Entrevista Central: Anael Bazterrica
Entrevistas Centrales / 31 julio, 2023 / Luis Vidal Giorgi
ANAEL BAZTERRICA:
AINARA DE GERNIKA
“Creo que el mensaje intrínseco que tiene este espectáculo, en ese personaje, es que vuelve y vuelve siempre al mismo lugar para mantener la memoria”
Anael Bazterrica, actriz de El Galpón, explora en este espectáculo sus raíces vascas y la memoria de dramáticos acontecimientos que signaron el siglo XX, cuyas heridas y ecos siguen reverberando con texto y dirección de Sandra Massera y escenografía de Dante Alfonso.
-La historia del personaje está signada por dos períodos dramáticos: la destrucción de Guernica en la guerra civil española y, luego de su exilio en nuestro país, la dictadura. Como introducción recordemos el significativo episodio de Guernica, la ciudad destruida por la aviación nazi. Y ¿cuál era el mundo del personaje en ese momento vital?
-El mundo del personaje en ese momento es el momento del bombardeo de Guernica, tiene 12 años, es testigo y víctima de la historia del pueblo de Guernica, donde vive con su familia. Y de algún modo, ese personaje atraviesa la historia desde el año en que comienza a contar su historia, que es antes de la guerra; habla de cómo transcurre la vida de su familia. Y luego del bombardeo prosigue, fue una niña de la guerra, es decir, fueron niños del exilio, víctimas como tantos otros, llegaron a ser casi 4.000 niños vascos que el gobierno vasco decidió evacuar para salvarlos. Ellos decían que si no se puede salvar todo el pueblo, salvemos al menos el futuro. Y eso hace que ella sea enviada a Francia; su hermana fue enviada a Rusia (hubo distintos destinos de países que apoyaron, por ejemplo, Inglaterra, la Unión Soviética, Francia, incluso México en algunos casos). Quizá la historia más determinante haya sido la de los niños vascos que tuvieron que exiliarse en la Unión Soviética, porque estuvieron casi 20 años sin poder regresar. Es una historia macabra porque en realidad su destino quedó —lo dice en determinado momento de la obra— suspendido de un hilo envenenado entre Stalin y Franco. Porque ni Franco quería recibirlos, ni Stalin quería dejarlos ir. Y estuvieron 20 años lejos de sus familias en una odisea tremenda.
-En Guernica se utilizó por primera vez la aviación para bombardear la población civil. Ahora que está en los cines la película sobre Oppenheimer, en la que se mencionan los fundamentos con los que se eligió dónde arrojar la primera bomba nuclear, cabe recordar que, en el caso de Guernica, el bombardeo de dicha ciudad también fue una elección deliberada.
–Esta historia está atravesada por el fascismo e, irónicamente, es como una flecha que se traza entre la Legión Cóndor y el Plan Cóndor. ¿Por qué? Y es una hipótesis que yo tengo. La Legión Cóndor fue una fuerza de intervención aérea del Tercer Reich que envió ayuda a las fuerzas de Franco para luchar en la guerra civil española del lado fascista. Y se llamaba Legión Cóndor. Y será casualidad o no, pero llama la atención que aquí se haya tomado el nombre de Plan Cóndor para todo lo que implicó la represión en nuestros países. O sea, la Legión Cóndor tenía el objetivo de aniquilar a la población civil. Y fue lo que hizo. Y fue un ensayo de la Segunda Guerra Mundial. Ahora, ¿por qué se hizo en Guernica? ¿Por qué redujeron a cenizas a Guernica? Porque era un centro clave de comunicaciones de las tropas republicanas, pero sobre todo porque tenía un valor simbólico muy importante; el mariscal Göring llegó a reconocer, en los juicios de Núremberg, que era el símbolo más importante del País Vasco y que tenían que destruirlo, y con eso destruir la moral de un pueblo ancestral. Eso es un factor importante. No fue cualquier ciudad, fue Guernica. Allí el símbolo máximo es el árbol de Guernica, que es un roble milenario, que es el símbolo de las libertades vascas y de la identidad del pueblo vasco. Y curiosamente se mantuvo en pie en el bombardeo. Y hay algo muy simbólico, y es que hay muchos retoños de ese roble milenario en muchos lugares del mundo, en ciento y pico de lugares del mundo, como un símbolo libertario muy importante. En Guernica se votaban los fueros del pueblo vasco desde la Edad Media, y fue uno de los primeros sistemas políticos democráticos de Europa desde la Edad Media, donde participaba la comunidad en la vida pública, y los reyes de España debían acatar los fueros vascos. Y todo eso se hacía en una ceremonia debajo del árbol de Guernica. Es decir que tiene un valor simbólico importante.
