Ciclo: «Los mejores estrenos del 2018»: «El otro lado de la esperanza»

Se ha dicho que era una historia muy actual, cotidiana y universal a la vez. El protagonista es un refugiado sirio que llega a Finlandia con la necesidad de trabajar. Allí se cruza con un finlandés cincuentón que quiere cambiar su vida y abre un negocio de restauración. La peripecia vital de ambos personajes se entrelazará inextricablemente. El director Kaurismäki se había ocupado ya de los problemas de la inmigración en su espléndida El puerto (Le Havre), y vuelve aquí a él con una mezcla de humor, emoción e invitación a la reflexión. Su estilo sigue siendo minimalista, exento de virtuosismos, con escenas fijas que parecen cuadros estáticos, esmeros de iluminación y color, poco diá- logo y una música que es un personaje más. La película es una pequeña maravilla en su equilibrio entre el humor y lo serio, dos elementos que no suele ser fácil hacer coexistir. Y hay que agradecer algo que ya estaba en El puerto y otros films suyos: una actitud humanista y solidaria que lleva a pensar que en el mundo no todo está tan mal, al fin y al cabo. Por detrás del absurdo y del envoltorio de comedia hay un espíritu de fraternidad humana que vale la pena compartir. El español Carlos Boyero de El País de Madrid, ese imprevisible, se ha encariñado con la película: “El cineasta finlandés desprende magia en su cine y su público es fiel: no es un vendedor de humo. Tiene algo que contar y sabe cómo hacerlo (…) Película insólita, agridulce y bonita”, afirma. Su colega y compatriota Luis Martínez, de El Mundo, coincide, hablando de “Una película tan cautivadora como cruda, tan desesperada como, ya puestos, necesaria”. Y Sergio Sánchez, de Fotogramas, agrega: “El cineasta finés construye una fábula sin moralina, que cuenta la situación de los refugiados al llegar a Europa sin cargar las tintas, apoyándose en la calidez de sus lacónicos personajes.” Oso de Plata a mejor director en el festival de Berlín 2017.