Del viernes 20 al miércoles 25 de julio. A las 19.30 hs.
Del viernes 27 de julio al miércoles 1º de agosto . A las 21.10 hs.
Dir: Sebastián Bednarik y Guzmán García
Uruguay 2018.-75 min. (Digital).
Guión: Guzmán García. Música: Hernán González. Sonido: Santiago Bednarik. Producción: Andrés Varela, Sebastián Bednarik, Pedro Abuchalia. Ilustraciones: Oscar Larroca.
Este documental constituye un repaso de las glorias del fútbol uruguayo entre 1924 y 1930, y hay que entender que fue planeado como un quizás necesario aperitivo para la vigente Copa Mundial de Rusia. Los directores Sebastián Bednarik y Guzmán García, ya habían abordado lo deportivo en trabajos como Mundialito (2010) y Maracaná (2014), y vuelven a hacerlo aquí con una solvencia que ya es su marca de fábrica. La película arranca con algunas consideraciones generales sobre el fútbol, y comienza a alternar luego la crónica de lo estrictamente deportivo con el contexto histórico en el que los triunfos en los Juegos Olímpicos y luego el mundial del 30 afirmaron una identidad nacional. Las voces en off de historiadores y periodistas como Gerardo Caetano, Ricardo Piñeyrúa, Eduardo Ribas y otros contextualizan los éxitos en el campo de juego, ubicándolos en el espacio y en el tiempo. No es posible deslindar el deporte del entorno social y político en el que se desenvuelve. El film se beneficia de una hábil utilización de su material de archivo. Hay fotos y videos, complementado por las ilustraciones de Oscar Larroca, y las voces recreadas de gente como Héctor Scarone y Pedro Cea, que de a poco van cediendo espacio a dos de los protagonistas de toda la historia, José Nasazzi y José Leandro Andrade. Alguien ha protestado por lo que falta o lo que sobra, pero más allá de que habría que ver de qué material se disponía y en la sala de edición hay que tomar decisiones, elegir, y siempre habrá quien disienta. En lugar de quejarse por lo que no está, corresponde más bien celebrar lo que está: un material bien seleccionado y editado, que atiende al deporte pero se anima a ir un poco más allá, y que recupera una zona de la historia y la identidad uruguayas. Elogios adicionales para la música de Hernán González. No es poco.