THE PEASANT
Polonia, 2023
Dirección: DK Welchman, Hugh Welchman
Guión: DK Welchman, Hugh Welchman, sobre novela de W.S. Reymont. Animación: Radosław Ładczuk, Kamil Polak. Música: Lukasz Rostowski. Producción: BreakThru Films, Polski Instytut Sztuki Filmowej
Duración: 114 minutos
Esta película de animación cuenta la historia de una campesina, Jagna, obligada a casarse con un granjero rico y mucho mayor, Boryna, a pesar de que ella está enamorada de su hijo, Antek. Con el tiempo, Jagna se convierte en objeto de la envidia y el odio de los aldeanos, y tiene que luchar para preservar su independencia. Ambientada en la campiña polaca al filo de los siglos XIX y XX, los giros dramáticos de la historia se relacionan con los cambios de estación, el trabajo duro en el campo y las fiestas tradicionales locales.
La vida de Jagna es un nuevo trabajo de los animadores polacos DK Welchman y Hugh Welchman, que antes hicieron la espléndida Loving Vincent, y quienes trabajaron durante 10 años en esta historia ambientada en una villa rural en Polonia a fines del siglo XIX, donde vive la joven Jagna, una mujer que a pesar de su jovialidad e ímpetu por vivir vive oprimida por un sistema patriarcal y se rebela. La película seguirá su trayecto a lo largo de las cuatro estaciones del año, revelando cómo su espíritu libre comienza a emanciparse de las reglas impuestas. Nuevamente, como en su película sobre Van Gogh, la técnica animada aplicada por los cineastas, hecha en base a cuadros pintados al óleo, resulta hermosa y original.
La historia proviene de la novela Los campesinos, del escritor polaco W.S. Reymont, premio Nobel de literatura en 1924. La belleza de Jagna le permite atraer fácilmente a los hombres, pero es un arma de doble filo. La atención masculina que recibe a menudo no es deseada, y las otras mujeres de la comunidad gradualmente comienzan a percibir su comportamiento con los hombres como una fuente de depravación.
La combinación entre una fuerte narrativa y una minuciosa estética propia de la tradición pictórica naturalista del siglo XIX contribuye al logro mayor que es la película. El trabajo de cámara es notable, y cuando lo acompaña la increíble banda sonora que incorpora muchas canciones populares polacas, resulta casi mágico. Esto se advierte particularmente en la escena de la boda de Jagna con Boryna, donde la atmósfera pierde lentamente su alegría y calidez para convertirse en una experiencia frenética e incómoda.