LIBRE

La insoportable levedad del ser (Ciclo)

  • Inicio: 21/07/2023
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THE UNBEARABLE LIGHTNESS OF BEING

Estados Unidos, 1987

Dirección: Philip Kaufman

Guión: Jean-Claude Carrière y Philip Kaufman, sobre novela de Milan Kundera. Fotografía: Sven Nykvist. Música: Mark Adler. Producción: Saul Zaentz. Elenco: Daniel Day-Lewis, Juliette Binoche y Lena Olin.

Duración: 173 minutos

En la novela de Milan Kundera La insoportable levedad del ser los personajes son peones en un tablero de ajedrez complejo y filosófico con el comentario didáctico de Kundera acompañando cada movimiento. En su adaptación, el director Phil Kaufman filma los peones, incluso muchos de los movimientos, pero elimina en la banda sonora la presencia y la voz de conexión de Kundera.

Kundera no quedó muy satisfecho del resultado y hasta llegó a decir que nunca permitiría que otra obra suya fuera llevada al cine. Exageró. Si se deja a un lado la odiosa comparación entre novela y película (en la que las buenas novelas siempre pierden cuando son llevadas al cine y las malas ganan), la película se sostiene muy decentemente como obra propia. Entre sus mejores cartas figuran las imágenes del director de fotografía Sven Nykvist (los ojos de Ingmar Bergman durante años) y el ojo de Kaufman para la sensualidad de los cuerpos del licencioso cirujano Tomas (Daniel Day-Lewis), su futura esposa Tereza (Juliette Binoche), y su amante la comprensiva pintora Sabina (Lena Olin).

Dentro de este triángulo humano, Kaufman (coescribiendo con el veterano Jean-Claude Carriere) se concentra en las emociones, la sexualidad, los celos, las frustraciones y los engaños. En el libro, Kundera conecta estos y otros eventos con su tema. El tejido conector de la novela es el ojo omnisciente de Kundera, a veces mortalmente serio, a veces ligero, siempre entrando y saliendo de los pequeños dilemas de un personaje. En la película, los personajes y eventos son parte de una soap opera elegante y episódica, espléndidamente defendida por sus intérpretes.

El demacrado y embrujado Tomas de Day-Lewis es extraño pero cautivador. El atractivo fresco e ingenuo de Binoche recuerda al de Isabella Rossellini. Y Olin exuda bien su necesaria sexualidad. Hay un esmero en la elaboración visual de la película, que intercala imágenes documentales de 1968 con tomas en blanco y negro de Tomás, Tereza y otros atrapados en el tumulto. Ambientada en la hermosa ciudad de Praga solo unos días antes de la notoria invasión rusa de 1968, La insoportable levedad del ser logra lo que muy pocas películas han podido lograr: un retrato realista de un país manipulado por la falsa política. Phillip Kaufman lleva a su espectador a un mundo donde las personas desean las cosas habituales: felicidad, amor, prosperidad. Antes de que la demagogia política eche raíces en Praga, casi todo parece «normal»: las personas se conocen, se enamoran y comparten sus vidas. Después se desencadena la catástrofe.

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