(UNE VIE)
Dir: Stéphane Brizé.
Francia 2016-119 min. (Digital).
Con Judith Chemla, Jean-Pierre Darroussin, Yolande Moreau, Swann Arlaud, Nina Meurisse, Olivier Perrier, Clotilde Hesme, Alain Beigel.
La novela de Maupassant había sido llevada ya al cine en 1958 por Alexandre Astruc, con Maria Schell y Christian Marquand en los papeles principales. El director Brizé (El azul de las ciudades, No estoy para que me amen, Une affaire d’amour, Algunas horas de primavera) vuelve a ella para contar la historia de una chica joven, repleta de sueños, que después de estudiar en un convento regresa al hogar y se casa. Su matrimonio no resulta como esperaba. Su apuesto marido le es infiel, y las ilusiones del principio se van marchitando con el paso del tiempo. La radiante muchacha del principio irá virando progresivamente a la madurez, pero también a la infelicidad. El director Brizé envuelve su material de época (Francia, siglo XIX) en reales esfuerzos de reconstrucción (vestuario, maquillaje, ambientación) y un esmero formal que roza lo experimental, con apelaciones al flashback, disociaciones de imagen y sonido y variaciones en la luz que van del deslumbramiento a la penumbra según cambian los estados de ánimo de la protagonista. Casi no hay música (ocasionalmente un pianoforte que corresponde a la época evocada), reemplazada por una sistemática apelación al sonido ambiente (el mar, insectos, ruidos de cubiertos) que refuerza la sensación de realismo del conjunto. Una de las grandes cartas del film es su elenco, en particular la sensible protagonista Chemla, que capta con sutileza los matices de emoción y sentimiento de su personaje. En El País de Madrid, Jordi Costa ha observado que la película «opta por un modelo de narrativa fracturada y elíptica (…) [hay] muchos detalles que invitan a aplaudir la fuerza de esta adaptación.». Su colega Luis Martínez, de El Mundo, señala por su lado que «el director compone un retrato roto de la vida entera de la mujer sufriente (…) queda un cautivador retrato de la línea, apenas perceptible, que separa el amor y la muerte, el llanto y la lluvia “. Premio Fipresci en la sección oficial del Festival de Venecia, y premio Louis Delluc a Mejor Película.