Afectación y propuestas (I) Alicia Dogliotti.

Fuimos al encuentro de quienes presiden las gremiales teatrales, para seguir informando en profundidad sobre la realidad de todos los protagonistas de la actividad teatral y sobre las propuestas que se están instrumentando para comenzar a salir de esta intrincada situación.

Alicia Dogliotti es actriz y directora teatral. Actualmente ejerce la presidencia de SUA (Sociedad Uruguaya de Actores).

Entrevista a Alicia Dogliotti

-Una de las consecuencias de la pandemia que está afectando al mundo es la paralización de las artes escénicas. Desde SUA, ¿cómo están calibrando la actual situación?

-Desde el día uno, aquel viernes 13 de marzo, estamos funcionando en mesa permanente con el Consejo Directivo en la identificación del impacto y en la búsqueda de soluciones, tanto colectivas como individuales. Nuestro colectivo ha sido uno de los más golpeados. Por un lado, en general, no somos trabajadores en relación de dependencia, y en un altísimo porcentaje somos los gestores y productores de nuestro propio trabajo. Por otro, y tal vez este aspecto sea el más importante, nuestra labor se refiere a lo presencial y a la cercanía con otros/as trabajadores/as y con nuestro público. No olvidamos el área de lo audiovisual, que poco a poco va retomando actividad, pero que también se vio afectado en su totalidad.

Para medir impacto, en primer lugar, trabajamos junto a GremioCine, gremial de técnicos del audiovisual, en una encuesta-censo que nos dio una idea del número de artistas afectados/as, espectáculos suspendidos y centros de formación cerrados. Otra forma de medir el impacto ha sido a través de los seguros de paro que se han tramitado desde nuestra cooperativa Valorarte. En ese caso, es importante señalar el papel fundamental del Estatuto del Artista, gracias a este, muchos y muchas han podido recurrir al seguro y estar tranquilos en lo que refiere a servicios de salud por FONASA. Muchas veces hay artistas que prefieren trabajar fuera de la formalización y no realizar los aportes a la seguridad social, porque “de esto no nos vamos a jubilar” o porque aportar “es muy caro”. Pero es en situaciones como la que estamos viviendo que vemos que la seguridad social y nuestro sistema solidario hacen la diferencia. También hemos realizado relevamientos de escuelas y atendemos ese sector de manera particular, y en algunos casos hemos ampliado la atención a instituciones no solo teatrales, sino también de danza y música.

-¿Con qué herramientas cuenta SUA para atender y asistir a sus asociados?, ¿y cuáles son las acciones que han instrumentado para afrontar este singular momento?

-SUA, desde sus inicios, es decir, hace 79 años, atiende y asiste a sus asociados/as a través de la Caja de Socorro. En esta oportunidad, y por tratarse de algo que ha tocado a casi la totalidad de los artistas, se conformó una Comisión de Emergencia que colabora con el Consejo Directivo en la obtención de fondos y víveres para asistir a quienes lo requieran. Hay un gran movimiento silencioso y casi invisible que deja horas de trabajo diario y solidario en búsqueda de soluciones, preparación de canastas y su distribución. En este caso debemos agradecer a decenas de compañeros que donan, para quienes más pueden estar necesitando, tanto dinero como alimentos, como su trabajo y su tiempo. Se ha construido una red de contención muy importante y llena de gente joven, algo que no solo nos alegra, sino que nos llena de oxígeno y energía para seguir adelante.

También está el Estado, con quienes estamos en permanente contacto desde marzo. En lo que se refiere a la Intendencia de Montevideo, a través del Departamento de Cultura hemos recibido ya dos partidas de 500 mil pesos para atender situaciones complejas en instituciones artísticas (no de FUTI, esas se apoyaron a través de la Federación) cuya permanencia estaba seriamente comprometida, y también para atender compañeros/as totalmente desocupados y sin ingresos. Ya estamos recolectando los datos de beneficiarios para una tercera partida.

Pudimos obtener, a través de la Dirección Nacional de Cultura del MEC, el descuento —por cuatro meses— de un porcentaje de la facturas de UTE para las instituciones; una donación del INDA de alimentos para nuestro comedor; un llamado a talleres teatrales online; y estamos esperando la concreción de la compra de entradas a espectáculos teatrales de manera adelantada. Por otro lado, y sin ser herramientas económicas, desde el inicio estamos pensando en el día después. Por lo cual ya fue elaborado, y está firmado hace unas tres semanas en el MTSS, el protocolo para el trabajo audiovisual. Esto no es algo menor, y habilita al trabajo de manera segura y responsable. También se confeccionó un protocolo para las escuelas y talleres teatrales que fue entregado al MEC el pasado 10 de mayo, y que aún estamos esperando respuesta por parte de la OPP para saber si las escuelas podrán abrir sus puertas (al menos de forma parcial y escalonada) desde el 1 de junio.

-Se ha difundido la propuesta que nuclea a las gremiales teatrales para reanudar la actividad teatral, utilizando la Sala Campodónico del teatro El Galpón y teniendo en cuenta los protocolos y exigencias que impone la realidad existente. ¿Cuáles serían las características de dicha iniciativa?

-Durante varias semanas El Galpón trabajó en la elaboración de un protocolo para la reapertura de la Sala Campodónico que, además, incluye el gran hall de entrada que brinda un importante refugio donde pueden aplicarse las medidas de higiene.

Como siguiente paso, se ha convocado a SUA y a FUTI y se trabaja durante varios días en la elaboración de bases y formas de funcionamiento para esta nueva modalidad. De este modo, se establecen las normas para los elencos, las características de las obras, los días de la semana que serán presentadas unas y otras. Un trabajo detallado, tratando de contemplar calidad, cantidad, seguridad y, por encima de todo, solidaridad. Ojalá todo pueda volver a caminar prontamente y podamos vernos las caras y los cuerpos arriba de nuestros escenarios.