
Hermandad Teatral México – Uruguay
Institucional / 31 octubre, 2025 /
La insignificancia de llamarse Juana

Un monólogo de Vanessa Bauche, que explora temas como la identidad y las contradicciones humanas
La insignificancia de llamarse Juana es un monólogo musical tragicómico, donde el humor, la melodía y la reflexión se entrelazan para dar vida a una historia sobre identidad, vulnerabilidad y resistencia.
Escrita por Vanessa Bauche, reconocida actriz, dramaturga, escritora y activista social mexicana, la puesta es una experiencia artística que combina teatro, música y poesía, que busca conducir al espectador por un viaje íntimo y colectivo, reafirmando la vigencia y profundidad del arte como herramienta de cambio y conciencia.
Con La insignificancia de llamarse Juana, la conocida protagonista de la película Amores perros, de Alejandro González Iñárritu, invita a mirar con ironía y emoción los múltiples rostros de lo femenino y las batallas cotidianas que habitan en cada “Juana”.
La actriz se desdobla como narradora en una decena de personajes, y va contando la historia de una niña desprotegida llamada Juana, que en una casa de los espejos rompe el techo de cristal con la cabeza, y se ve reflejada en tantas mujeres y tantos fragmentos de ella misma, que ya no sabe cuál de todas es. A partir de ese momento vive buscándose del otro lado del espejo, pero, cada vez que fracasa, su identidad vuelve a romperse y en cada transfiguración vuelve a lanzarse a la búsqueda del sentido de identidad y de pertenencia.
Como explica la propia Bauche, ahí surge la temática de transitar por la vida de otras Juanas célebres, mientras trata de seguir esas voces e imágenes en su búsqueda por saber quién es y encontrar una “resonancia”, humanamente hablando. La trama hilvana ingeniosos paralelismos con figuras históricas que llevan el mismo nombre, como Juana de Arco, Juana de Castilla (la Loca) y Sor Juana Inés de la Cruz; y explora temas tan profundos como la identidad, el género y las contradicciones humanas.
En la obra hay temas coyunturales de la historia de su país, México, y momentos de prosa poética que incluyen un fragmento de Piedra de Sol, del escritor y poeta Octavio Paz, así como la ceremonia de hongos de María Sabina, curandera mexicana y chamana mazateca del estado de Oaxaca, en un canon con ella misma hacia el clímax de la obra. Además, la actriz interpreta temas originales de cantantes como Bersuit Vergarabat, Martín Urieta, Fito Páez, Inbal Comedi y de su propia autoría, como “¡Y vamos con todo, hermana!”
La creadora dice que “la Juana real, la que inspiró la obra, es una niña que encontraron asesinada en la caja de un tráiler que hacía a la vez de Casa de los espejos en la feria de un pueblo. A partir de esa imagen decidí crear la historia, para empatizar con ustedes y preguntarnos quiénes somos cuando nos rompemos ante el espejo”.
Bauche asegura que esta obra le ha permitido explorar perspectivas distintas en su desarrollo escénico, ya que “tiene muchos niveles de lectura, con un formato híbrido entre el stand up, el monólogo teatral, la prosa poética y el teatro cabaret”, siendo este último de su particular interés. Y enfatiza que “la obra con causa” forma parte de un programa que se llama Arriba la vida, en torno a la prevención del suicidio, del colectivo Artes contra la discriminación. Más allá del escenario, el monólogo promueve la no violencia, la protección a las infancias y la inclusión 360°. Según Bauche, “es una experiencia y una invitación a la memoria, pero sobre todo a la empatía”.
En su carrera artística de 39 años, la actriz cuenta con 32 largometrajes y 29 obras de teatro, series, telenovelas, radionovelas, audioseries y teatro cabaret.
De Mozart, tubas y bemoles
Una invitación a mirar el mundo con los ojos de la infancia, de Mario Iván Martínez
¿Quién dijo que aprender música o historia no puede disfrutarse como jugar en un concierto lleno de risas? La música puede ser juguetona, traviesa y hasta convertirse en un personaje con voz propia. Así ocurre con la puesta en escena de la obra De Mozart, tubas y bemoles, del realizador Mario Iván Martínez, una de las figuras más completas del mundo artístico mexicano, con 45 años de trayectoria en el cine, la televisión, el teatro y la literatura.
