Álvaro Caso: entre la pandemia y las plataformas

Álvaro Caso es director de la distribuidora de cine ENEC, integrante del Centro Cinematográfico del Uruguay. Fuimos a su encuentro para conocer de primera mano la situación de la distribución y exhibición en las salas de cine.

-Las consecuencias de la pandemia han impactado muy fuertemente en la industria cinematográfica, desde la producción se postergaron estrenos, festivales, etc. ¿Cómo calibrás este fenómeno y su repercusión en la distribución y exhibición en nuestro medio?

-Fue un golpe muy duro para a la distribución y la exhibición comercial en salas de cine. Desde que comencé mi actividad en este rubro en 1984 no habíamos tenido una situación similar, con cinco meses de cierre de las salas y con los cuatro meses siguientes casi sin espectadores en las salas. A nuestro sector ya le había aparecido un competidor muy fuerte: empresas que proporcionan contenidos bajo demanda, por suscripción vía internet, desde el hogar; las restricciones sanitarias y el cierre de las salas hicieron que los espectadores que aún preferían la ida al cine como su principal opción de esparcimiento cambiaran sus hábitos.

-Desde su primera incursión en la industria del entretenimiento en 1997, Netflix ha modificado las lógicas de producción y consumo en el sector audiovisual. El confinamiento obligado de parte de la población mundial ha incrementado la tendencia de consumo audiovisual en las plataformas virtuales y en internet. ¿Qué lugar ocupa la tradicional comunión de la gente en una sala a oscuras, y cómo se incentiva la vuelta a las salas a un público habituado a quedarse en sus casas?

-Sí, Netflix ya tenía una posición muy agresiva en lo que refiere a la distribución y exhibición en salas cinematográficas. Las otras empresas de contenido bajo demanda, que habían priorizado la exhibición en salas como el primer escalón de la cadena de explotación del contenido que producen, con el cierre de las salas se quedaron sin él y comenzaron a lanzar su producto directamente en plataformas bajo demanda, además retrasaron los lanzamientos mundiales de muchas de sus grandes producciones para muy entrado el 2021. Eso hace que a la oferta de películas en salas le falte una parte muy importante y que el ecosistema distribución-exhibición se vea debilitado. La competencia por los espectadores en el hogar se convirtió en guerra y tiene como daño colateral la distribución y la exhibición en salas cinematográficas. Entiendo que la experiencia de la sala oscura con una gran pantalla, muy buen sonido y confort adecuado es irrepetible. La complicidad que genera entre los espectadores, aunque no se conozcan, es un acto gregario que no tiene paralelo. Pero después de esta pérdida de acostumbramiento por parte de nuestro público, tendremos que potenciar aún más “la experiencia de ir al cine” para que efectivamente la gente vuelva a concurrir a las salas.

–Las salas estuvieron abiertas un periodo hasta el pasado 16 de diciembre. ¿Cuáles son las medidas sanitarias vigentes y cuál es el criterio en cuanto a los aforos, teniendo en cuenta las distintas posibilidades que tienen las salas en ese sentido?

-La primera medida que tomó el Poder Ejecutivo el 13 de marzo fue el cierre total de la exhibición cinematográfica hasta el 3 de setiembre, la paralización de la actividad provocó la pérdida de toda la recaudación del sector. Desde el 3 de setiembre hasta el 20 de diciembre el sector abrió parcialmente con aforos limitados al 30 %, con solo dos funciones diarias y con la gran mayoría de las salas abiertas solo el fin de semana. Desde el punto de vista de la higiene y la salvaguarda de los espectadores y los funcionarios se cumplió estrictamente con el protocolo del MSP y se calificó esta actividad como muy segura desde el punto de vista sanitario. Lamentablemente las recaudaciones de ese período fueron muy bajas y las pérdidas operativas del sector altísimas. Después de la decisión del Poder Ejecutivo del 16 de diciembre de cerrar nuevamente los espectáculos públicos hasta el 10 de enero de 2021, el panorama vuelve a la misma situación que la de marzo pasado.

– Teniendo en cuenta los problemas económicos y laborales que están teniendo las salas y los distribuidores, y dado que esta situación parecería que se va a prolongar por lo menos hasta el primer trimestre del año entrante, ¿hubo algún contacto con el Gobierno?

-El sector se reunió en varias ocasiones con los representantes del Poder Ejecutivo, fue escuchado y algunas medidas fueron implementadas pero, desde mi punto de vista, las encuentro insuficientes. Si Uruguay comienza a vacunar dentro del primer trimestre del 2021 y las salas de la región y resto del mundo comienzan a normalizar su actividad en marzo, tengo esperanza de que para en el mes de abril nuestra actividad comience a regularizarse. Primero por la seguridad sanitaria y por la llegada a las salas de películas que atraigan a los espectadores.