Memoria

A la protagonista (Tilda Swinton), botánica británica establecida en Colombia, la despierta una noche un sonido como de otro mundo. La protagonista emprende un viaje hasta el corazón de la selva en busca del origen de este ruido que solo ella parece oír.
La búsqueda de ese sonido aleja a la película de la civilización para adentrarse en la naturaleza salvaje. Sin embargo, se revela que el sonido no pertenece a ningún lugar, sino a una época pasada, es un recuerdo, una memoria. Se pasa así de un marco espacial a uno temporal. De la sensación al recuerdo, de la experiencia sensorial a la extradimensional.
Los temas del film son varios: la cuestión de la memoria (tanto como elemento político y social como psicológico y personal), las dinámicas sociales de un país como Colombia que surgen en las diferentes interacciones de la protagonista a lo largo de su búsqueda y que la llevarán a relacionarse con personajes aparentemente marginales muy alejados de su burbuja de clase media-alta. Pero hay uno que lo domina todo, el de la reacción del ser humano ante lo desconocido y la necesidad de comprender.
La forma se ajusta a su contenido, algo que recomendaban los griegos para reconocer al arte clásico. El tailandés Apichatpong Weerasethakul, cuyos antecedentes incluyen la premiada en Cannes El hombre que podía recordar sus vidas pasadas, apela a planos largos y en ocasiones contemplativos que dan espacio a los actores para mostrar a sus personajes en su vida cotidiana. El atractivo de la película no radica únicamente en su manera de plasmar los eventos necesarios para la trama, sino todo ese espacio y tiempo entre escenas que le permite crear un pequeño universo compacto y consistente. Por supuesto, la interpretación de Swinton es muy buena pero eso no ha de sorprender a quien la conozca.
El resultado ha deslumbrado a muchos. El británico Peter Bradshaw en The Guardian ha señalado: «Apichatpong Weerasethakul y Tilda Swinton forman un equipo de ensueño (…) Memoria es una película preciosa y misteriosa, se trata de un cine lento que desacelera el corazón”. Tim Grierson en Screendaly pudo agregar: «Elude las categorizaciones fáciles al mismo tiempo que es una reflexión poderosa sobre la conexión, el aislamiento espiritual y la renovación». Eric Kohn en IndieWire prefirió decir: «Es más una reflexión que una película y por eso es magistral (…) Un logro absorbente y enigmático». Premio del Jurado (ex aequo) en Cannes 2021, mejor película en el festival de Chicago 2021.