Carnaval/Murgas 2023: Qué hay de nuevo?

Carnaval / 29 diciembre, 2022 / Daniel Porteiro

Lo prometido es deuda, dicen. En el anterior número de esta revista, prometíamos información más detallada sobre algunas de las murgas, nuevas o renovadas, que llegan este año y que, por lo tanto, no se tiene referencias previas. Entonces puede ser útil, a la hora de ir al tablado, conocer un poco de qué va la mano. Por eso, esta vez, elegimos comentar sobre algunas de ellas y dejar una mirada más general para la próxima.

 

La nueva milonga es la histórica murga de Tito Pastrana, que dejó de salir allá por los 90. Ahora, nuevos responsables se hacen cargo y han tenido el buen tino de respetarle el estilo y cuidar su nivel de calidad. Para poderlo lograr han conformado un equipo de gran experiencia, tanto en intérpretes como en la técnica. Y todos ellos se han preocupado de trabajar en la identidad de esta murga que su creador se enorgullecía en calificar de murga-murga, reivindicando el estilo de los años 50; en aquellos 80 en que surgían murgas con musicalidades y arreglos no habituales. El tiempo ha procesado muchos cambios y, también, ha revalorizado aquel sonido murguero histórico. El regreso de este título que hizo época y la recreación de su estilo, actualizado, aporta vitalidad al género y enriquece el abanico de propuestas para este carnaval.

En línea con su identidad, presentan un popurrí con crítica de actualidad, cuplés con personajes y tanto la Presentación como la Retirada están escritas en clave de aquellas, así como el tipo de música sigue una línea esencialmente similar. Y lo más identificable, el coro. Seguro que han oído hablar del canto de las murgas de la Unión y quizá no hayan tenido ocasión de conocerlo o no lo recuerden. Por eso esta es una linda oportunidad de escuchar ese tipo de coro potente, brilloso, con graves graves y agudos agudos, que “soplaba y soplaba”; por eso se decía que, si estabas frente a él, “te despeinaba”. Su actual arreglador y director escénico es Rafael Antognazza (quien se inició en la BCG, radicalmente diferente a La nueva milonga) y ha tenido la gran habilidad de conseguir un sonido característico, gracias a las voces bien colocadas de sus cantores y las armonías que utiliza para sugerir aquel estilo, algo que no es ni fácil ni sencillo. Lo que tampoco le ha impedido dejar salir algunos toques de actualidad y sello personal.

Algo similar sucede con el principal cupletero, quien sin perder su personalidad ha logrado darle el tono de aquellos de antaño. El actor es Gastón “Rusito” González, debutante en murga ya que ha salido por años en parodistas Los muchachos. Y como lo hace muy bien, quizá siga el camino de su padre, Carlos “Bananita” González, que aunque estuvo en parodistas y revistas, se quedó finalmente en el rol de cupletero, en murgas como Reina de la teja, Falta y resto o Curtidores de hongos. Gastón usa características de cupletero clásico y, a la vez, deja fluir su toque personal, lo cual le da autenticidad. Si aún no ubican al Rusito González, quizá lo identifiquen del programa de las mañanas en canal 4.

En ese objetivo de ser La nueva milonga pero actual, combinan letristas de distintas vertientes y buen nivel. Uno de larguísima trayectoria de murgas clásicas: Eduardo “Tano” Di Lorenzo, quien maneja excelentemente bien ese estilo; y una mujer joven de trayectoria más o menos reciente, que hace rato exhibe su ductilidad para escribir carnaval y que es Ximena Márquez; quizá la primera mujer en escribir murga comprendiendo bien la esencia de este género. Y, por lo que se pudo ver, hay una buena mezcla de estos letristas de distinto origen, que trabajan con su pluma, pero al servicio de un estilo.

Finalmente, en un coro sólido y potente, como de la Unión, cabe destacar solistas como Julio Pérez, con su voz tan típica de murguista, reconocible porque se la oye en más de un aviso publicitario; así como la de Marquitos Gómez, una tercia superadecuada para el estilo de la Unión.

El espectáculo se llama Público y gira en torno a dos personajes “Pópulo y Fachini”.

 

Barrio querido es una murga que viene del Cerro, un barrio que no se ha caracterizado por tener murgas locales. Al verla lo primero que llama la atención es encontrar en la tercia nada menos que a una estrella de la música tropical uruguaya: Gerardo Nieto. Claro, es del Cerro. Lo destacable es que este artista consagrado se integra con mucha humildad, suda como el que más, canta solos o rema en el coro y actúa cuando y como le toque. Cero vanidad. Y, por cierto, se le ve que está disfrutando de este particular viaje.

Una murga divertida y dinámica. Es un grupo joven y bastante parejo. Cabe destacar lo que rinde Florencia Núñez, la joven que canta en sobreprimos y que actúa con gran desenfado. Cumple bien cuando debe hacer el eje sobre el que se mueve el cuplé de los ansiosos, haciendo de cable a tierra mientras la murga se debate en la ansiedad ante diferentes temas que, por supuesto, son los de actualidad. El elenco es sumamente desenvuelto, con alegría y gracia. Un momento que estaba cantado —valga la redundancia— es cuando el grupo le toma el pelo —que no tiene— a Gerardo Nieto por su edad en relación con el resto de integrantes; una escena que, probablemente, haya surgido de algo que pasó en algún ensayo.

