Actores

Alfonso Tort

Actores / 1 julio, 2019 / María Varela

¿Qué fue lo que hizo que te dediques a esta profesión?

En este orden: mi madre, la intuición y tomar la decisión. Mientras trabajaba en el  taller de juguetes de madera de mis padres, mi madre escucha en la radio que había un llamado para exámenes de ingreso a la EMAD (Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático Margarita Xirgu). La idea me gustó, algo intuitivo, algo nebuloso aún. Esa idea de actuar me atraía y luego cuando ya estaba en  segundo de la EMAD tomé la difícil decisión de que esta sería mi profesión, elegí a los 21 años que quería trabajar de actor.

Antes de egresar de la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) ya había empezado tu carrera de actor en el cine con 25 watts, ópera prima de Stoll y Rebella, una emblemática película uruguaya, ¿esto te facilitó tus comienzos como actor?

La experiencia de 25 Watts me abre la posibilidad de experimentar en el lenguaje audiovisual, algo que me gusta mucho. Me gusta ver cine, me gusta leer sobre cine, me gusta mucho actuar en cine, siempre que se me ocurren ideas, las imagino como si fueran para ser filmadas. Tuve la suerte de ir al casting de 25 watts y quedar para ser el Seba (en realidad para ser el Marmota chico). Quiero mucho a todos los que trabajamos en esa película y creo que no me facilitó nada, pero sí agradezco haber sido parte de una camada de jóvenes que pudimos hacer lo que nos gustaba.

¿Qué es lo que te da mayor adrenalina en el momento de actuar: el cine, el teatro o la televisión?

Son mundos distintos, en el cine el solo hecho que te digan «acción» te coloca en un «estado» donde hay algo de lo que pasa ahí en ese momento, la adrenalina es el estar en el aquí y en el ahora de la actuación. Hay algo que siempre nos decía  Gabriel Calderón antes de empezar las funciones de Ex, que revienten los actores, él decía: «surfear la ola».  La actuación tiene mucho de estar surfeando una ola, que siempre será única e irrepetible. O como decía un director técnico de fútbol: «Tort, entra a la cancha bien metidito en la cosita», es estar hiperconcentrado en lo que hay que ejecutar, eso te da adrenalina.

Contanos sobre tu trabajo en La noche de 12 años,  película basada en el libro Memorias del calabozo de Mauricio Rosencof y Eleuterio Fernández Huidobro, dirigida por Álvaro Brechner.

Uh!, tengo mucho para contar. Pero voy a tratar de sintetizar esta respuesta diciendo que el compromiso asumido por Álvaro Brechner, Antonino de la Torre, el Chino Darín, por todo el equipo que trabajó en esta película y yo, fue de una sinceridad y entrega hacia querer contar una historia sobre la condición humana. Yo creo que como actor o actriz  uno hace pocos papeles en su vida, obvio hay personas que son geniales, pero yo creo, desde mi humilde opinión, que en esa película dejé plasmado uno de esos personajes donde uno da todo, pero todo.

¿Creés que al público hay que entretenerlo, conmoverlo y darle también elementos para que pueda realizar una reflexión social?

Si. Pero también para que simplemente llore, se ría, se enoje con lo que ve, para que odie, para que ame, para que le den ganas de ir al baño y se pare y se vaya de la sala. La reflexión social contribuye en la medida en que primero uno debería poder preguntarse quién soy y luego existo (parafraseando a Descartes) y, entonces, quizás, en el ejercicio de pensarme también de alguna manera estoy pensando al otro.

 ¿Qué otros proyectos estás preparando para este año?

Feliz de estar empezando hace una semana el proceso creativo de la última obra de  Sergio Blanco, la obra se llama Cuando pases sobre mi tumba. Estaré en escena con los capos de Gustavo Saffores y Enzo Vogrincic; estrenamos el 22 de agosto dentro del marco del FIDAE, (Festival Internacional de Artes Escénicas), y aconsejo ir al festival porque van a presentarse tremendas obras.

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