Julio en Cinemateca

Cinemateca Uruguaya / 30 junio, 2025 /

 

En el mes de julio llegan a nuestras salas los siguientes estrenos:

Para los más pequeños estrenamos la película Cadete espacial, de Eric San. El único propósito de Robot siempre ha sido convertir a Celeste en una brillante científica. Cuando la joven astronauta parte en su primera misión interestelar, Robot se queda sin nadie a quien cuidar, pero se alegra de que Celeste cumpla por fin su sueño y sabe que algún día volverá. Con el paso de los días, la soledad empieza a afectarle, poniendo a prueba sus envejecidos sistemas tecnológicos. Abrumado por un mundo en constante cambio, Robot encuentra consuelo en los recuerdos de los tiempos felices y llenos de humor que compartió con Celeste.

Mientras tanto, en la inmensidad del espacio, Celeste se embarca en una aventura de fascinantes descubrimientos científicos… hasta que un peligro inesperado la deja varada en un planeta lejano. Mientras lucha por superar estos nuevos obstáculos y escapar de este terreno hostil, los recuerdos de su infancia le muestran el camino. Necesitará coraje, amor y todo su genio de ingeniera para encontrar el camino de vuelta a casa. Película sin diálogos. Apta para todo público.

El oro y el mundo, de Ico Costa. Domingos vive en una ciudad del interior de Mozambique y trabaja en un lavadero de autos. Con sus compañeros y amigos tienen un único tema de conversación: el dinero. Sueñan con formas de conseguirlo, fantasean con gastarlo y con invertirlo. Cansado del abuso de sus patrones y buscando un futuro mejor, Domingos decide viajar al norte para trabajar en las minas de oro. La película es un retrato descarnado de la precarización laboral, un informe sobre el presente y una lúcida reflexión acerca de las transformaciones invisibles que nuestro contexto actual produce en el imaginario de los trabajadores.

De Uruguay, Un sueño errante, de Sofía Betarte Zabala. Errantes presenta la historia de Yoaris (36), una mujer cubana que trabaja en moto como repartidora de Apps, recorriendo a diario las calles de Montevideo, la capital de Uruguay. Yoaris apronta la demorada llegada al Uruguay de su hija Yoana (10), a quien no ha visto en tres años. Su sueño es traerla de Cuba y quedarse viviendo en Uruguay junto a ella y Yosbel (35), su pareja. Sin embargo, el encuentro con Yoana no resulta fácil para ninguna. El tiempo ha pasado y la hija no es más la niña de ocho años que dejó atrás. Mientras reconstruyen el vínculo difuminado por la distancia, en una de sus jornadas laborales de doce horas, Yoaris sufre un nuevo accidente de tránsito en su moto. Va perdiendo las expectativas de cualquier progreso económico en Uruguay, un país donde tampoco se siente muy bienvenida, así que luego de este accidente, decide emigrar nuevamente, esta vez a EE.UU., pagándole a “coyotes” para atravesar Latinoamérica hasta la frontera con Estados Unidos. En la soledad de una ciudad nocturna, Yoaris es acechada por el fantasma de la inminente partida. Llegar a los dieciocho mil dólares que les piden los “coyotes” para llevarlos al Norte, se vuelve tanto un incentivo como una cuenta regresiva. Entre reclamos, abrazos, gritos y besos, madre e hija terminarán zurciendo juntas los billetes que llevarán camuflados en la ropa para pagar la travesía, persiguiendo un sueño que por momentos parece una pesadilla.

De Argentina con coproducción uruguaya, un mundo recobrado, de Laura Bondarevsky. “Tengo que recobrar ese mundo, para cambiar este”, dice Laura. Luego busca entre los recuerdos, las cartas, los amigos, el piano, la montaña, la nieve donde nació, la casa donde vivió (y murió) su abuela adoptiva: Yenia Dumnova. Es una búsqueda retrospectiva, una reconstrucción histórica y afectiva hecha de retazos, memoria, documentos, ficción. Mientras desentraña la historia secreta de Yenia, admirada por su compromiso, su sensibilidad y su integridad ética, Laura irá recobrando la propia: su relación con el exilio, el tiempo, la familia, el arte, la adultez y la muerte. En el recorrido emocional, a veces ficcionado, a veces narrado por Laura Paredes, por la vida de Yenia, la autora se encuentra con los relatos de quienes la conocieron y la recuerdan con el mismo asombro y cariño de cuando la frecuentaban en aquel convulso siglo XX, ella: una dama rusa apenas llegada de la URSS.

