James Myers Thompson fue probablemente el más oscuro de todos, el más negro de los autores norteamericanos de novela policial de serie negra. Nacido en Anadarko, Oklahoma, el 27 de setiembre de 1906; muerto en Huntington Beach, California, 7 de abril de 1977), fue hijo de un sheriff corrupto que se hizo rico con el petróleo, dilapidó su fortuna en el juego y tuvo que huir a México cuando quedaron al descubierto algunas de sus actividades delictivas. Su madre fue una maestra mestiza (con parte de sangre cherokee) y el futuro escritor fue educado por sus abuelos maternos, que le hicieron conocer a los griegos pero también a Cervantes, Swift, Marx y Freud. Tras la bancarrota de su padre, el joven Thompson comenzó a ganarse la vida como periodista y a escribir sus primeros relatos, generalmente basados en hechos reales (incidentalmente, el personaje de un policía corrupto, probable ajuste de cuentas con su padre, es el protagonista de dos de sus mejores novelas, The Killer Inside Me y 1280 almas). Era apenas un veinteañero cuando empezó a lidiar con la tuberculosis y el alcoholismo y a conocer los bajos fondos y los campamentos de vagabundos. Fue amigo del legendario cantante Woody Guthrie, conoció por lo menos a otro policía corrupto que también influiría en sus novelas y tuvo problemas con la ley al dedicarse a la venta de bebidas durante los años de la Prohibición. Estudió agricultura en la Universidad de Nebraska, fue panadero y en 1929 comenzó a publicar algunos de sus primeros relatos en el Texas Monthly. En 1936 ingresó en el Partido Comunista Norteamericano, pero no tardó en desencantarse y se borró dos años después; sin embargo, esa afiliación le crearía problemas en los tiempos del maccarthysmo. Su vida nunca fue fácil: trabajos esporádicos para mantener a su esposa y a sus hijos, el suicidio del padre en un sanatorio, períodos de desintoxicación seguidos de recaí- das en el alcoholismo. A comienzos de los años cincuenta comienza a colaborar con la editorial neoyorquina de novelas de bolsillo Lion Books, y para ella escribe doce novelas en 18 meses. En 1955, un joven cineasta llamado Stanley Kubrick lo llamó para colaborar en los diálogos de su primer film importante, Casta de malditos, y la colaboración con Kubrick se extendió hasta su film siguiente, La patrulla infernal. También fue el autor de la idea original de la serie Ironside, en la que Raymond Burr encarnaba a un policía paralítico, y escribió ocasionalmente otros guiones para la televisión. Poco antes de morir en 1977 dejó a su esposa los manuscritos de sus novelas, y profetizó correctamente que sería revalorizado una década después. Hoy es un clásico, a la altura de Hammett o Cain, casi a la de Chandler. Fue un maestro en el diseño de los personajes, especialmente los psicópatas, y en la creación de una visión sombría y cruel de la existencia humana. Su arte novelístico lo resumió en una a frase: «Hay 32 maneras de escribir una historia y yo las he usado todas, pero solo hay una trama: las cosas no son lo que parecen». La castración, los personajes retorcidos, el desdoblamiento de personalidad, suelen recorrer sus intrigas. El presente ciclo reúne algunos de sus trabajos cinematográficos, y la adaptación de varias de sus novelas
CASTA DE MALDITOS
(THE KILLING)
Dir: Stanley Kubrick.
EEUU 1956. -84 min. ST. (Digital).
Con Sterling Hayden, Colleen Gray, Vince Edwards.
La historia de un “atraco perfecto”, según novela de Lionel White. Probablemente el primer film realmente personal de Kubrick, quien escribió la adaptación y pidió a Jim Thompson que lo ayudara en los diálogos.
LA PATRULLA INFERNAL
(PATHS OF GLORY)
Dir: Stanley Kubrick.
EEUU 1957. -87 min. ST. (Digital).
Con Kirk Douglas, Ralph Meeker, Adolphe Menjou.
El cuestionamiento de los “castigos ejemplarizantes” en el ejército francés durante la Primera Guerra Mundial tiene una real fuerza. Thompson coescribió con Calder Willingham y el propio Kubrick.
LA FUGA
(THE GETAWAY)
Dir: Sam Peckinpah.
EEUU 1972 -84 min. ST. (Digital).
Con Steve McQueen, Ali MacGraw, Ben Johnson.
Policial negro sobre pareja “maldita” à la Bonnie y Clyde, suavizado en la adaptación del libretista Walter Hill. El vigor narrativo de Peckinpah se impone, sin embargo, en varios trechos, y algo de Thompson hay allí.
AMBICIONES PROHIBIDAS
(THE GRIFTERS)
Dir: Stephen Frears.
EEUU 1991.-110 min. ST. (Digital).
Con John Cusack, Annette Bening, Anjelica Huston, Pat Hingle.
Una historia de estafadores, según novela negra muy negra del especialista Thompson. La liviandad inicial deja paso a toda una veta siniestra que Frears maneja con la probable vigilancia cercana de su productor Scorsese, y música de su cómplice, el gran Elmer Bernstein.
EL DIABLO BAJO LA PIEL
(THE KILLER INSIDE ME)
Dir: Michael Winterbottom.
EEUU 2010.-84 min. ST. (Digital).
Con Casey Affleck, Kate Hudson, Jessica Alba.
Policial negro sobre pareja “maldita” à la Bonnie y Clyde, suavizado en la adaptación del libretista Walter Hill. El vigor narrativo de Peckinpah se impone, sin embargo, en varios trechos, y algo de Thompson hay allí.