Que el letrista no se olvide

Libros / 31 agosto, 2019 / Rodolfo Santullo

En una nueva entrega de la colección Discos, Mauricio Rodríguez brinda un trabajo fabuloso sobre Brindis por Pierrot, álbum de Jaime Roos de 1985.

Puestos a pensar un himno de la música popular uruguaya, pocos -acaso si alguno- podrían competir con Brindis por Pierrot compuesta por Jaime Roos e interpretada inolvidablemente por “El Canario” Washington Luna para el disco homónimo de Jaime -y nótese como brota, surge naturalmente, escribir «Jaime», hablar con completa familiaridad sobre alguien a quien aquel que suscribe no ha visto en persona jamás en su vida- editado en 1985. Si la carrera de Jaime para ese entonces ya iba en ascenso meteórico -con discos como Aquello, Siempre son las 4 y Mediocampo, entre otros- este disco fue su completa consagración y, amén de lo anterior, el salto absoluto de la murga (o la murga canción, como se definirá en el libro que nos compete) a lo popular, a lo uruguayo o a lo montevideano.

El libro se llama como el álbum y corresponde su autoría al periodista y escritor Mauricio Rodríguez (Montevideo, 1971) -quien ha cimentado una firme carrera de libros «biográficos» (las comillas corresponden a que en este caso se trata de un disco) periodísticos, tales como El caso Gelman. Periodismo y derechos humanos (2006) o Zelmar Michelini, su vida. La voz de todos (2017)- publicado dentro de la colección Discos que en el sello Estuario coordina Gustavo Verdesio. «Esta colección -explica el propio Verdesio desde el retiro de contratapa-, parte de la convicción de que hay un vacío editorial en Uruguay en materia de música y busca contribuir a subsanarlo. Surge, también, del deseo de documentar la banda sonora de las vidas de varias generaciones de ciudadanos y escuchas rioplatenses».

Que duda cabe, entonces, que Brindis por Pierrot es un disco ideal para integrar esta colección, bajo esta consigna. Y Rodríguez afronta el trabajo con una altura, una entrega, un nivel y un entusiasmo contagioso e imposible de no dejarse llevar por las miles de anécdotas e historias que componen la hechura del disco de Jaime Roos -literalmente, es tan envolvente la lectura que por dos ocasiones perdí mi parada por leerlo en el ómnibus- a partir no solo de una extensa entrevista al músico, sino también a la pormenorizada reconstrucción periodística de todo lo que rodeó su composición, grabación y posterior edición.

Para ello, para reconstruir este Brindis por Pierrot, Rodríguez plantea ir canción por canción. Y como de las nueve canciones que componen el disco, siete pertenecen a trabajos anteriores, el procedimiento le habilita la reconstrucción biográfica de Jaime, ya que canción a canción -avanzando cronológicamente- permitirá ir avanzando con la vida misma del artista. A este respecto, el mayor peligro no es autoral sino de comparación: la más importante biografía de Jaime Roos es de muy reciente edición –El Montevideano de Milita Alfaro- y, se sabe, las comparaciones son odiosas. Pero Rodríguez es antes que nada un periodista -un gran periodista- e integra el libro de Alfaro -entre muchos otros- a su trabajo, así como nutre de abundantes testimonios individuales y un registro minucioso de la prensa y ensayos de la época, acompañando entonces cada canción con un caudal magnífico de material que brinda una inédita reconstrucción de cada composición, construcción o grabación del tema en cuestión.

Así, vamos asistiendo a las creación de canciones tan fundamentales de la música uruguaya como son Cometa de la Farola, Retirada, Aquello, Los Olímpicos, Adiós Juventud, Durazno y Convención, Los Futuros Murguistas, hasta llegar a las dos originalmente compuestas e incluídas por primera vez en este disco: Murga de la Pica y Brindis por Pierrot. Y el libro describe con detalle la intención de Jaime detrás de la elección de estas canciones -ese mundo de murga, bohemia y bares nocturnos- que conforman entre todas un relato, una escena muy específica de ese Montevideo postdictadura nocturno y que tan bien se concita en el video de la canción principal, visto ya decenas de Navidades después en todo hogar uruguayo durante cualquier Fin de Año con las Estrellas. Una canción que se volvió de inmediato parte de la idiosincrasia uruguaya, un verdadero himno que todos hemos tarareado -incluso aquellos que lo hacen a disgusto- alguna vez.

“Brindis fue el acceso de la murga y del suburbio, de la cultura del suburbio, a las altas esferas de la cultura y de la música», explica Raúl Castro, integrante de Falta y Resto y uno de los tantos entrevistados del libro de Rodríguez. «La murga, hasta Brindis por Pierrot, era una; y después el estatus social de la murga pasó a ser otro totalmente distinto». Este pasaje, esta consagración pública por así decir, es un gran valor de análisis del libro de Rodríguez, uno que funciona como segunda lectura, siendo la primera el absoluto placer de descubrir los entretelones, el detrás de cámaras, de la creación en boca de sus propios creadores de uno de los discos más importantes de la música uruguaya.

Y en cierta medida -no solo este sino todos los libros que integran la colección Discos– funcionan como un recordatorio, en estos tiempos que el formato álbum ha dejado de ser popular para escuchar canciones sueltas mediante “streaming”, del valor artístico, del trabajo autoral y creativo que existe detrás de un álbum musical. Que no se trata de un conjunto de canciones caprichosamente incluídas hasta llegar a un mínimo aceptable, sino de una obra completa, de los capítulos que integran una misma novela, o de los muchos pasos que componen la ejecución de una sinfonía.

Como nota final, destacar además la inclusión de un gran número de fotos inéditas de Mario Marotta -quien es otro de los entrevistados- de la sesión improvisada de la que saldría la portada del disco. Un material asombroso.

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