Pablo Robles

-¿Qué te llevó a elegir esta profesión?

-Desde siempre me gustó el juego escénico y nunca tuve la oportunidad de acceder a clases de ningún tipo hasta cumplir 18 años, donde finalmente entré a la Escuela del Actor, y al año empecé a trabajar y hasta ahora no paré.

-¿Cuáles son las dificultades más grandes que puede tener un actor frente a la creación de un personaje?

-Dependiendo de las características del trabajo, una de las herramientas más importantes con las que cuenta un actor es la observación. Para lograr esa observación, se debe encontrar un espacio de concentración y de trabajo; muchas veces estamos rodeados de tantas distracciones que esos espacios se ven reducidos, tanto de locación como de tiempo, pero una vez que se logra esa combinación, queda por parte del actor examinarse en qué punto se encuentra y a dónde quiere ir. Es a partir de ahí que comienza la parte más hermosa de este trabajo que es la creación.

-De todos los personajes que interpretaste, ¿tenés alguno que recordás en especial?

-No suelo encariñarme con ningún personaje de los que trabajé, pero puedo decirte que cuando interpreté a Copi en La posteridad de las ratas (Buscando a Copi), texto de Federico Roca, nunca estuve más de acuerdo con su discurso crítico de la sociedad. Sin dudas un trabajo que guardo muy especialmente.

-¿Qué es lo que más te gusta del teatro?

-El teatro te da la posibilidad de estar en uno de los mejores lugares del mundo: un lugar donde sos quien querés y estás donde querés estar.

-¿Qué proyectos tenés para el 2019?

-En 2019 voy a montar dos textos de Alejandro Urdapilleta y Humberto Tortonese, y exponer a esta gran dupla del teatro contemporáneo rioplatense, requiere un tiempo de trabajo y maduración, para pasar luego a la acción del montaje. Además voy a actuar en una obra de Paco Bezerra que va a dirigir Natalia Méndez y que se verá en la segunda parte del año en el Teatro El Galpón.