Teatro por el mundo: El arte y la tecnología

Teatro / 28 febrero, 2019 /

Por Luis Vidal Giorgi

El teatro siempre ha estado atento a los temas y cambios de actualidad, pues vive del espectador contemporáneo, pero evidentemente la revolución tecnológica que estamos viviendo va más rápido que nuestras percepción y posibilidad de registro; es más, ha cambiado la percepción de los espectadores con nuevas exigencias.

LA INFLUENCIA DE BLACK MIRROR

Por eso desde el escenario se intenta mostrar la influencia de las redes sociales en aspectos que van desde los relacionamientos amorosos hasta la distorsión de las contiendas electorales. En el Teatro El Galpón, por ejemplo, ya se han presentado algunas obras que reflejan estos temas, como fue el caso de Móvil, del catalán Belbel, y Todo por culpa de ella, del ruso Ivanov.

La primer referencia que mencionamos para nuestra sección internacional viene de Chile, donde festivales y estímulos a la creación y especialmente a la dramaturgia han llevado a un teatro de búsqueda temática y experimental de potente originalidad, en esa oleada está el grupo Teatro Ariete que presenta la obra Materia oscura, la cual se ocupa de los llamados influencers, quienes a través de las redes sociales logran seguidores; en este caso, según consigna la información, son representativos de los nuevos intereses juveniles (y no tan juveniles). Así, la obra la definen como: “Distopía futurista en clave comedia, que habla sobre el mundo de los influencers. La obra cuenta la historia de cuatro de estos influencers, citados por OM —mega compañía de las comunicaciones y tecnología— a participar del proceso de selección del «rostro» de la empresa. Durante las pruebas, se darán cuenta de que los planes de OM son mucho más profundos y oscuros de lo que imaginaron”.

Los cuatro influencers, que reflejan a su modo una búsqueda de soluciones pero también de sentido, a nuestras acciones son: una instructora de yoga, un coach motivacional, una wedding planner y un freak de la física. Recordemos que un coaching motivacional es quien define y nos estimula a lograr nuestros objetivos, y un wedding planner es quien te organiza la fiesta de casamiento u otro tipo de eventos. Su creador Albert Pijuan define la obra como: “un capítulo de Black Mirror en clave de sátira y con bastante humor”. Y, reflexivamente, agrega: Sin embargo, si lo analizamos de cerca, es más bien una tendencia a la uniformización. Buscamos reflexionar en torno a si efectivamente la era digital acepta y premia la diferencia, o más bien es una forma de hacernos a todos iguales”.

TU MAMÁ TAMBIÉN CHATEA

Mientras que en México el actor y director Diego Luna, conocido internacionalmente por la película Tu mamá también y que acaba de filmar con Woody Allen, protagoniza una obra titulada Privacidad, de James Graham y Josie Rourke, obra inspirada en el caso de Edward Snowden —el exagente de la CIA que develó en 2013 la forma en que las empresas tecnológicas estadounidenses coleccionan nuestras huellas para el Programa Nacional de Seguridad de Estados Unidos— y que fue estrenada en Nueva York por el actor de Harry Potter, Daniel Radcliffe.

La obra presenta a un escritor abandonado por su pareja, que no mantiene relaciones cara a cara y se ha vuelto un adicto a Internet. Lo interesante de la obra es que dialoga con varios personajes reales, que son referencia sobre la era digital. Así, por ejemplo, se señala lo siguiente: “Si bien Privacidad es un homenaje a Snowden, Graham se deja seducir por la distopía que plantea Sherry Turkle. En sus obras más recientes, producto de años de investigación etnográfica con grupos de adultos, niños y adolescentes usuarios de dispositivos tecnológicos, sostiene que experimentamos una pérdida continua de prácticas tan humanas como conversar, lo cual deriva en una pérdida creciente de la libertad. Por ello Turkle, convertida en la conciencia del escritor, llama a recuperar la conversación en tiempos de texting y a redimensionar el valor de la intimidad cuando las redes sociales demandan exhibir cada instante de nuestra vida para hacerla aparecer ante los otros como extraordinaria”. Algo que de alguna manera lo estamos experimentando en nuestra propio ámbito de relaciones. Y con el tan mentado quiebre entre lo público y lo privado.

BUSCADORES SIN ROSTRO

Por último, en España está teniendo amplia repercusión una obra sobre el mismo tema, pero ya poniendo énfasis en la vigilancia de nuestros deseos, necesidades o preferencias, desde sexuales a políticas, que registran los organismos de inteligencia y control de los gobiernos pero también de las empresas.

La obra se titula Faraday (El buscador), del autor Fernando Ramírez Baeza, y cuenta con un interesante argumento: “Un invento con un origen oscuro que ataca de forma directa la privacidad de las personas en Internet, perseguido por la mayor empresa tecnológica del mundo y por la CIA, está escondido en una central de seguridad en la que Linda y Matt trabajan vigilando la ciudad. La que parece ser una jornada más acaba convirtiéndose en una frenética noche en la que sus vidas correrán peligro. Faraday (El buscador) nos adentra en clave de thriller en el lado más oscuro de Internet”. La obra se compromete con esas necesidades que nos ha creado la era digital y también sus incertidumbres y temores, pues al mismo tiempo que nuestro celular, nuestra página de Instagram o Facebook pasa a ser parte de nuestro ser, sentimos que nuestra identidad está siendo observada y se encuentra en peligro.

El autor, que es malagueño, agrega de una manera polémica: “Hoy, cuando Internet comienza a alcanzar su edad madura, está claro que lo que hacemos está en Facebook, porque la gente cuelga fotos de lo que hace; lo que decimos, de alguna forma está en Twitter, pero lo que pensamos, que es lo más peligroso, está en Google. Llevamos 15 o 20 años preguntándole cosas a Google todos los días. ¿Qué pasaría si Google mostrase todo lo que tu vecino, tu hermano, tu padre o tu novia ha buscado en los últimos veinte años? Seguro que cambiaría nuestra percepción sobre estas personas”.

Lo cual es cierto, pero también digamos en su favor que nos ha simplificado la comunicación, acercado otras experiencias y hasta podemos rescatar viejos afectos perdidos, reencontrados en la navegación. Por otro lado, sonriendo, señalemos que es obvio que esta sección de Teatro en el Mundo no sería posible sin Google. Asimismo, como no queda almacenada en la web, deben apresurarse a leerla pues desaparecerá.

Por eso podemos compartir la información que hay en Internet y hablar del contenido o los comentarios de la obra, pero no podemos saber realmente cómo es la puesta ni si las actuaciones eran conmovedoras o convincentes, pues el teatro es de la artes más efímeras, pero no un sentido superficial, pues puede dejar su huella en el espectador, es porque constituye una experiencia única e irrepetible. Por eso nuestra apelación, una vez más, a presenciar teatro en este mundo digital. Ya que tiene los cuerpos de los actores y actrices con su energía en presencia y presente. Algo infrecuente en estos tiempos virtuales, y verdaderamente original pues viene del origen de los tiempos humanos.

 

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