Abril, mes de festival en Cinemateca

Cinemateca Uruguaya / 30 marzo, 2019 /

Desde el 17 al 28 de abril llega a Cinemateca la edición número 37 del Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay.

Más de 240 películas, entre cortos y largometrajes, de 71 países forman la programación de uno de los eventos clásicos de Montevideo durante la Semana de Turismo.

Como siempre la programación contará con secciones en competencia, Derechos Humanos, Ojo con el cine, Nuevos Realizadores y películas uruguayas.

También contaremos con un Focus España, dedicado a la más reciente producción de dicho país y las muestras  Anima Mundi y Ojo al piojo, para el público infantil.

Este año las salas del festival son Salas de Cinemateca, 1, 2 y 3, Sala Tomás Berreta (MTOP), Sala B (Auditorio Nelly Goitiño), Sala Hugo Balzo (Sodre), Sala Zitarrosa y Life 21. Los socios de Socio Espectacular podrán adquirir un abono de $400 con el cual tendrán entrada libre a las salas de Cinemateca (la entradas se retirarán en la boletería de la institución), y contarán con beneficios en las entrada de las demás salas del festival.
La programación podrá consultarse a partir del mes de abril en nuestro sitio web www.cinemateca.org.uy.

Pero como no todo es festival y abril tiene 30 días también tendremos los estrenos de las películas  En guerra, de Stèphane Brizé; Los tiburones, de Lucía Garibaldi y Ausencia de mí, de Melina Terribili.

En la película francesa En la guerra el director Stèphane Brizé y su actor-fetiche Vincent Lindon regresan tras Une affaire d’amour, Algunas horas de primavera y El precio de un hombre con una película que describe con espíritu documentalista y cámara en mano (a lo cinéma verité)  la lucha de los operarios despedidos tras el cierre de una fábrica alemana de autopartes ubicada en Francia.

Las tomas y protestas callejeras, los violentos choques con la policía, las complicadas negociaciones con el gobierno, los patrones y sus múltiples representantes constituyen el núcleo de la primera mitad de la película. En la segunda parte se abre la posibilidad de encontrar un comprador para la fábrica, y surgen las grietas y las diferencias entre los distintos sectores gremiales: están por supuesto los más duros que no quieren ceder un centímetro, pero también  los que empiezan a ver con buenos ojos las compensaciones económicas extraordinarias que ofrece la empresa además de las indemnizaciones legales. El mundo no es en blanco y negro.

Los tiburones, de la realizadora uruguaya Lucía Garibaldi, recientemente premiada por Mejor Dirección de Largometraje de Ficción Internacional en el Festival de Sundance 2019. Esta sorprendente ópera prima de la uruguaya Garibaldi fue también la primera película nacional en competir en el Festival Sundance. Su protagonista (la excelente Romina Bentancur) es una chica de una zona costera que, poco a poco, se prepara para la llegada de numerosos turistas en la época de vacaciones. Pero su tranquila vida, entre el trabajo de jardinera con su padre y sus escarceos con un joven, y la de sus vecinos, se ve alterada por la presunta aparición de unos tiburones en la playa que podrían arruinar la economía del lugar.

La reacción de la crítica internacional ha sido considerablemente favorable. En The Hollywood Reporter, David Rooney ha señalado: «Apoyándose en la implacable mirada de alerta de Rosina y en la actuación totalmente internalizada de Bentancur (…) Garibaldi ofrece una contemplación sutil del deseo femenino juvenil y el empoderamiento subversivo.»  Para Wendy Ide, de Screendaly: «el enfoque es discreto en escala y es íntimo (…) pero Garibaldi crea una película atmosférica que ofrece un giro transgresor a la típica historia de iniciación.»  Por su parte Rob Hunter, de Film School Rejects, asegura que se trata de «un debut agudo, hipnótico y lleno de humor negro (…) La dirección de Garibaldi y la fotografía de Germán Nocella capturan la hermosura del paisajRob Hunter: Film School Rejects.

El documental Ausencia de mí, de la realizadora argentina Melina Terribili, toma los
cientos de cajas dejadas por Alfredo Zitarrosa (1936 -1989), quien huyó de la dictadura en la década de 1970, y permanecían guardadas desde su muerte hace 27 años, y utiliza este tesoro de material para pintar una imagen original del dolor de vivir en el exilio. Vemos fotos en blanco y negro de manifestantes y soldados amenazadores, y enfrentamientos entre ellos, mientras que el audio presenta el suave canto de los pájaros y la voz feliz de Zitarrosa. Sus pensamientos surgen de las entrevistas o grabaciones que él envió a sus seres queridos desde el exilio. Explica que siente una profunda conexión con todo lo que lo rodea. Lejos de Uruguay, donde su música está prohibida, no puede encontrar inspiración. Sin embargo, en su corazón, regresa a su tierra todos los días.

La película se construye desde el vasto conjunto de memorias sonoras y fílmicas que Zitarrosa dejó que aún hoy permanecen inéditas, y que permiten narrar la historia de su exilio en primera persona. Paralelamente y entrecruzándose con el pasado del exilio, un registro documental aborda el presente, en el que sus hijas Serena y Moriana, y su esposa Nancy, inician un proceso de rescate de estas memorias junto a un equipo de archivólogos, rompiendo un largo periodo de silencio. Ellas aportan sus recuerdos intentando iluminar zonas de estas memorias de Zitarrosa cruzadas por el desmembramiento en el que había estado sumergido.

Y completa la programación un ciclo dedicado a la figura de Bruno Ganz, la segunda parte del ciclo 100 años de cine rumano y los sábados y domingo continuamos con las funciones de cine infantil organizadas junto a la Embajada de Francia en Uruguay.

 

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