señala la información: “En la cúpula del edificio Bencich, en la esquina de Esmeralda y Córdoba, uno de los edificios históricos y obra maestra del arquitecto francés Eduardo Le Monnier, una compañía de actores y músicos se reúnen a interpretar y jugar con las más celebradas obras de William Shakespeare. La propuesta, adaptada y dirigida por Agustín Pruzzo, combina la improvisación y los textos clásicos del escritor de teatro más famoso de la historia universal. Mediante una rueda de la fortuna, se elige el material que presenciará el público en cada ocasión, Hamlet, Romeo y Julieta, Macbeth, Otelo, Sonetos, monólogos y fragmentos memorables con música en vivo”. Esta propuesta original permite la cercanía con los actores, además del disfrutar de la vista desde el casco histórico de la ciudad.

Más allá de alternativas espaciales para encontrarse con los espectadores, volver a las salas es una necesidad para los teatristas, pero también especialmente para los destinarios del arte escénico: el público. Por ejemplo, en una encuesta realizada en Buenos Aires, cuyos teatros volvieron a abrirse a fines del 2020, el 63 por ciento afirmó que la “nostalgia” fue la sensación más recurrente por no haber podido asistir a salas de artes escénicas en la pandemia.

Y para rubricar esa nostalgia y la importancia de esta cuestión, qué mejor, en estos tiempos de memes, que citar uno anónimo que reflexiona así: “Descubrí que puedo vivir sin autos, restaurantes, aviones o tiendas. Y confirmé que no puedo vivir sin música, libros o películas. La diferencia entre volverse loco o mantener la cordura la otorga el arte. Por eso la cultura es un derecho humano de primera necesidad”. Y el arte incluye al teatro, que es un lugar de encuentro para compartir y, por lo tanto, humaniza. Ya que al igual que con el cine, como decía un espectador norteamericano que extrañaba ver cine en la sala, no es lo mismo rezar en la casa que rezar en la iglesia.

Shakespeare también usa tapabocas

Y entre las noticias preocupantes que nos llegan, está nada menos que la posibilidad del cierre del teatro de Shakespeare, The Globe de Londres, que en realidad es una reconstrucción siguiendo el modelo del original que fue consumido por el fuego en 1613, luego de haber sido cerrado en uno de esos tantos momentos de persecución a los teatros. Es que The Globe, que solo realiza funciones de obras del bardo inglés, tiene un público que procede fundamentalmente del turismo y eso ha llevado a resentir su presupuesto, pero confiemos en que el orgullo británico no va a permitir que desaparezca, por más Boris Johnson que gobierne. Mientras, recordemos que en nuestro medio han cerrado el año pasado la sala del Notariado y dos espacios alternativos, Hieronymus Bosch de Palermo y Tractatus de la Ciudad Vieja.

Y para cerrar la nota con un tono de energía esperanzadora y prepotencia de trabajo, que es lo que caracteriza a los teatristas, transcribimos un fragmento del mensaje difundido con motivo del Día Internacional del Teatro, que en esta oportunidad fue escrito por la actriz Hellen Mirren: “Puede ser que esta situación de inseguridad permanente les haya vuelto más fuertes para poder sobrevivir esta pandemia con dignidad. Su imaginación ha sido traducida en estas circunstancias en nuevas formas de comunicar, inventivas, imaginativas, conmovedoras, todo esto por supuesto gracias a Internet.

Los seres humanos se cuentan historias desde tiempos muy remotos, desde que existimos en el planeta. La maravillosa cultura del teatro vivirá mientras habitemos la tierra. El impulso creativo de los escritores, de los diseñadores, de los cantantes, de los actores, de los músicos y de los directores, no será jamás estrangulado y en un futuro muy cercano se desarrollará otra vez con fuerza y con una nueva manera de ver el mundo”. Así será, y los aplausos mutuos entre teatristas y espectadores volverán a resonar fuerte.

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