Tres días y una vida

Con elegancias de cámara, esta película rodada en las Ardenas francesas instala el bosque en un universo de cuento de hadas donde los lobos parecen no serlo y donde un trágico accidente podría haber sido una omertá para cambiar el futuro de un niño de doce años. En un momento de rabia en medio del bosque, el joven Antoine (Jeremy Senez) arroja un objeto a la cabeza de su pequeño vecino, quien muere en el acto. Luego esconde el cuerpo en el fondo de una grieta y se refugia en el silencio. Su madre (Sandrine Bonnaire) percibe su malestar sin hacer preguntas.

Esa tragedia de partida pretexta un examen del pueblo y sus habitantes, y el modo como el hecho los impacta. En cada uno de los días del título ocurren el mencionado suceso y otros dos muy disímiles pero que extrañamente operarán en conjunto sobre el destino del protagonista (a quien la acción retoma varios años después) y el conocimiento de la verdad. Los años pasan pero el sentimiento de culpa no se va, y astutamente golpea al protagonista en donde menos se lo espera.

Basada en una elogiada novela de Pierre Lemaitre (también guionista de la película), Tres días y una vida opera como es una suerte de ensayo moral sobre los alcances de un incidente puntual (más los otros dos, en realidad) , el azar y el paso del tiempo sobre el destino de una persona y sus vínculos personales.

Hay que colocar en el haber del director Boukhrief la habilidad para crear un clima de asfixia, de sospecha y de pesados secretos pueblerinos. El film parece confirmar un talento previsto en los trabajos anteriores del realizador (Made in France, La confesión ), dato debidamente avalado por la crítica. En el diario español La Jornada, Carlos Bonfil ha sostenido que «lo que aleja a este trabajo de Boukhrief de las rutinarias sagas policiacas (…) es su opción de narrar íntegramente la trama desde el punto de vista de Antoine en dos etapas de su vida, (…) el posible thriller convencional se vuelve una exploración sicológica y moral de mayor trascendencia y calado.» En El Universal, su colega José Felipe Coria afirma que se trata de «un novedoso e impresionante policial, que (…) indica el camino a seguir de un género que, fuera de las fronteras francesas, muestra fatiga.»