«Matate, amor» es ese personaje, esa mujer herida de la que dicen que su
femineidad está alterada en su manera de amar, de desear, de romperse el
cuerpo, de arrojarse sucia, de tomar un fusil, de no tener piedad con
nadie, sobre todo con ella misma. Pero querer sodomizar al marido o
abandonar al hijo, ¿qué es para una mujer–cazador que intenta salvarse
de no ser nada, que intenta dar con su verdadera lengua?
La dramaturga chilena Carla Zúñiga propone un díptico con dos obras reflexivas, pero con tonos distintos. Por un lado, “Un montón de brujas volando por el cielo», una comedia negra que reflexiona sobre el dolor y sobre cómo nos podemos hacer cargo de él, a la vez que nos interpela sobre la posibilidad de resignificar la emocionalidad y la posibilidad de desarticular el concepto de “bruja”. Por otro lado, «La violación de una actriz de teatro”, que habla de la importancia de nombrar, de hablar de las experiencias de abuso, de que seamos capaces de hablar del dolor, como sociedad; de la importancia de creer en los testimonios de las víctimas y de reflexionar sobre la complejidad del abuso.
Mosquitos. 1973. Un pueblo de una pasmosa tranquilidad. No pasa nada, o casi. Allí vive Johnny Sosa, dedicado a cantar blues en el quilombo sin saber inglés….Su condición afro, su pobreza, sus ilusiones de convertirse en un artista famoso…o casi.
Johnny comparte su vida con la rubia Dina. Una vida rutinaria….hasta que un día, el pueblo empieza a conmoverse…
Llegan tanques militares. La desconfianza aparece. Un golpe de estado. Nada volverá a ser igual.
Una historia llena de magia, de ternura, de humor y de rebeldía. Un tiempo duro, terrible.
Un personaje fascinante que se debate entre su amor a la música y la libertad.
Hay que dejarse seducir por esta aventura «real» e imaginada de Johnny y su gente de
Mosquitos…
Humberto Costantini comenzó la escritura de esta historia de amor, de humor y de poesía bajo la pavorosa amenaza de la muerte en 1975. La fue escribiendo a los saltos, escondido, perseguido. Consciente del peligro que corría su vida tras el golpe militar del 24 de marzo de 1976, tomó sus recaudos para salvar la obra: hacía cuatro copias del texto: una para él y las otras repartidas para su resguardo entre sus familiares.
Con mucho humor y situaciones disparatadas e hilarantes el autor denuncia el terrorismo de Estado y el modus operandi de los organismos policiales y parapoliciales y se venga de ellos ridiculizándolos