 

Ciclo: 30 años de la Escuela de Cine del Uruguay

 Del 1 al 8 de julio

Fue a instancias de un grupo de personalidades vinculadas al cine (directores, académicos, cinéfilos), nucleados, por supuesto, en torno a la Cinemateca Uruguaya que por entonces dirigía Manuel Martínez Carril, que el 13 de marzo de 1995, en los altos de la Sala Pocitos, ubicada en la calle Chucarro, abrió sus puertas la Escuela de Cine del Uruguay (ECU). Era la primera institución en Uruguay dedicada exclusivamente a la formación profesional de nuevos cineastas.

Uruguay era por entonces un país en el que prácticamente no existía la producción cinematográfica (salvo esporádicas excepciones), en el que apenas unos pocos pioneros se habían animado a producir, casi siempre con escasos recursos y en formato video, y en el que El dirigible, de Pablo Dotta (estrenada en 1994), había sido el primer largometraje filmado en 35 milímetros en más de una década.

Treinta años después, la realidad es otra. A pesar de dificultades y limitaciones, hoy existe un cine uruguayo (una producción constante de películas nacionales), una Ley de Cine desde el año 2008, una política de fomento y apoyos varios, tanto a nivel nacional como departamental, y una presencia casi permanente, a lo largo del año, de películas uruguayas, tanto en el circuito de exhibición local como en festivales internacionales, donde suelen ganar premios y elogios. Muchas de esas películas han sido realizadas por egresados y egresadas de la ECU, entre quienes hay directores, productores, guionistas, fotógrafos, editores, sonidistas, directores de arte, postproductores; en definitiva, mucha gente dedicándose al cine y haciendo cine en este pequeño país en el que, no hace tanto tiempo atrás, no se hacía cine.

También la ECU es otra: ya no está en aquellos altos de la Sala Pocitos, que ya no existe, sino en una hermosa casona en Ciudad Vieja, donde conviven estudiantes de la Carrera de Realización Cinematográfica con Diplomados en Realización Documental, Fotografía y Cámara, Dirección de Arte y Actuación en Cine, además de un taller de creación y cine para adolescentes, y varios cursos y talleres extracurriculares. Sigue siendo, eso sí, un punto de encuentro para mucha gente apasionada por el cine, donde confluyen estudiantes, docentes, cineastas, artistas de varias disciplinas y colaboradores, y donde permanentemente se generan nuevos proyectos, trayectorias y experiencias.

De todo eso intenta ser reflejo este ciclo, que reúne apenas un puñado de largometrajes realizados por egresados y egresadas de la ECU de varias generaciones: desde la primera, la de 1995, hasta la de 2006, a la que pertenece la directora y guionista Lucía Garibaldi, recientemente premiada en el Festival de Tribeca por su segundo largo. Algunas de esas películas son acompañadas por cortometrajes curriculares del mismo director o directora, realizados durante sus estudios en la escuela de cine, lo que permite establecer conexiones, diferencias y, por supuesto, claras muestras de madurez.

Te recordamos que tenemos un cómodo parking en el subsuelo de Cinemateca ubicado en Bartolomé Mitre 1224 (casi Reconquista). Los socios de Cinemateca tienen 3 horas gratis, a partir de las 16 h, presentando su entrada y los espectadores tienen una tarifa bonificada del 50 %, presentando su entrada.

Además, el estacionamiento funciona para público en general de lunes a domingo, de 7 a 00.30 h.

Contacto con el Parking: parking@cinemateca.org.uy – 2915 70 63. Más información en cinemateca.org.uy/parking