Dante Alfonso: “Ponerle colores a cada emoción ayuda al niño a explicarlas”

Teatro Infantil  El Monstruo de colores

-¿Cómo surgió la propuesta y en qué se diferencia entre tantas obras de niños en cartel?

-Surgió a partir de la propuesta de una compañera, Carolina Pereira, que es maestra, que trabaja, justamente, con niños chiquitos y conocía el libro de Ana Llenas, ella lo presentó a Extensión para hacerlo y luego me lo dieron, al leerlo me entusiasmó muchísimo, más allá de que no tiene texto prácticamente, tiene mucha gráfica, excelente. La propia autora dibuja muy bien cada rayita, hay mucho oficio allí en el dibujo, y el texto es muy poco. Era muy atractivo aunque no sabía por dónde empezar a versionarla. Yo para hacer una obra necesito que tenga una ventanita por la cual colarme, al igual que al pintor lo que le atrae es el lienzo en blanco y cómo modificarlo. Esa atracción tiene que estar, el entusiasmo por decir “quiero hablar de esto, de este tema, sin saber cómo se hace”, y eso fue lo que me pasó. No es la primera vez que hago una obra para escolares. El teatro para niños no es un teatro B, tiene la misma responsabilidad y está en la misma categoría que el teatro para adultos.

El tema me interesaba mucho porque habla de las emociones de todos pero especialmente de los preescolares, porque empiezan a tener emociones y reacciones que no saben cómo explicarlas; lo que hace el libro es ponerle un color a cada emoción, para que el niño pueda explicarlas y diferenciarlas. Por ejemplo: “Hoy estoy triste, estoy de azul”; “hoy estoy contento de ser amarillo”, o “la rabia es estar rojo”. Ayuda mucho al niño a manejar algo muy concreto como un color, para explicar una situación emocional. Me sorprendió la repercusión que ha tenido, sabía que el libro se utilizaba en las escuelas, pero no sabía que tanto; se extendió rapidísimo en las escuelas que se estaba haciendo el espectáculo. Era como una necesidad para los maestros para hablar del tema, les facilita verlo en un el teatro para luego trabajarlo en la clase.

-Las reacciones en las funciones, ¿cómo han sido?

-Otra cosa que estoy experimentando es la participación del público infantil, porque como conocen el libro, se expresan todo el tiempo e identifican el color. Son de meterse en la obra. Traté de ser muy fiel al libro, a su gráfica. Leyendo la obra, en un momento me dije que esto hay que hacerlo con un muñeco y un muñeco plano, trabajamos sobre el planismo. Definimos que tiene ser con dos titiriteros, hicimos varias pruebas y vimos que funcionaba. Lo otro fue que tuvimos que hacer un muñeco de cada color, para cada emoción.

-¿Viene público de todas las edades?

-Está pensado para preescolares, pero yo que voy a las funciones, me resulta que es para todo público. Para mí el teatro es uno solo, la obra tiene humor, los dibujos son muy tiernos, y hasta la gente mayor también disfruta. Y los niños de todas las edades se enganchan con la obra.