La obra, que nació para conmemorar el 250 aniversario del nacimiento del pianista y compositor austríaco Wolfgang Amadeus Mozart, maestro del clasicismo, se amplió a un relato donde aventuras imaginativas conviven con hechos documentados. Y donde el autor, también protagonista, celebra en escena la música, la imaginación y la infancia, mientras la historia se enlaza con el libro De viajes, pastores y prodigios. Aventuras del pequeño Mozart, también de su autoría, con ilustraciones de Juan Gedovius.
La pieza teatral es la excusa perfecta para que los niños descubran a Mozart como si fuera su amigo de juego y, de paso, vivan un rato lleno de risas, ternura y magia escénica, en el que el autor rescata episodios de la infancia del genio de Salzburgo y combina hechos históricos con situaciones ingeniosas y creativas.
El montaje se divide en dos episodios. El primer relato, denominado ¿Conoces a Wolfi?, invita a niñas y niños a transportarse a la Europa del siglo XVIII para acompañar y descubrir al pequeño Wolfgang Amadeus, un genio precoz, quien a los cinco años ya tocaba magistralmente el piano y recorría junto a su padre Leopold y su hermana María Anna los salones de la nobleza europea, no como un compositor distante sino como un pequeño lleno de energía, humor y curiosidad.
La gracia está en que el protagonista no se limita a contar, convierte la historia en un juego donde Wolfi se vuelve un compañero de travesuras. Entre títeres, narración y música, es un desfile de episodios de su vida, desde las primeras presentaciones en Múnich, la capital de Baviera, Alemania, hasta su consagración como uno de los grandes compositores de todos los tiempos. Aquí, el autor quiere hacer sentir a cada pequeño espectador que Mozart está ahí, frente a ellos, compartiendo su música y sus sueños como si fueran parte de la misma historia.
El segundo relato comienza con un momento didáctico y encantador: Mario Iván explica a los niños con humor y sencillez, los artefactos musicales que forman una orquesta. Así, desde los violines hasta las tubas, cada instrumento cobra un protagonismo antes de dar paso a la historia de Tubi, la tuba soñadora que duda de su ubicación en la música y busca su lugar en la orquesta, pese al rechazo de otros dispositivos. En su travesía, conoce al Señor Sapo, quien le enseña que también puede cantar y le anima a mostrar su voz. Aunque el estricto Señor Stradivarius duda de ella, el director Pizzicato le da la oportunidad de tocar y, poco a poco, todos los instrumentos se suman a su melodía. En el fondo, se trata de un mensaje sobre la confianza en uno mismo, la amistad y la importancia de creer en el propio talento.
Sobre las tablas, la escenografía sencilla, con piano, marionetas y una pantalla con ilustraciones, se irá transformando, gracias a la expresividad de Mario Iván, quien con cambios de voz, gestos y humor busca captar la atención del público de todas las edades.
Martínez explicó cómo mantiene el equilibrio entre precisión histórica y narración: “Todo lo histórico está presente. Los hechos se presentan sin tacha, y a partir de ellos elaboro una ficción plausible, respetando cronología y personalidad de los protagonistas. No invento eventos imposibles; recreo situaciones que podrían haber ocurrido y agrego detalles que ayudan a comprender emociones, entornos y relaciones. Mi intención es que los espectadores visualicen y comprendan la época sin perder la fascinación por la historia real”.
La obra y el libro abordan, también, la relación de Mozart con su hermana Nannerl, otra niña prodigio limitada por las restricciones de su época, lo que permite reflexionar sobre el papel de la mujer en la educación musical. Y recrean, además, la vida cotidiana del siglo XVIII: caminos irregulares, carruajes, animales que imitaban melodías y el asombro ante los lujos palaciegos. Episodios como la caída del pequeño músico frente a la emperatriz María Teresa de Austria revelan su ternura y vulnerabilidad.
Al referirse a los objetivos de su obra De Mozart, tubas y bemoles, dice Mario Iván Martínez: “Deseo que la música y la historia acompañen sus lecturas y que cada detalle despierte preguntas, pensamientos y emociones. Que los pequeños se identifiquen con la curiosidad de Mozart y la alegría de descubrir el mundo a través de notas y sonidos.”