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- ESPEACTÁCULO SUSPENDIDO
Las mujeres tiran por la ventana los trajes de los hombres, o los queman en una
fogata que ni siquiera es ritual, solo rabia contra la corporalidad de la ropa. Hay un
hombre que se va a un parque lejano a morir, sentado bajo un árbol. Otro lo hace en
la rambla, sobre ese mar que lo trajo.
Fragmentos de múltiples mujeres; ancianas, muchachas que recuerdan su infancia y se vuelven niñas, y el descubrimiento de la ciudad como espacio de búsqueda para ejercer el peligro aprendido en la intimidad. Los resabios de un contexto opresor se despliegan como un collage, la memoria compartimentada o los recovecos desconocidos del inconsciente.
“Tomamos el material literario como punto de partida para una obra; pensamos en las
diferentes formas de la amistad porque, aunque el libro no trate de cómo dos personas se hacen amigas, la obra en sí es un homenaje a su escritora y a la amistad como forma de estar en el mundo. Ante la oscuridad de la soledad, aparece una nueva forma de intimidad: la confianza de saber que nos tenemos a nosotras mismas pero que siempre hay una otra para sostenernos. El argumento es un sostén, un gesto de cariño, una situación para honrar el amor y un regalo de agradecimiento por las enseñanzas compartidas. Ante las mujeres rotas y tristes, una posible respuesta: la amistad.” Leonor Courtoisie
Muchachas de verano en días de marzo puede ser la historia de una época o la agonía de todas las muchachas que alguna vez conocieron la inmensidad de un pueblo cualquiera en un día vacío de verano o en el romper de la nueva estación en marzo.