Teatro por el mundo

Lorca, un poeta en el teatro

Teatro / 3 marzo, 2018 / Luis Vidal Giorgi

Federico García Lorca (1898-1936) escribió en su breve vida ‒desde 1920 hasta su muerte en el 36‒ doce obras teatrales fundamentales que incluyen las vertientes de sus grandes dramas rurales como “La casa de Bernarda Alba” y sus textos de impronta surrealista, como “El Público”. Es un autor siempre representado en el mundo ya que su valía se ha ido acrecentado y este año, además, se cumplen 120 de su nacimiento, por lo que desde el año pasado, especialmente en España, hubo varios estrenos de interés, prontos para volver a presentarse.

LORCA FEMINISTA

Asimismo, recordemos que las obras de Lorca ‒a 82 años de su fusilamiento‒ ya pertenecen al dominio público, lo cual facilita su difusión. No podía faltar una versión de “Bodas de sangre”, esa historia terrible de la lucha y muerte de dos hombres por el amor de una mujer. El dramaturgo y director barcelonés Oriol Broggi puso en escena en su ciudad una versión que, según destaca la información, rescata el paisaje andaluz y su música.

El actor Pau Roca, que participa en la obra escrita en 1933, señala que: “Da voz poética a unas mujeres que en aquella época no tenían voz, no podían vivir el amor como los hombres, todo debía ser secreto”. Y se siente emocionado por tener la oportunidad de ser “transmisor de la cultura tapada de nuestras abuelas”, que confirma que “Lorca es un avanzado a su tiempo, es un autor feminista y moderno”.
Sin duda Lorca ha sabido reflejar la opresión del mundo femenino, en un momento donde predominaban las palabras de la propia Bernarda Alba, mujer patriarcal si las hay: “Hilo y aguja para las hembras. Látigo y mula para los varones”.
Incluso en “Bodas de sangre” quizás la tragedia más desgarradora es la de la madre que ve morir a su hijo ‒como antes sucedió con su otro hijo mayor‒ por encima de la soledad en que quedará la joven novia y viuda a la vez.

Recordemos la obra que está inspirada en un hecho real ocurrido en 1928, la fuga de Francisca Cañadas con el hombre que amaba en vísperas de su boda con otro hombre. Ella estaba enamorada de su primo Francisco Montes y la familia le había arreglado un casamiento por conveniencia para salvar la dote. Francisca murió a los 84 años en 1987. El diario de Málaga, que refleja el pensamiento de esa época, publicó cuando aquellos sucesos: “Las veleidades de una mujer provocan el desarrollo de una sangrienta tragedia en la que cuesta la vida a un hombre”.

También estuvo el estreno de una versión de “Yerma” en Murcia por el Grupo Doble K Teatro con dirección de Javier Mateo. En el programa señalan que esta tragedia de la mujer infértil tiene también una base en la cultura popular pero se emparenta con las tragedias clásicas por su dimensión mitológica.
En esta puesta el actor Alfredo Zamora interpreta al marido de Yerma; interrogado sobre la actualización de la obra señala: “Actualizar Yerma a nuestro tiempo es bastante complicado porque hoy ser madre, sí, es una opción. En el año 1934, cuando García Lorca escribe Yerma, si no eras madre te señalaban por la calle, estabas marcada. Ahora mismo, afortunadamente, con los aires feministas que soplan esto sería imposible. Existen casos de personas a las que no poder ser madre o padre les provoca un fuerte conflicto personal, pero lo que no hace la sociedad es señalarte por ello”.

OTROS CUERNOS

Otra noticia de interés es que se ha recuperado un ballet del año 1933, cuyo guión fue escrito por Lorca junto a Cipriano Rivas, llamado “La romería de los cornudos”. A la obra se unieron en su tiempo otros talentos artísticos como el pintor Alberto Sánchez en la escenografía y Encarnación López ‒más conocida como “La Argentinita”‒ en la coreografía.
El actual estreno en Madrid cuenta con la coreografía de Antonio Najarro, director del Ballet Nacional de España y con el apoyo de la Fundación Juan March.
La información del diario ABC acerca de la obra acota: “No puede entenderse la creación de «La romería de los cornudos» sin tener en cuenta la influencia que los Ballets Rusos de Diaghilev tuvieron en el auge de la danza, por una parte, y el ejemplo que supuso para que creadores de distintas disciplinas unieran también en nuestro país fuerzas para crear obras escénicas, en este caso un ballet. Además de los dos escritores -García Lorca y Rivas-, de la coreógrafa ‒La Argentinita, muy vinculada al movimiento literario y artístico de su época‒, se unió a la creación de «La romería de los cornudos» Alberto Sánchez, uno de los grandes nombres de la vanguardia artística española y creador de la Escuela de Vallecas. Él fue quien pintó los decorados, su pintura se conserva en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía”.

El rescate de este ballet muestra la amplitud de Lorca en sus dotes creativas y su puesta se suma, en este nuevo aniversario del autor, a la recreación de sus dramas teatrales más conocidos. La pieza es también una muestra de un momento fermental en España y la cercana Francia, de nuevas búsquedas artísticas y del intercambio entre artistas de distintas disciplinas. Recordemos que Lorca fue compañero y contemporáneo de Dalí, Buñuel y Miró.

LEONARD COHEN Y EL NIÑO POETA

Para el final, algo de la esperanza y la maravilla que puede generar el arte cuando es acompañada por la juventud, la imaginación y la educación. En Málaga un niño de 12 años escribió una obra sobre García Lorca a partir de la propuesta de una profesora de Literatura y bajo el estímulo de la canción “Pequeño Vals Vienés” que realizara otro conmovedor artista original, Leonard Cohen, a partir del poema de Lorca ‒a quien Cohen admiraba-. El joven Alejandro Gil Torres recreó la vida del autor granadino en una pieza que inicialmente tenía 12 minutos y luego extendió a 40 minutos, en la cual integra además un cuadro de bailadoras flamencas.

La obra, titulada “Yo soy poeta”, contiene poemas como “Fábula y rueda de los tres amigos”, “El lagarto está llorando”, “Pequeño vals vienés”, “Romance sonámbulo”, “Alma ausente” de Lorca, y “El crimen fue en Granada” de Antonio Machado.
Fue tal el impacto que produjo su presentación en la clase que, a pedido de la profesora, Alejandro Gil comenzó a representarla en otros grupos, luego en otros liceos, y ahora en temporada abierta a todo público.

Esta vitalidad escénica nos confirma que Lorca, cuyo cuerpo no ha sido encontrado desde aquel nefasto 1936 en que fuera asesinado, sigue presente en los escenarios y en el alma de los futuros poetas… Y por siempre “verde que te quiero verde”.

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