-¿Ella recala luego en Uruguay ?
-Buscando un lugar donde respirar mejor en América. La llegada de los años setenta en Uruguay y lo que esto implicó. Es un personaje que revisita la historia. Revisita su casa desde un lugar que no puede definirse como corpóreo o físico, ella la revisita desde otro lugar. No se cuenta en la historia, pero evidentemente ella no volvió nunca más a Guernica. Terminó sus días en Uruguay. Pero revisita su casa y la historia de su pueblo.
-¿Cuáles fueron los aspectos a nivel de imágenes y emociones en los que te basaste para elaborar el personaje?
-Para contestar esta pregunta tengo que remitir a cuál fue el disparador de este proyecto. Yo viajé en julio del año pasado al País Vasco con mi hermana, yendo en busca de las raíces de mi familia, los Bazterrica. Esta visita nos hizo internarnos en el País Vasco profundo. Fue una experiencia de inmersión muy fuerte, que concluyó en la visita a Guernica, concretamente al Museo de la Paz de Guernica. Allí yo me encontré con testimonios de personas que, en el momento de la filmación, tenían ochenta y pico de años, pero que obviamente habían sido niños o adolescentes el día del bombardeo, y ellos cuentan lo que sucedió con cada uno de ellos en ese momento. A mí me produjo un profundo impacto emocional escuchar esos testimonios. Me pregunté qué me estaba pasando, y llegué, evidentemente, a la conclusión de que allí estaban hablando mis ancestros, y que eso a mí me tocaba profundamente. Salí de allí con la idea de investigar más, ir más hacia atrás. Y cuando llegué a Montevideo, yo ya tenía en vista con Sandra Massera trabajar juntas, no teníamos muy claro qué, y cuando le conté esta historia me dijo: “Es sobre esto que tenemos que hablar”. Y así fue que empezamos a investigar, investigamos las dos, y también yo recurrí a Leonat Egiazabal, profesor de Historia, que en su momento había sido docente de vasco y cultura vasca en la Facultad de Humanidades. Yo había participado en charlas sobre cultura vasca que él dio, muy interesantes, previas a la pandemia. Entonces lo convocamos, tuvimos varios encuentros con él, que fueron de una gran riqueza, y empecé a redescubrir la historia de mis ancestros. Y en función de esto fuimos construyendo el mundo de Ainara, con un texto maravilloso de Massera. Agradezco enormemente a ella por su entrega y por haberme acompañado en este camino.
-¿Alguna frase significativa que se dice en la obra?
-La primera frase que yo citaría es la siguiente: “Quizás el siglo XX haya quedado atrás, pero no sus peores monstruos”.
-¿Algo más que quieras agregar sobre el espectáculo?
-Creo que el mensaje intrínseco que tiene este espectáculo, en ese personaje, es que vuelve y vuelve siempre al mismo lugar para mantener la memoria, hay momentos que dice “no me acuerdo”, pero que mantiene la memoria, creo que es muy significativo en estos cincuenta años de la dictadura, tenemos que porfiadamente revisitar la historia para un nunca más, y creo que esto es lo que tiene en común un mundo y el otro, aquel mundo de Guernica y el nuestro, en este momento histórico en el que estamos insistiendo porfiadamente en mantener la memoria, encontrar a los desaparecidos y seguir luchando contra esa amenaza constante del fascismo que sigue creciendo dolorosa e incomprensiblemente en el mundo.