Entrevista Central

Julio Calcagno

Entrevistas Centrales / 30 noviembre, 2018 / Luis Vidal Giorgi

“El Padre es un personaje muy entrañable»

Julio Calcagno (1937) es uno de nuestros más destacados actores, con una vasta trayectoria en el teatro independiente y asimismo en la Comedia Nacional. En esta ocasión comparte escenario con el elenco de El Galpón, en una emotiva obra del autor francés Florian Zeller, con dirección de Héctor Guido.

-Estuviste presentando Aeroplanos, una obra en la que también los personajes son de edad avanzada.

-Aeroplanos es una obra del argentino Carlos Gorostiza, que nos vino muy bien a Pepe Vázquez y a mí, pues tenemos la edad de los personajes, no tuvimos que componer nada y tuvimos un éxito muy grande. Fue gente mayor, de mediana edad y también jóvenes, y a todos los conmovía, el público se sintió reflejado en dos personajes que son muy queribles. Una obra que habla de la vejez.

-Y también habla de los afectos.

-Habla de los afectos, habla de la vida y la muerte, de mucha cosa, pero fundamentalmente habla de la amistad y de cómo se llega a esa edad con bríos. Para mí fue una gran alegría hacerla.

-Luego presentaste Potestad en el Circular.

-De Eduardo Pavlovsky, era una obra que yo la había estrenado en el 87 y quería volver a hacerla; una obra muy dura, ya que trata el tema de los niños hijos de desaparecidos, apropiados por los represores. Lamentablemente el tema se mantiene en vigencia. Creo que Potestad es una obra cumbre de la dramaturgia rioplatense.

-Y ahora estás ensayando esta obra que trata también de los afectos, de los recuerdos…

-Exactamente, el autor la define como una farsa trágica, se llama El Padre. El autor es muy joven: Florian Zeller, francés. La obra tiene que ver con llevar al escenario la enfermedad de algunas personas con una edad avanzada. Está planteada con una gran valentía desde el punto de vista del viejo y de las personas que lo rodean. Instala la pregunta de cuál es la alternativa para seguir viviendo, con una enfermedad que no tiene retorno. Es muy dura pero está jugada a ciertos momentos de comicidad.

-¿Supongo que se rescata lo emotivo?

-Totalmente. Es el gran problema que se instala en una familia cuando tiene que decidir qué hacer con esa persona, la cual está enferma de Alzheimer y todavía tiene un resto de lucidez. Entonces todo el principio es de un humor descacharrante, hasta que se va poniendo más espesa, con un final muy emotivo. Esta obra se ha hecho mundialmente con gran repercusión. En Argentina, que la hizo Pepe Soriano, en Brasil, y también la hizo Héctor Alterio en España, también en Nueva York y en Londres, siempre con buen suceso.

– Asimismo, al estar el tema de los recuerdos, ¿tiene que ver con nuestra identidad ,con quienes somos?

-Por supuesto. A la vejez tampoco se la puede endulzar. La vejez es la vejez. No se puede escribirla de una manera idílica .

– Para un actor veterano seguir estrenando es una apuesta a la vida.

-Sí, claro, y con una ayuda muy grande de El Galpón, que me invitó, y una ayuda del elenco, quiero recalcarlo, porque el equipo es fantástico.

– Antes habías protagonizado El Precio en El Galpón, también con dirección de Héctor Guido.

-Sí, que fue un éxito importante, ese texto de Arthur Miller.

-¿Algo más que quieras agregar?

-Estoy muy metido en los ensayos, que no es fácil de hacer. Es un esfuerzo muy grande. Yo tengo la edad del personaje, estoy viejo también y tengo mis achaques, en cierta medida me emparento con el personaje.

-¿Algunas características de tu personaje para destacar?

– Es un ser terriblemente entrañable. Es triste, es alegre, es enfermo. Y me parece que va a lograr que el público esté con él casi enseguida. Y tiene un pasado en el que supuestamente fue feliz. Y los espectadores se van a encontrar con ciertas sorpresas, que no hay que adelantar.

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