El coro suena muy bien, sólido, se nota la voz femenina —algo que no solía ser demasiado habitual— y las armonías tienen arreglos musicales de buen gusto. Acá viene al caso comentar una particularidad que resalta un aspecto que va más allá de esta murga. El arreglador y también director escénico es un chileno que en su país cultiva la murga de estilo montevideano y ha venido a vivir la experiencia a las fuentes. Desde hace muchos años se ha ido expandiendo nuestra modalidad de murga por el continente; primero en Argentina, pero luego en Colombia, Chile y ya últimamente se da en más países sudamericanos. Este joven, si no nos dicen, cualquiera pensaría que es de acá. Tiene el perfecto estilo del director escénico, dirige el coro como el que más y lo ha arreglado con un sonido murguero típico nuestro. Con un muy buen gusto, que ese sí lo pone él. Otro aspecto para dedicarle algo de atención al verlos en el tablado. El espectáculo se llama Fluir y, precisamente, van fluyendo por los diversos temas del año.

Gente grande es una murga de gente joven a pesar del nombre. Se formaron en los encuentros de la Movida joven de Montevideo, con años de participación bajo el nombre La catinguda. Al entrar al carnaval mayor decidieron llamarse Gente grande. Se trata de un grupo que no se le ve como debutante, porque en realidad llevan largo tiempo juntos, aunque sean nuevos en el Carnaval Oficial.

El espectáculo se llama Síganme, para más consejos, y viene por el lado de los tutoriales y de los influencers; una temática, la de las redes, que cada vez está más presente en el carnaval como reflejo de la vida actual. Y por supuesto que cada nueva generación que se integra al carnaval llega con la tecnología naturalmente integrada en su quehacer cotidiano. El tema de las redes lo exprimen bastante, burlonamente, con un texto ingenioso y humorístico. El coro suena muy bien, con voces jóvenes y muy solventes. No hay personaje en los cuplés sino rotación de los componentes en interpretaciones o en los remates; algo habitual en las nuevas murgas. También el coro se maneja así, con solos, dúos o tríos que también van rotando a lo largo del canto. Un equipo sumamente parejo y que se les ve cómodos en su desempeño juntos.

Un buen momento es cuando le cantan a los influercers de antes, mostrando que la diferencia es la tecnología pero que pasan, más o menos, las mismas cosas.

Juegan con el lenguaje inclusivo, y está muy bueno que sean las mujeres las que rematen las bromas sobre las complicaciones de su uso. Ya que las mencionamos, cabe destacar el excelente desempeño de ellas. En lo básico, porque son voces que se notan en el coro, aportando mucho. Pero, además, protagonizan los diferentes cuplés y lo hacen no solo con oficio murguero, sino también con eficiente comicidad y manejo del humor. Ya hace unos cuantos años de este proceso de paulatina integración de mujeres a las murgas; pero es este año en que ya se ve más claramente que llegan con mayor dominio del oficio. Los ámbitos donde se ejercita el género han ido favoreciendo que esa práctica pueda ir generando gente con un desempeño que aporte efectivamente al conjunto; que cada vez importe menos su identidad sexual, sino el arte que tengan como murguistas (palabra que hasta no hace mucho solo hacía referencia a hombres).

 

Mi vieja mula está en su segundo año en el Concurso y vale recordarla porque no es tan conocida aún. En su primer carnaval sorprendieron por su buena actuación y por su personalidad. Alcanzaron un buen lugar en el Concurso, para ser debutantes, y mostraron que son una murga que no pasará inadvertida. Al verlos uno tiene la misma sensación que provocaban en sus comienzos murgas que dejaron su huella. Tienen algo especial que promete. Están arrancando, pero hay ahí algo que brilla.

En el inicio salían de Shangrilá, pero este año lo hacen desde Paso Carrasco. Es una murga en que todo el coro compone un personaje, como lo hacen las de Cádiz —desconozco si es intencional o no— y lo sostienen todo el espectáculo. No lo pierden nunca. Durante toda la actuación se mueven como él, se expresan como él y, por supuesto, están caracterizados como tal. Y el texto también habla como el personaje que interpretan, piensa como él. Un ingenioso, satírico y humorístico texto de Sebastián Mederos, al igual que en el pasado carnaval.

A destacar —en esta nota uno está insistente con este aspecto—, la directora escénica de Mi vieja mula. Arregladora musical de la murga, logra buen sonido y fluidez del espectáculo, Romina Repetto es una directora escénica típica. Se mueve bien en el escenario, con su mímica va representando lo que dice el coro, tiene sus pasitos al uso, fiel al rol, sin necesidad de impostarlo. Y, por supuesto, en los medios compone el mismo personaje que todo el grupo. Una murga que parece tener muy claro su camino.

 

Las murgas que concursan

 

A la bartola

Asaltantes con patente

Barrio querido

Curtidores de hongos

Cayó la cabra

De frente y mano

Diablos verdes

Doña bastarda

Gente grande

Jardín del pueblo (Paysandú)

La cayetana

La clave

La gran muñeca

La nueva milonga

La trasnochada

La venganza de los utileros

Metele que son pasteles

Mi vieja mula  (ciudad de la Costa-Paso Carrasco)

Nos obligan a salir

Queso magro

Un título viejo

 

 

 

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