Las horas más oscuras

Columna de cine

Premoniciones del Oscar

Cine / 3 marzo, 2018 / Guillermo Zapiola

Cuando se lea esta nota, la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood habrá entregado ya sus premios Oscar correspondientes a la temporada 2017. Mientras se la escribe se mantiene todavía, aunque no mucho, el misterio acerca de los ganadores.

Si Gary Oldman no se lleva un Oscar a actor protagónico por su composición de Winston Churchill en Las horas más oscuras, si Frances McDormand no se convierte en su contapartida femenina por Tres anuncios por un crimen, si a Sam Rockwell no lo distinguen como intérprete secundario por (otra vez) Tres anuncios por un crimen, si a Allison Janney no la premian como actriz secundaria por I, Tonya, y si Guiillermo del Toro no se alza con la estatuilla de Mejor director por La forma del agua, el firmante de esta nota promete ponerse en penitencia en un rincón de cara a la pared durante diez minutos, por burro.

La principal duda, y acerca de la cual hay que ser más cauto a la hora de realizar premoniciones, es quién va a ganar en el rubro Mejor película. Allí hay dos títulos que prácticamente tienen las mismas posibilidades, aunque uno sea mejor que el otro: La forma del agua de Del Toro y Tres anuncios por un crimen de Martin McDonagh. Hay de todos modos otras siete películas candidatas, y varias de ellas poseen valores estimables, de manera que si el premio mayor no va para ninguna de las dos mencionadas no va a ser tampoco un escándalo público.

Algo hay que decir, de bueno y de malo, con respecto a las candidaturas de este año. La buena noticia es que no parece haber grandes faltas entre los intérpretes y títulos nominados (dejemos de lado los rubros técnicos, que son otra historia), y que el listado representa efectivamente, nombre más, película menos, lo mejor que la industria de Hollywood ha ofrecido en el 2017. No hay omisiones escandalosas como la de Silencio de Martin Scorsese, ni inclusiones imperdonables como Los miserables de Tom Hooper. La mala noticia es que no hay tampoco películas verdaderamente grandes sino un conjunto estimable, lo que puede constituir un adecuado resumen de cómo está la industria hoy. La respuesta es: no muy bien.

De todos modos, hay una película que se destaca entre todas: La forma del agua confirma que Guillermo del Toro es, hoy por hoy y desde que Tim Burton se ha hundido en la mediocridad, el único cineasta del planeta capaz de contar adecuadamente una historia gótica. Esta vez ha inventado una variante del tema de la Bella y la Bestia, con un trasfondo de Guerra Fría, una reflexión sobre la soledad de los diferentes, mucha cinefilia (su hombre-pez proviene muy obviamente de El monstruo de la Laguna Negra) y algún inesperado toque de erotismo “extraño”. Su película es la que tiene un más firme desarrollo narrativo y un arco dramático mejor dibujado para sus personajes principales, pero también el inconveniente de ser una película fantástica, género que la Academia suele despreciar.

La Academia bien puede creer que es más “importante” Tres anuncios por un crimen, película que cuenta la lucha de una madre contra un medio cerrado y prejuicioso (el típico “pueblo chico, infierno grande”) para esclarecer la violación y el asesinato de su hija. Su mejor apoyo es la formidable composición protagónica de Frances McDormand. Su mayor debilidad: un tercio final donde el diseño de algún personaje se desdibuja con excesiva rapidez. Quedan la actriz y una buena pintura de ambientes.

El resto parece tener menos posibilidades para el premio mayor, aunque seguramente se lleve otros. Las horas más oscuras es, sobre todo, un elegante estuche para una formidable composición de Gary Oldman (del mismo modo que El hilo invisiblke de Paul Thomas Anderson es, sobre todo, una gran labor de Daniel Day-Lewis en su despedida del cine). Dunquerque de Chris Nolan, que bien podría ser el complemento del filme sobre Churchill, es una sólida película de guerra. Lady Bird es una historia de iniciación narrada con cierta fineza y muy bien actuada por la joven Saoirse Ronan, aunque se sospeche que su inclusión entre los candidatos responda al hecho de que su libretista y directora Greta Gerwig es una mujer. Algo parecido ocurre con ¡Huye! de Jordan Peele, una historia de terror con reminiscencia de Las poseídas de Stepford, con supremacistas blancos villanos y negros victimizados. Buena película, pero se sospecha que su nominación es para quedar bien con los “afroamericanos”.

Este cronista no ha visto aún Llámame por tu nombre, que según toda referencia no está mal aunque sea, probablemente (otra vez la corrección política), la “película gay” del año. Y no es difícil entender la atendible The Post. Los oscuros secretos del Pentágono de Steven Spielberg como una defensa de la libertad de prensa y, por elevación, un brulote contra los malos modales de Donald Trump. Premios al margen, la mayoría de esas películas están en cartelera y justifican una visión.

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